PALERMO – Sicilia

Llegue a Palermo en avión desde Roma. Aquí me quedare tres días. No es la primera vez que vengo, pero el tiempo siempre es poco.

El BB está en el centro, a tres cuadras del Teatro Massimo, a dos del Teatro Politeama Garibaldi. Es muy, muy lindo. El dueño Sr. Danilo, me dijo en inglés italianizado que es de los BB «shekyschic», así sonaba. Hasta el nombre es particular Stupor Mundi. Allí me enteré que era el nombre que le daban al emperador Federico II. El Sr. Danilo es profesor de historia. Me contó varias cosas curiosas y que tendré que verificar. Entre ellas que el arte de doblar las toallas de formas curiosas comenzó en el tiempo de Cleopatra.

Di una vuelta por los alrededores para ubicarme, tomé un helado en la famosa heladería Briosciá, en la Vía Mariano Stabile 198. Me habían dicho que probara el gusto «setteveli» siete velos, acá son famosos los pistachos de Bronte. Como no lo conocía el heladero me dio a probar un montón de gustos diferentes, que casi no compro por todo lo que había probado. Los tamaños enormes, son deliciosos. Sicilia es la reina de los helados, que tienen su origen en la cultura árabe.

Palermo Brioscia

La tarde era muy linda y en lugar de cenar tome un aperitivo que viene acompañado con una buena picada, en la plaza del Teatro Massimo.

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Palermo es una hermosa ciudad, a la que hay que entender, puede ser caótica como su historia, pero intensa.  Fue griega, fenicia, romana, después conquistada por los árabes y luego por los normandos y los suevos que eran un grupo de pueblos germanos.

De sus 190 o más iglesias de techos abovedados, casi todas fueron mezquitas y todo Palermo fue testigo de la infinidad de invasores que la asolaron.

Tiene un marco bellisimo, a sus espaldas los montes bien verdes y el mar intensamente azul a sus pies.

En la parte nueva las avenidas son anchas, la Vía della Libertad está llena de negocios de firmas famosas, no falta ninguna.

Después de un buen descanso enfile hacia el Teatro Massimo, donde compre entrada para el ballet Sinderella. Aproveche a sentarme en el patio del teatro, para tomarme otro macchiato y contemplar a la diversidad de personas pasar.

Se puede decir que desde aquí comienza la zona antigua. Por la calle Maqueda, llena de negocios de todo tipo, ruidosa y atravesada por los callejones estrechos y bastante sucios, con mezcla de olores indefinibles, encontré un negocio a la altura del 270, que por suerte había desayunado dos veces, que decía Arancine  D’Autore  de nombre Ke Palle. Creo haberles comentado que los arancini son como unas croquetas de arroz rellenas de ragú y arvejas de forma triangular o en este caso redondas, de allí el doble sentido del nombre, ya que palle en italiano significa pelotas (jajá). Esas no las probé, pero son riquísimas. El que es fanático de los arancini es el comisario Montalbano, ¡es algo que tienen que probar!

Palermo ke

Mondello Arancini
Así llegue a la intersección con el Corso Vittorio Emanuele a la esquina Cuatro Canti, que la forman cuatro palacios barrocos españoles, las esculturas, representan las cuatro santas protectoras, las cuatro estaciones y a alguien más que no me acuerdo, cada uno con su fuente y tres órdenes de columnas.

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Dando la vuelta en la Piazza Bellini se encuentra la famosa fuente de Piazza Pretoria, más conocida como fuente de la vergüenza, debido a que en el momento de su inauguración en el año 1554 escandalizo a la sociedad siciliana por los desnudos. Además, se encuentra frente a la iglesia de Santa Caterina. Obra de un escultor florentino Fontana Pretorio.

Detrás de la fuente hay otra plaza con dos iglesias, la iglesia Del Ammiraglio (almirante) o La Martorana, de rito cristiano-bizantino, del año 1143. Con un hermoso campanario. Es de estilo árabe-normando, y se fue enriqueciendo con distintos estilos y gustos arquitectónicos. Allí cerca se encontraba el monasterio benedictino fundado por la noble siciliana, Eloísa Martorana en el año 1194, y de allí el nombre. La historia es muy interesante pero algo larga. La iglesia es preciosa y decorada con mosaicos, frescos estilo medieval y barroco. Está totalmente restaurada, es una maravilla.

