Estando en San Casciano dei Bagni, decidí ir a Citta della Pieve, que queda 22 km. Es una ciudad con una población de aproximadamente 7700 habitantes, en Valdichiana en la región de Umbria.
Famosa por ser la patria de uno de los más grandes pintores del renacimiento, Pietro Vanucci llamado El Perugino, y maestro de Rafael.
En la ruta bicicletas y motos a montones, los automovilistas son muy impacientes. Los italianos adoran andar en bici y hacen un culto de lo que llaman “benessere” es decir del bienestar. Sobre todo, adoran las termas, debe ser la herencia de los antiguos romanos. Los SPA, que quiere decir Salud por Agua, suelen ser muy hermosos y muy concurridos.
Muchos de estos pueblos están construidos casi siempre sobre la cima de alguna colina, y toman la forma del terreno. Se aprecia en las pinturas o fotos tomadas desde lo alto, forman dibujos sorprendentes, algunos son como una serpiente que recorre todo el borde de la colina y a sus lados los profundos barrancos. Otros son casi redondos ocupando el cocuzolo de la montaña, que para llegar a ellos el “oh mi Dios” es lo que nos acompaña todo el trayecto, los italianos dicen “mamma mia.
La ciudad antigua está rodeada de murallas de ladrillos rojos y la llamada Rocca, un hermoso ejemplo de arquitectura medieval construida a mitad del año 1300. En su origen contaba con cinco torres defensivas, tenían un sistema muy complejo de espejos para poder comunicarse con la vecina Perugia en caso de ataques. De las torres solo quedan dos.
Su historia va desde la época etrusca, luego romana y por último cristiana, todas ellas atravesadas por luchas ya sean con los turcos o entre las repúblicas que la rodeaban.
Al llegar por suerte conseguí estacionamiento justo antes en la puerta Santa María o Porta Romana. Desde donde se puede comenzar el recorrido para ver las pinturas del Perugino, que se encuentran en las iglesias y también recorrer la ciudad con un entramado de calles y callejones medievales.
Antes de la puerta se encuentra la iglesia Santa María dei Servi, iglesia construida en el año 1343 de origen gótico, cuyo interior fue modificado en un hermoso barroco alrededor del año 1700, ahora es el Museo Cívico de la Ciudad, donde hay una parte recuperada de un fresco de Pietro Vanucci detto Il Perugino, del año 1517.
Llovía, hacía frío y había un fuerte viento, de manera que caminar por la ciudad que es muy linda no era muy agradable, pero puedo asegurarles que la recorrí de punta a punta. Las calles estaban embanderadas con los emblemas de cada rione o terziere (barrios).
Desde Porta Romana por Vía Roma, siempre subiendo, se llega hasta la Piazza Plebiscito, donde está la catedral de los Santos Gervasio e Protasio (descubro santos nunca escuchados), construida en el año 800 y luego reconstruida en estilo gótico en el año 1200. El elegante campanario se construyó en el año 1738. En el interior hay varias pinturas de Perugino del año 1514, la Madonna y los Santos, es muy hermosa.
También de otros pintores como Pomarancio con la obra «Las bodas de la Virgen» y una el «Llanto de los Ángeles», todas muy hermosas y muy dulces.
Aquí me enteré porque se la llamó Citta della Pieve, es el lugar donde se bautizaba, ya que no en todos los pueblos había quien lo hiciera. En la catedral se encuentra la obra del Perugino «El Bautismo de Jesús».
¿Frío, lluvia y viento que hay que hacer?, buscar un café y si tiene Wifi mejor, eso hice y me repuse un rato.
En Diagonal a la catedral se encuentra el Pallazo della Corgna construido en el año 1550, el interior profusamente decorado, los pisos de mayólicas magníficos. Tiene un pequeño claustro o cortile con un aljibe.
Caminando por la Vía Garibaldi me encontré en a la Piazza XIX Giugnio, en realidad no quedaba plaza ya que estaba llena de autos, uno de sus lados es el palacio de la familia ítalo francesa Fargna, de un bello rococo y en el otro lado estaba el Teatro degli Avvaloranti de una hermosa arquitectura neoclásica de color rojo pompeyano.
Volví hasta la catedral por la Vía Pietro Vanucci (Perugino) para buscar un restaurante, ya eran casi las 14 y acá se come temprano.
No tuve que caminar mucho, el restaurante que me habían recomendado estaba lleno y un poco más adelante esta la Taverna del Perugino. La atención descuidada, pedí alcauciles a la romana, y luego un plato típico que eran pici al aglione, me trajeron los dos juntos, cuando probé el segundo el tomate estaba agrio de manera que le dije a la moza, y me ofreció cambiarlo. Elegí pici con azafrán y puntas de espárragos. En el momento de pagar me cobraron los tres platos, fue la primera vez en mi vida que me sucedió algo así. Cuando le dije al de la caja me contesto «y si usted pedía 10 platos que pretendería que le cobráramos uno», no les cuento lo que le conteste porque suena muy feo. Me siguió hasta la puerta, unos señores que estaban en la calle, me preguntaron que me había pasado. Me dijeron que eran unos desubicados y que la gente del lugar no iba porque además la comida no era buena. Cada tanto se encuentran lugares así, y justo me tocó uno.
Ahora tenía que ir a ver la gran obra del Perugino que estaba en Vía Vanucci 37, casi enfrente del restaurante, en el Oratorio di Santa María dei Bianchi, es la obra más importante que el Perugino dejo en su patria, en el año 1504. Esta obra de grandes dimensiones (3,55 metros de alto por 4,93 metros de ancho) tardó tan solo 29 días en ejecutarla, «La Adoración de los Reyes Magos», es tan hermosa que uno queda atrapado por la composición, los colores, las figuras, todo es perfecto. Me olvide del mal restaurante.
Sería muy largo contarles la historia y la negociación de la obra y quienes eran los caballeros Bianchi (blancos) y las tradiciones que tienen para la época de la cuaresma.
En esta ciudad se realiza el palio Dei Terzieri que atrae a mucha gente, se desarrolla durante 10 días en el mes de agosto. Es un desafío entre los tres terzieri (barrios), además de los magníficos desfiles con trajes del renacimiento donde participan más de 700 personas.
Un poco más adelante siempre en Vía Vanucci se encuentra el Palazzo Vescovile, restaurado por Andrea Vici un alumno del famoso arquitecto Vanvitelli.
La curiosidad divertida en un pasaje entre la Vía Pietro Vanucci y Vía Barbacane, que se llama Vicolo Baciadonne, pasaje besa-mujeres, es angostísimo.
Ya que estaba llegue hasta la Porta Sant ‘Agostino y saliendo de ella se encuentra la enorme Iglesia de Sant ‘ Agostino y en la vereda de enfrente la Torre del Vescovo.
Ya estaba cansada y necesitaba otro café, además era hora de ir volviendo para no llegar de noche. En la Plaza del Plesbicito en el café New Millenium, frente a la catedral tome un café al ginseng con un mini torciglione, es un dulce con una forma particular típico de la zona.
Citta della Pieve propone dos itinerarios culturales una de las pinturas del Perugino y el otro del Renacimiento, que en algunos casos coinciden. Se le puede agregar un recorrido por las vinerías y restaurantes, hay para elegir.
La ciudad se recorre fácilmente por la forma diría de «v» que tiene. Debo decirles que se puede ver en un día, pero no es lo ideal, me gustaría volver. Además esa hermosa pintura bien vale la pena, me alegro mucho haber podido ver el original.