VOLPAIA – Toscana

Este borgo delicioso es más que minúsculo, tiene 44 habitantes. Su origen se remonta a la época medieval, conserva casi toda su muralla en la cual había algunas torres de defensa. Dentro de la muralla se halla la antigua iglesia de Volpaia. Toma su nombre de la familia que lo habitó Della Volpaia.

El Castello di Volpaia se cree que es anterior a la mención en el primer documento escrito del año 1172. Construido en un lugar estratégico entre dos ríos que dividen el Valle di Pesa. Se encontraba en tierra de frontera entre las Repúblicas de Florencia y la de Siena, que estaban continuamente en guerra.
Las callecitas súper angostas, con pasajes cubiertos valen la pena recorrerlas. Salvo por algún detalle, es como estar en la edad media.

Esta es la zona del Chianti Clássico, su tradición vitivinícola se remonta al siglo XII, pero fue a partir del siglo XVI, después de un largo período de paz que tuvo un gran desarrollo.
Aquí los vinos se conservan en los antiguos subterráneos del castillo, el envasado en los salones de un palacete patricio y la venta en rusticas casas medievales, con el entorno de viñedos, olivares y los bosques, todo bajo la cuidadosa mirada de la Sopraintendenza ai Monumenti. Cuya misión es salvaguardar tanto el paisaje, las tradiciones y la parte edilicia. Esto hace que en la Toscana el paisaje sea casi como el del medioevo.

La Volpaia

En la primera ocasión que vine me senté en el bar Ucci, que queda en la entrada del borgo y frente a la iglesia. Debe ser una institución, estaba abierto y tenían wifi. ¡La dueña que hablaba a los gritos y a todos les decía, ¡bella o bello y amoree! Reconoció mi acento y sin más escoba en mano se sentó conmigo y se puso a charlar y a preguntar. Fue de lo más divertido y a la vez interesante.

Los italianos como buenos gourmets hacen kilómetros para ir al restaurante que saben se come bien.
En la Volpaia hay uno muy bueno y renombrado, «La Bottega», siempre está lleno. Yo lo conocía y por supuesto estando cerca fui para cenar ya que estaba regresando a Castellina in Chianti desde Greve in Chianti.
No había lugar, insistí un poco y me pusieron una mesita bien ubicada y venían a cada rato a preguntar si estaba todo bien. Siendo verano se come debajo de una pérgola de vid, rodeada de flores que mira a la campiña.
De entrada comí unas salsicce con porotos de la zona, son frescos carnosos y rayados, es un plato típicamente toscano muy sabroso, y de luego tagliatelle al tartufo, el vino un Chianti Rosso Superiore, café machiato. ¡El postre lo deje me pareció mucho!
Había un señor comiendo solo (¡como yo!) tagliatelle y tomando Coca Cola, eso vaya y pase, lo peor es que cortaba le tagliatelle en mil pedazos. Reconozco que los italianos somos extremistas hasta con la comida.

La Volpaia Bar (2)

La Volpaia Bar (3)

La Volpaia Bar (4)

Ya había oscurecido y el camino de regreso es muy sinuoso y angosto, pero llegue muy bien y bastante rápido. El GPS ayuda un montón, aun así, yo tengo la habilidad de perderme. Desde el día que el camionero me hacía luces para que me apurara, ahora manejo al mejor estilo italiano, no hay curva que me asuste.

Castello Di volpaia
Estas señoras eran un hermoso adorno.
Si están en la zona vengan a conocerlo, a tomar el vino deL Castello di Volpaia y almorzar que me lo van a agradecer.