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Al lado se encuentra la iglesia de San Cataldo, fue construida por el Almirante Maio di Bari, que la convirtió en capilla privada de su palacio. Se levanto sobre los restos púnicos romanos en el año 1154 y la distinguen tres techos sarracenos de color rojo, su estilo árabe normando la hacen muy particular. El interior es totalmente despojado muy alto con solo un pequeño decorado. El Almirante Maio murió en el año 1160 y la iglesia nunca se terminó.

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Mis pies ya pedían descanso. En la esquina Cuatro Canti, en Vía Maqueda 172, había un bistró, Bisso Bistrot, que en la vidriera dice Librería Dante. Estaba re lleno, entre y parecía lugar de locales, las mesas de seis se compartían. Por suerte no tuve que esperar.  Al rato se sentó un tipo de unos 70 años, después otro de 40 y es divertido como se desarrolló el almuerzo, el más joven comía algo llamado panella, hecho de harina de garbanzos, me convido una, era riquísima. Yo pedí capponata siciliana, el mayor dijo que ayer la había pedido que era muy buena, como la recordaba de su madre. También había pedido fideos con zuchini, que eran una montaña, imposible de terminar, le convide una parte al más joven. Conversamos de donde éramos y que hacíamos. La comida muy buena nada cara y el lugar agradable.

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Nada mejor que un buen almuerzo para continuar por Corso Vittorio Emanuele y llegar hasta la soberbia catedral o Duomo, dedicada a la Asunción de la Virgen. Mezcla de estilo oriental, gótico, barroco y neoclásico, es una mezcla asombrosa mente bella. Fue construida por encargo del arzobispo de Palermo Gualtiero, en el año 1184, debía competir en majestuosidad con la catedral de Monreale. Fue construida sobre una basílica preexistente. El ábside en el exterior tiene un trabajo de incrustaciones y arcos árabes dignos de admirar.
Transformada en mezquita por los árabes y posteriormente donada por los normandos a la iglesia cristiana. En su interior se encuentran las tumbas de varios emperadores, Federico II y Ruggero.

Palermo Duomo

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Casi en frente a la catedral en Corso Vittorio Emanuele 443, en un negocio de artesanos muy conocidos, Vicenzo Argento e Figli, que se dedican a fabricar los famosos Pupi Siciliani, que son títeres cuya tradición se remonta al año 1700, compramos uno, mejor dicho, una, porque es mujer llamada Bradamante, valerosa guerrera, enamorada de Ruggiero.  Estos títeres figuran en la lista de la UNESCO, y cuentan historias épicas de los paladines de Francia, extraídas de los libros del poeta  Ariosto, como los cuentos de Orlando Furioso o la Chanson de Roland. Contarles la historia es larga, pero pueden leer sobre ellos, es muy interesante, llena de intrigas y muy romántica.
Hay un Museo Dell’Opera dei Pupi Siciliani, con un teatro de marionetas.

Palermo Pupis

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Esta es mi Bradamante, que la amo y admiro.

No muy lejos de aquí y muy cerca de la Porta Nova se encuentra otra magnifica construcción que es el Palazzo dei Normanni o Palazzo Reale fue sede de los reyes de Sicilia construido en el Siglo IX y ampliado en el Siglo XXII por Ruggero II, forma parte de él la Capella Palatina con mosaicos bizantinos, preciosos.

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Les aseguro que el espíritu y los ojos quedan saturados de tanta belleza y exquisitez.

Estaba a pocas cuadras de la Porta Nova, que se construyó en el año 1583 por decisión del Virrey de Sicilia Marco Antonio Colonna en honor a Carlos V, en el año 1669 se le agrego la cúpula con mayólicas y el águila que representa a Palermo. Tiene la particularidad de tener dos frentes decorados de manera diferente. Es una obra muy hermosa e imponente.

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Esta puerta está en un extremo de Corso Vittorio Emanuele mientras que en el otro extremo de la calle la puerta se llama Porta Felice. El nombre es por la esposa de un virrey Donna Felice Orsini, la puerta tiene dos frentes la que mira al mar, de mármol gris, mientras que la interna terminada más tarde tiene características barrocas.

