Fui a Santa Margherita desde Camogli, que queda a 12 km.
Desde el hotel Il Cennobio dei Dogi hasta la estación de tren hay que subir una escalera de 100 escalones. El tren tarda 10 minutos, casi todos por un túnel.
Santa Margherita se encuentra en el Golfo de Tigullio, en el Mar Ligure. Tiene una población de 10.124 habitantes. La llaman la Perla del Tigullio, ubicada en un lugar ideal para recorrer las localidades cercanas como Rapallo, Portofino, Camogli.
Es un pueblo de pescadores convertido en un elegante lugar de veraneo, con hermosos edificios de arquitectura liberty.
Esta ciudad es una meta turística muy renombrada. Conocida ya en la época romana, en la época medieval fue dividida en «bórgate «, barrios, que estaban en continua lucha entre ellos.
En el año 1550 se construyó un fuerte para defenderla de los ataques de los turcos.
En el siglo XVI la burguesía genovesa la eligió para construir sus espléndidas residencias veraniegas
En el siglo XX, con la construcción de grandes hoteles, la ciudad se convierte en una localidad turística internacional.
Es muy fácil de recorrer. Dos calles son las principales: Corso Doria, que nos acerca al pequeño puerto, en donde temprano por la mañana se puede ver cómo venden el pescado los barcos de pescadores. Y Via Marconi, que si la seguimos nos lleva hasta la iglesia y la Villa Durazzo.
En Santa Margherita se puede disfrutar de playas de todos los tipos: las de arena y las de pequeños cantos rodados, alguna muy escondidas en diminutas calas.
Entre la arquitectura más destacada están la Basílica de Santa Margherita de Antiochia, que fue construida en el siglo XIII y restaurada en el siglo XVII. Su fachada fue modificada en estilo barroco en el siglo XVIII.
Algo más afuera, subiendo un poco, se encuentra Villa Durazzo-Centurion, rodeada por un parque y un bello jardín a la italiana.
En la avenida costanera, en una plaza, hay una estatua de Cristóbal Colón apuntando con el dedo hacia América.
Estaba nublado y había poca gente. Solo una invasión de japoneses.
Gente muy bien vestida, negocios con precios de cuatro cifras y mucha gente con perros.
La ocupación principal es tomar café, aperitivos, helados, y disfrutar de esos placeres a lo largo de la bella costanera sobre la bahía y el puerto lleno de embarcaciones de todos los tamaños.
Desde Santa Margherita, si les gusta caminar, hay una hermosa vereda, toda roja (así era cuando yo estuve, luego el gran temporal la destruyó) de 6 km que llega hasta Portofino
Les aseguro que se van a enamorar de la Perla del Tigullio.