PITIGLIANO – Toscana

Pitigliano está construida sobre un acantilado de 313 metros sobre el nivel del mar.
Desde un punto panorámicos de la ruta se la ve allá arriba, y me preguntaba cuan ríspida sería esa trepada. Bueno lo descubrí enseguida, y mientras subía me decía como caracoles hicieron este pueblo allí arriba.
En dos ocasiones en la última curva cerrada y en subida, se paró el motor, por suerte acá deben estar acostumbrados y nadie toco bocina ni me dijo «quien te dio el registro».

Pitigliano
Me hospede en el B&B La Casa degli Archi, que queda en un extremo del borgo, a metros de la puerta Sovana, construida en el año 1200. Todavía conserva uno de los goznes. Pitigliano tiene orígenes etruscos,

El B&B está en parte excavada en el «tufo», piedra que abunda en esta zona que es fácil de tallar. En la antigüedad había sido un establo, la remodelación ha sido muy inteligente y quedo hermosa. Conservaron los huecos que se usaba para darle de comer a los animales que en italiano se llaman «mangiatoie», para que sirvan como estantes, como así también el lugar donde tiraban la basura que se llama «butto» (que quiere decir tirar), se trata de un pozo como si fuera una cisterna. Estaba en mi baño, lo habían iluminado y era una decoración muy particular e interesante.

Pitigliano Hotel (4)

Pitigliano Hotel (5)

Pitigliano Hotel (1)

Gracias a estos depósitos se pudo saber cómo y de que vivían nuestros antepasados. La casa es hermosa, el living es enorme decorado con muebles de la zona y hermosas cerámicas.  Las ventanas son dos grandes arcos con el alfeizar del lado de adentro para poder sentarse.
Si vienen a Pitigliano y se hospedan a quí les recomiendo el cuarto se llama «Pensatori”, tiene una vista estupenda de todo el valle y parte de la ciudad.

Pitigliano Hotel (9)
Después de admirar la casa y la vista salí a reconocer el lugar que desde el camino me había asombrado. La ciudad es bastante chica, pero con muchos lugares interesantes para ver.

De camino a la plaza entré a la iglesia de Santa María y San Rocco, del siglo XII. Detrás del altar en el ábside hay una parte original de piedra y partes con frescos. Si sabemos mirar siempre habrá algo nuevo que no vimos antes. Esta me gustó mucho por la sencillez de lo primitiva.
Pitigliano Iglesia Antigua

Pase frente a la entrada de la sinagoga, donde había dos soldados, que me dijeron custodiaban la misma. Allí está la entrada al gueto judío.
La sociedad hebraica tuvo relevante importancia a partir del siglo XVI cuando emigraron de Roma por la persecución de la que fueron objeto.
Motivo por lo cual se la llamó La Pequeña Jerusalén. A ellos se debe la Universidad Hebrea de Pitigliano, además de muchas contribuciones económicas que redundaron en el desarrollo de la ciudad.

Eran las 19,30 hora de buscar un lugar para cenar. Los recomendados estaban todos llenos. Algo escondido esta «La Corte del Ceccotino».  Cené en el jardín que en realidad era un patio con paredes de piedras con plantas y una escalera que bajaba hasta una profunda cantina muy antigua, para mí sola.
Pedí un vino tinto Sovana Doc, muy bueno, trajeron unos bocaditos de cebollas de Tropea caramelizadas con panceta y reducción de aceto balsámico. De entrada, pedí unos Crostini con Tarese del Valdarno (es un queso muy particular) y jamón crudo que parecía lardo di Collonata. Luego ñoquis de papas a la Sorrentina, con mozzarella de búfala, tomatitos y albahaca, exquisitos. Además, ataditos de chauchas balinas con panceta. Y una mousse de ricota de cabra y chocolate, ¡riquísima!
La atención espectacular y cálida, preocupados por si tenía frio. Me ofrecieron un licor de hierbas de la zona, muy rico que me vino muy bien.

Pitigliano cena (2)

Pitigliano cena (3)

Pitigliano cena (1)
El B&B estaba cerca. Me quede un rato en el mini balcón a gozar del paisaje nocturno.