Palermo Porta Felice

Sobre Corso Vittorio Emnuele con el cruce de Vía Roma se encuentra el mercado la Vuccería que quiere decir voces o griterío, al más puro estilo árabe. En él se encuentra de todo, es desordenado, caótico y sucio, ha dejado de ser el más popular siendo desplazado poco a poco por el mercado Ballaró.

Hacía calor estaba lejos de hotel y tenía entradas para el ballet Cinderella a las 18,30. Pero necesitaba combustible y que mis ojos descansaron y la mente procesara todo lo que había visto y admirado.
Por suerte bares hay en todos lados. Bar Moka, en Vía Roma Me senté en la vereda, tomé un caffé shackerato, es café batido frío. Reconforta el cuerpo y anima el espíritu y me gusta mucho.

Por suerte llegue bien. El teatro se parece al Colón por la forma de herradura, las filas de palcos y el palco presidencial. Pero el Colón es más lindo, más suntuoso, mejor decorado, los palcos tienen más comodidad y son más elegantes.

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Este es el teatro lírico más grande de Italia y tercero en grandeza después de la ópera de Paris y de la ópera de Viena. De estilo neoclásico-ecléctico.

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La representación estuvo bien. La puesta en escena muy moderna.  Siempre que puedo trato de asistir a alguno de los grandes teatros, suelen tener elencos destacados y famosos. Y el espectáculo siempre es magnífico. Algo muy interesante, la gente toda estaba muy bien vestida.

Al salir fui a cenar a Lo Scudiero, en Vía Turati 7, casi frente al Teatro Politeama. El local no tiene nada de particular, es más bien antiguo, pero por suerte la cocina estupenda. Comí los mejores langostinos del viaje con verduras grilladas y vino Nero Davola. ¡Nada de postre, pero con el café me trajeron un plato con masitas de pasta de almendras típicas de esta región y chocolatines!

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Linda la noche para caminar, el hotel está a pocas cuadras, no hay problemas de inseguridad.

El desayuno siciliano además del cappuccino, tiene cannoli con ricota, brioche con crema batida, jugo de granada exprimida o de mandarina, y algún otro dulce de pasta de almendras que tanto gusta a los sicilianos.

El dueño Danilo y la esposa Chiara muy buenos anfitriones amantes de Sicilia, viendo mi interés tenían siempre algo para contarme, esa mañana me dijeron que fuera a Mondello, una localidad muy cerca con una hermosa playa.

Mientras iba a la parada del colectivo para ir a Mondello, pase por la plaza del teatro Politeama Garibaldi, un edificio proyectado en su comienzo para teatro al aire libre, no iba a tener techo.

Se comenzó en el año 1866, aún sin techo se inauguró en el año 1874 con la ópera Montescos y Capuletos. En el año 1877 se le puso el techo una obra de gran ingeniería. La entrada es un enorme arco de triunfo coronado por una hermosa cuadriga de bronce con el dios de la música, Apolo, y dos órdenes de columnas, jónicas y dóricas.

Palermo Politeama

Había varias policías que estaban poniendo unas cintas para acordonar la plaza. Un tipo le decía algo a la policía que se enojó. Yo sin darme cuenta pase del otro lado. Al verme dice «Pero ¿qué? ¿Voy a tener que construir un muro para que no pasen? « me causo gracia la forma de decírmelo que me largue a reír, y me hace un gesto de resignación, el lenguaje de las señas italiano es fantástico.

Quería ir a Mondello, la playa que queda a 20 minutos de bus, pero tarde más en encontrar la parada y conseguir los boletos de lo que tardó el viaje.
La ruta recorre la Vía Principessa Margherita, toda arbolada que forma casi un túnel.
La playa es muy linda, de arena blanca, muchas son de canto rodado, queda en una pequeña bahía con un castillo o fuerte en un extremo y un enorme peñón que parece protegerla.

Mondello

Hay muchos bares sobre la playa, hacía mucho calor. Paré a tomar un helado, que son deliciosos.

Mondello hel

Mondello no es muy grande, de manera que recorrí toda la costa. Era hora de almuerzo, busqué un bar que me habían recomendado, Turing, estuve discreta pedí panelle y unas berenjenas asadas.

