La autora

Hola, soy Silvana Salvucci.
Nací en Roma y soy la mayor de tres hermanas italianas.
Viví en Roma hasta la edad de ocho años y a pesar de la guerra, para mi, que era una niña, esa fue una infancia feliz.
Al estallar la guerra nos mudamos a las afueras de Roma, cerca del aeropuerto de Ciampino. Roma fue declarada «ciudad abierta», por eso no fue bombardeada y nosotros no sufrimos como otras ciudades.
Mis padres me contaron que cuando sonaba una alarma de bombardeo, mi mamá me envolvía en una manta, tomaba su cartera con documentos y dinero e íbamos a los campos que estaban cruzando la Via Appia para estar a salvo.
Tengo muchos recuerdos e imágenes grabadas de esa época, como la del cielo oscurecido por la cantidad de aviones que pasaban. Sin embargo, la mayoría de mis recuerdos son alegres, como las travesuras que hacía con mi hermana Ivana y los chicos del «quartiere».

Mis padres habían nacido en la Isola del Giglio, (isla). Él era aventurero y curioso, características que tal vez tengan los isleños.

Al finalizar la guerra, llegó al puerto de Ostia un barco  donde viajaba un primo de mi papá. Lo que supe es que este primo, que se llamaba exactamente como él, le pinto «L’America», como la tierra prometida. Así que mi padre decidió emigrar a la Argentina, llevándonos a todos con él.
Cuando llegamos, mi papá trabajó en lo que pudo, primero en Ingeniero White, luego en Florencio Varela se embarco en buques mercantes.

Recuerdo a mi mamá llorar todo el día, comparando a Roma con el barrio donde vivíamos en el que no había agua corriente, asfalto ni otras comodidades. Construyeron nuestra casa y nos educaron e instruyeron a las tres.
Tuve una infancia y adolescencia muy felices con amigos que aún conservo.
Me casé con Pedro. Tenemos dos hijos: Carolina y Andrés.
Mis viajes (al extranjero) comenzaron a los dos años de casarnos (fue a mis 28).
El trabajo de Pedro le permitía viajar a Europa y otros continentes, yo lo acompañaba. Fue en esa época que me enamoré de los aviones y por suerte pude tomarlos con bastante frecuencia. En cada viaje que hacíamos yo aprovechaba para quedarme en Roma, mi ciudad natal. Era para que no quedaran dudas acerca de que «Todos los caminos conducen a Roma».
Siempre pensé que nacer en Roma es algo importante, algo que nos marca. Será por eso que siempre vuelvo al terruño.
Me dijeron que mi signo, Virgo y mi ascendente, están signados por los viajes. !Qué suerte!

¿Qué más puedo decirles sobre mí?
Me gusta el mar, seguramente herencia de mis padres. Me gustan los barcos, será por lo mismo.
Me gusta la música, me gusta el arte, me gustan los libros, me gusta la buena comida y el buen vino, me gusta tener amigos.
Me gusta la naturaleza y creo que todo se lo debo a mis padres.

En mis innumerables viajes a Italia y al resto del mundo llegué a una conclusión: puedo asegurarles que nuestro planeta es maravilloso, pero pocos lugares encierran tanto todo junto como mi Bella Italia (me declaro fanática, ya lo ven).
Sus habitantes son exagerados, grandilocuentes e histrionico.
Los italianos hacen de la vida una fiesta continua, con su música (quien no conoce La Donna e Mobile, O sole mio, Pavarotti), con su arte (La fontana di Trevi, el Colosseo), sus paisajes (La Costa Amalfitana, Cinque Terre), sus platos más famosos (la pasta, la pizza) y hay mucho más para probar; el Parmigiano y el prosciutto di Parma y que me dicen del vino? Uno famoso, famoso es  il Brunello di Montalcino, un buen Asti y el Prosecco, no quiero que el modesto Chianti se ofenda si no lo nombro!!!

He descubierto que no me disgusta viajar sola. Tampoco me atemoriza manejar, sino todo lo contrario: me permite descubrir pequeños pueblos con sus tradiciones y costumbres mientras pregunto, averiguo y conozco lugares y personas particulares… algo que enriquece el espíritu y abre la mente.
Los olores y sabores hacen que asocie un determinado lugar a lo que comí o tomé. ¡Se ríen de mí porque recuerdo un menú de hace 5 años!
Cada viaje aunque vaya a los mismos lugares siempre es distinto, siempre hay un rinconcito, una comida, un vino, un concierto y algo nuevo para descubrir.
Pensé que tal vez, haciendo públicos mis viajes, les serviría de ayuda para los que ustedes hagan, así como lo hago con todos mis amigos.
Arrivederci Italia
Silvana Salvucci

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Mi Mamá, año 1939. Miren que bella y que look moderno. Bravissima.

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Yo, en Vespa !

Castiglione del Lago panorama

Yo, en Castiliglione sul Lago Trasimeno (Umbria)