Pitigliano desde el cuarto

Si bien son dos las calles principales hay montones de vericuetos y callecitas con nombres como Lo Sdrusciolo, que quiere decir algo como el resbaladero, por lo empinado, otras como Vía de la Rivolta, Vía della Riscossa, vía Dei Tirani, Vía della Resistenza, y ¡así vía!. Siguiendo algunos de estos pasadizos empinados se llega a lugares con vistas maravillosas, terrazas llenas de flores y en esta época los jazmines que perfuman el ambiente.

Pitigliano (3)

Pitigliano vicolo resbaladizo

Pitigliano (6)

Saliendo del BB hay una bajada de escalones muy anchos y bajos que llega a la puerta Sovana, que es por donde subían con los carros los insumos para abastecimiento de la ciudad.

Pitigliano(3)
De regreso seguí por la calle Zucarelli y llegué al Duomo de San Pedro y San Pablo, del siglo XVI.

Pitigliano Duomo

El Duomo está ubicado en lo más alto en una plaza seca, plaza San Gregorio VII. Rectangular, bastante angosta, hay algunos macetones con arbustos, varios bancos, dos bares y restaurantes.

En la calle Roma hay algunos negocios de artesanos que hacen cosas muy particulares sobre todo en joyería. Y lo que no falta son las queserías y fiambrerías.
¡Es muy curioso como los italianos que vienen de turistas buscan los productos y las especialidades locales y compran y compran, luego comen y comen!

Paseando un rato llegué hasta el acueducto Mediceo, siglo XV, proyecto de Antonio di Sangallo il Giovane, construcción magnifica e increíble por los años que lleva en pie considerando cuando fue erigido y con los medios que tenían y la complicación debido a la fuerte pendiente que tenían con la ciudad de Pitigliano.

Pitigliano Acueducto Mediceo (1)

En la plaza de la República se encuentra la Fortezza Orsini convertido en un museo donde se pueden visitar 21 salas algunas todavía conservan los frescos, y los techos de verdad hermosos. En los sótanos estaban el molino de aceite y una sala de torturas. Nunca antes había querido ver ninguna. ¡Que ser particular podía ser el que las aplicara a otro ser!
El patio interior con sus pórticos y un aljibe es chico pero muy lindo.

Pitigliano (4)

Ya estaba bastante cansada, eran más de las 14 y todo el mundo estaba almorzando, y yo no iba a hacer menos.

En la plaza frente a la fortaleza Orsini, en el restaurante Cotto e Crudo, almorcé unas brusquetas toscanas y unos fideos con punta de espárragos y panceta, riquísimos.
En la casa no había nadie. Me preparé un café y me senté en el mini balcón colgado sobre la ladera. No hay que hacer nada más que llenar los ojos del entorno y agradecer al creador su obra y que yo pudiera disfrutarla.

Pitigliano (5)

A las 20,30 tenía la reserva en El Grillo. Cene con una señora, Federica, que había conocido. Resulto ser muy simpática y algo particular. La cocina del Grillo es Toscana tradicional, casera.
Tomamos vino, comí de entrada un plato típicamente toscano, Acquacota, es una sopa de verduras y legumbres, pan tostado y un huevo, después una carne de cerdo cocida con vino y papas al horno. De postre vin santo y tozetti. Todo muy rico y nada caro.

Pitigliano (2)
!Piano, piano llegamos hasta el BB! La noche era muy suave y daban ganas de caminar.

Era domingo y había decidido ir a Civita di Bagnoreggio que queda a 43 km, pero se tarda una hora imaginen el camino.  Llegue de regreso pasadas las 19,30 y ya estaban los bares y los almacenes cerrados, no es que tuviera hambre, pero tenía ganas de tomar un San Bitter o algo parecido. En la vía Roma en una especie de mercadito, compre un racimo de tomatitos, una mozzarella, y San Bitter.

Me acomode en el mini balcón para admirar la puesta de sol, recortada entre los árboles, es espléndida. Más tarde me haría la ensalada caprese.

Pensaba en la gente del pueblo en lo felices y relajados que se veían, que cosas simples los divertían.  Sentí algo profundo, como añoranza, parecía que había perdido algo. Pero me duró poco mirando el entorno y la picada.