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De regreso quería ir al mercado callejero de Ballaro, de manera que tomé la Vía Roma (que es bastante larga) y me encontré (por suerte) con La Rinascente, tienda famosa por lo elegante y de firmas como Fendi, Prada, Versace, etc. En el último piso tiene un bar y restaurante y una terraza con vista a las montañas Le Madonie, y al campanile de la iglesia de San Domenico, que según dicen es la más alta «iglesia» de Europa. Construida en el año 1640, mientras que la fachada es del año 1726. En ella se encuentran los sepulcros de muchos sicilianos ilustres.

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¡Me quede un buen rato en la terraza tomando un San Bitter Rosso, bien fresco!  Quería ir al mercado Ballaro, así que bajé y seguí por Vía Roma. Le pregunté a una señora donde quedaba, me dijo que ella vivía en ese barrio que fuera con ella. Mientras caminábamos las caras y el ambiente iba cambiando,.
En determinado momento me dio algo de miedo. ¡La señora me dice que escondiera la plata, se imaginan! Calle re angosta, gente oscura, caras tapadas, ¿cómo podía hacerlo? Así que agarre bien la cartera, cuando estábamos llegando la calle se cierra y dobla, me dice es «allí adentro, pero hay que venir de mañana cuando están todos los puestos y se llena de gente». Asomé la nariz y lo que vi no me gustó nada, parecía haber llegado a Egipto al peor barrio, mugre por todos lados. Agradecí a la señora y recorrí esas 3/4 cuadras casi corriendo.

De regreso entre a la Iglesia San Giovanni dei Teatini Al mirar los techos lo que vi era una cosa casi aterradora. En lugar de frescos tenía esculturas que parecían se caerían en cualquier momento. Muchas, todas muy amontonadas y lo que agobiaba eran los colores oscuros, grises y negros, supongo que estaban así por falta de mantenimiento.

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Nunca había visto algo semejante, y eso que llevo visto iglesias y palacios. Tenía tres naves y 10 cúpulas todas cubiertas con frescos y estucos.

Esto de hacer turismo es bastante agotador, me quedaba ir a cenar, estaba cerca del Bistro Bisso, y allí me quede. Las personas que ocuparon la mesa conmigo muy simpáticas, eran turistas como yo.

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Hoy dejo Palermo para ir a Milazzo, donde vive mi hermana. Salude, y felicite a los dueños del BB y salí a dar una vuelta cambiar unos pesos. Esto último parece una misión imposible. Solo cambia la Banca Unit Credit o el correo, que quedaba lejos. Además de los controles para entrar, dejar las bolsas de compras, y skaners. No lo logré.

A unas cuadras del hotel en una calle peatonal Vía Príncipe di Belmonte 105 se encuentra el bar, heladería, pastelería, pizzería y restaurante, de la firma Spinnato fundada en el año 1860.
Cada rubro tiene su espacio, con diferentes mesas y sillas.

Tomé un San Bitter Rosso, que vino acompañado de papas al horno tibias, almendras tostadas y pistachos parecían asados con algún condimento, muy ricos.
El día estaba espectacular para estar al aire libre, había un guitarrista y una cantante, cantaban canciones de los 80, muy lindas.

Si bien vine hace unos años en dos oportunidades, me iré y todavía me quedaron lugares y museos para visitar, así de inagotables de ver y gustar son las ciudades y pueblos italianos.

No pude ir a la Zisa, lugar que los palermitanos llamaron «Pabellones del Placer».  Residencias con baños termales, jardines y fuentes. Algo como en Ferrara los nobles llamaron «Delizie» a sus residencias de verano.
Ya era hora de levantar campamento, volví al hotel a buscar la valija y luego a tomar el colectivo para ir a la estación y tomar el tren para Milazzo, El viaje duro tres horas.

Casi no me di cuenta del tiempo, el recorrido es precioso, la mayor parte lo hace casi sobre el mar.
El broche de oro fue la puesta de sol en el mar, estupenda, como dicen los italianos.

Les dije que tendría que volver, primeo porque me gusta mucho y además porque me quedaron muchas cosas por conocer y platos para probar jajá. El 1 de diciembre del año 2021, tome un vuelo de Roma a Palermo donde me quedaré tres noches.

Me aloje en el BB, Afea Arts and Rooms, en Via Principe di Belmonte 28, de los mismos dueños del Stupor Mundi, no tan céntrico pero igualmente bien ubicado. La decoración muy original, cada cuarto pintado por un artista distinto, con un tema diferente. El mío inspirado en Orlando Furioso. Les pregunte que significaba el nombre y me dijeron que era el de una diosa griega de la fertilidad y la luz.

Me sugirieron para cenar un restaurante recién inaugurado frente al BB, que me encanto el nombre y por eso fui, Sapori Perduti (Sabores Perdidos). Fue una buena elección como así también los platos. Me sirvieron para esperar una crema de berenjenas y de ajíes asados, aceite de oliva y un pan delicioso, después spaghetti con tenerumi y botarga al limón  (nunca había escuchado el término tenerumi en la cocina, se trata de un tipo de zucchini de forma particular del cual se utiliza parte del tallo y de las hojas, y son muy sabrosas) (son huevos de atún secos y los rallan sobre el plato), el plato delicioso, luego filets de lubina empanados y una capponata de papas y verduras. Tome una copa de vino tinto de Sicilia. Todo delicioso, me costó 37.- Euros.

 

Al día siguiente después de un rico y saludable desayuno. Salí a re encontrarme con esta ciudad hermosa y de contrastes, bulliciosa, olorosa y perfumada a la vez.

Llegue hasta el Teatro Massimo que estaba adornado con flores rojas que usan para la navidad que son nuestra estrella federal. Seguí mi paseo por la Vía Maqueda por la que se llega a la plaza  de los Cuattro Canti, donde se cruzan las dos vías principales de la ciudad Vía Maqueda y Corso Vittorio Emanuele, esta es la calle más antigua de la ciudad.

La dueña del negocio de Souvenir San Giuseppe, me recomendó donde almorzar rico y barato jaja, Quedaba allí cerca, decidí probar ya que era tarde, el lugar muy chico y muy particular, se podía compartir la mesa o esperar de lleno que estaba, nada de turistas, salvo yo. Caffe del Kassaro, Corso Vittorio Emanuele 390. Almorcé por 12 E, una copa de tinto Siciliano, un antipasto típico panelle, arancini, mozarella y papas fitras y luego spaghetti con gamberi e zucchini, todo muy rico, sabores locales.

Luego seguí  mi paseo por el Corso pasando por una plaza seca con un monumento a Federico II, varios palacios con hermosos patios y por fin la Catedral, hermosa tanto por fuera como por dentro. Cuando salí tome un café y una torta tibia de ricota recién hecha, una delicia para el paladar y la vista.

 


Era hora de ir volviendo tenía un largo trecho hasta el hotel y en esta época a las 17 ya oscurece. En Vía Belmonte compre un racimo de tomates, queso y jamón para cenar.

Me levanté temprano, hoy sería mi último día, tome mi cappuccino, ¡como puede ser que lo hagan tan rico!

Tome un bus para llegar hasta el Palazzo dei Normanni, llovía y hacia frio. Increíble construcción cuyos muros formaban  parte de la muralla. Palacio hermoso, enorme con un hermoso claustro. Su construcción se remonta al Siglo V a C. época púnica-romana y ya antes en el Siglo VII a época fenicio-púnica. No sé ustedes pero a mí pensar en esa cantidad de años me supera, ya que hoy en día nada dura mucho. Se puede recorrer el subsuelo de tres niveles de construcción. Recorrí un poco el palacio con hermosas salas decoradas  con mosaicos y frescos pertenecientes a los reyes.

 

La “cinta muraria” es decir la muralla que rodeaba la fortaleza medía unos 6,5 Km y tenía una altura de 10 metros, la rodeaba un foso y numerosas torres. La historia de esta ciudad es fascinante, por las diversas cultura que en ella convergieron.  
Tanta belleza se completa con la famosa Cappella Palatina que la palabra hermosa o bella no la describe. Les dejo fotos que hablaran por si solas y no los agobio más.

Seguía lloviendo de manera que fui a almorzar al Caffe del Kassero que estaba relativamente cerca, ideal para una copa de vino tinto siciliano, una zuppa di lentichie, y cassata al forno (dulce típico) cuyo origen dicen es árabe. De verdad la comida es buena, abundante y re barata, linda vajilla, pague  8,50. Menos que ayer. Si se puede hay que preguntar a los locales ellos saben donde se come bien.

Daré un paseo cerca del Teatro Massimo y al hotel, ya está anocheciendo, iré  al buscar mi valija para ir a tomar el tren a Milazzo,
Arrivederci Palermo

 

 

 

 

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