Tipo 21,30 se abre la puerta principal y entra una pareja algo mayor que yo y se asombran al verme.
Me presenté, eran alemanes, no sabían una palabra de italiano, bueno si grazie y lo clásico, ni de español, ni de inglés, pero eran muy simpáticos y con señas, fotos, el traductor del iPad conseguimos entendernos.
La señora quiso ver cómo era mi cuarto, el baño y la escalera. No paraba de decir schone, schone, hermoso, hermoso.
Lo gracioso fue cuando vieron en el baño «il butto». Tratar de explicarles para qué había servido…
Me encanto la experiencia, el esfuerzo valió la pena.

Pitigliano

A la mañana siguiente cuando me levante para desayunar, los alemanes habían puesto la mesa para desayunar en el comedor y el lugar para mí también.

Hoy domingo fui a visitar el gueto. Se accede por una entrada, que en su tiempo se cerraba con unas enormes puertas. En la entrada de un negocio, la dueña me ofreció lo que vendía, entre ellos un postre que habían hecho para recordar el edicto de aislar a los hebreos. Se llama «Sfratto», tiene miel, naranjas, pasas de uvas y nueces, envuelto en una masa ácima.
Me contó cómo había sido la ciudad donde las comunidades convivían pacíficamente y que los hebreos habían contribuido a su desarrollo y bienestar.
Lo que se puede visitar es lo que quedó de los lugares públicos, una cantina para hacer vino kasher, la panadería o «forno delle azzime « la última vez que fue usado fue en el año 1939, además la carnicería, la tintorería.  Muchos eran tejedores y comerciantes.  El lugar donde se hacía el baño ritual o Tevila, y por supuesto la sinagoga que se construyó en el año 1598 por la donación del hebreo Leone di Sabato.

Pitigliano (7)

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Pitigliano (2)

Pitigliano (1)Me sorprendió la historia de este pueblo y como los Orsini los apoyaron mientras que los Medici los segregaron.

Me habían hablado de I Cavoni o Via Cava, insistiendo que fuera.
En la ruta a Sorano, se encuentra el acceso a la Vía Cava di San Giuseppe. Estaba descansada y era temprano, buena ocasión para la caminata que sería de 1,5 km en subida y otro tanto de regreso. Es una ruta construida en la época de los etruscos para comunicarse y comerciar con Sovana y Sorano que están a 12 y 19 km. de distancia. En el piso se ve la huella que dejaron los burros con sus cascos.

Pitigliano Via Cava (7)
El tufo es una piedra fácil de tallar. Aun así  viendo esas paredes de hasta 12 metros de alto y kilómetros y kilómetros, con subidas ríspidas, parece una empresa de locos. Es cierto que en los genios hay cierto rasgo de locura.

Pitigliano Via Cava (8)

Cuando empecé la subida me dije camino media hora y vuelvo, pero resulta que la pintura de San Giuseppe estaba a bastante más que media hora de manera que no iba a volverme. Cuando llegué a la pintura el otro punto es una fuente pero que en ningún lugar dice a cuanto queda, solo la flecha, me dije dale no te vas a volver, caminé unos 20 minutos más y ni señas de la fuente. Ni un alma en todo el camino, así que me volví.
De estas vías cavas hay muchas. ¡Me quedarán para otra vez! Son extrañas y fascinantes. Algo de verdad sorprendente y nunca visto.

Pitigliano Via Cava (5)

Pitigliano Via Cava (1)
Llegue al auto bastante cansada y con calor. Iba hasta Sorano que queda a unos 12 km.
En lo alto en una curva del camino se encuentra el Santuario de Santa María Delle Grazie, del siglo XV.
Me llamo la atención una pintura donde Jesucristo tiene una pollera roja, jamás vi nada parecido.

Volví ya tarde, de paso me compre una pizza, me prepare el aperitivo y me senté a descansar.

Mañana me iría. Me gustó tanto este lugar que me quede cinco días, dos más de lo previsto. Pero seguro volveré.
Es un lugar con una historia fascinante y todos los pueblos vecinos preciosos y ni que hablar de lo bien que se come.
Pigliano, espérame que volveré.