VIGNOLA-Emilia Romagna

Deje Piacenza, el domingo 24-23, rumbo a Savignano sul Panaro, siempre en la región de Emilia Romagna. Para variar solo le erre a una rotonda. Amenazaba lluvia, había la niebla, habitual en esta zona. Me gustan los campos verdes cubiertos como por un manto de polvo blanco que oculta casi todo. Llegando a Parma, la mitad del viaje, empezó a llover que no se veía nada.

La distancia desde Piacenza a Savignano es de  135 km. Tenía que encontrarme con unos amigos que venían de Vicenza para  ver la fiesta de los cerezos en flor y a mi, por supuesto! . Las cerezas de Vignola son famosas en toda Italia. Yo había leído en mi viaje anterior que se podían ver los árboles en flor. Sabiendo cómo era la floración de Japón pensé que esta sería parecida, pero resulta que los cerezos “sakura “ de Japón además de ser las flores color rosado no dan frutos, mientras que estos son blancos y dan cerezas muy preciadas.

Vignola está ubicada en las estribaciones de los Apeninos y del rio Panaro que baña toda la llanura Padana. Su nombre deriva del latín “vineola” que significa pequeña viña, ya que en tiempos de los romanos se cultivaban las vides.  

Vignola también cuenta con una  fortaleza y un palacio, donde residieron los condes, es famoso por una bella escalera caracol toda cubierta de frescos, diseño del arquitecto Jacoppo Barozzi, conocido como Vignola debido a su lugar de nacimiento.

Seguía lloviendo, fuimos hasta el Palazo Buoncompagni conocido como Palazo Barozzi, para que mis amigos vieran la escalera helicoidal  con bellos frescos.

El Palazzo Barozzi, ubicado en la Piazza dei Contrari 3, construido en el siglo XVI, estaba cerrado, y aquí otra vez la suerte me acompañó. Mientras mirábamos un afiche se abre una puerta y sale un señor al que le pregunte por el palacio y la famosa escalera. En los pueblos a la gente les gusta contar acerca del lugar y encantados te cuentan y explican. Así lo hizo este señor, más aun escuchando mi acento, nos dijo que estaba cerrado pero como él era el encargado de La Taverna del Palazzo, que funciona en la antigua cocina del palacio, nos mostraría la escalera y algo de la residencia.

La escalera caracol está decorada con frescos y su forma es muy hermosa mide 12 metros de altura y ocupa cuatro pisos, servía para comunicar los cuartos de los condes y en el altillo se encontraban las habitaciones de la servidumbre. Nos mostró, en el ahora restaurante el tablero con las campanitas que comunicaban a cada cuarto, como se puede ver en algunas películas de época.

Pasando por los pórticos llegamos hasta la fortaleza llamada Rocca di Vignola, su interior está vacío salvo en una sala un cañón y en el “cortile” (patio), un aljibe.

Queríamos tomar algo, pero entre la fiesta de las cerezas y domingo de ramos, en la pequeña ciudad había un mundo de gente.

Por fin encontramos un bar y tomamos unos Martinis. Si, nada de Campari! con cosas para acompañar que pensamos que no almorzaríamos. Se imaginan? Que italiano se saltea una comida!

Reservamos en el restaurante Rasdora, en Via Tavoni 160, fuera del caos y decidimos ir con un solo auto.

El restaurante de los clásicos de pueblo con clientes habitués.  Había un buffet muy variado, muchas verduras y legumbres preparados con ajo y peperoncino, salteados. Tortillas, papas al horno con romero, pescados, etc. Yo di cuenta de ello bastante bien.

Aquí nos enteramos de un plato llamado Borlengo, y que sólo se puede comer en esta región, y en unos 17 km a la redonda de aquí. Describirlo es difícil podría decirse que es como un crepe muy muy finito de color bien blanco al que le ponen queso parmigiano y  carne de cerdo cocida y procesada. Es rico, delicado, parece una nube. Comimos ravioles de “zucca” (zapallo) con ragu, pollo al horno con papas, no recuerdo el postre.
Durante el almuerzo había un grupo de señoras que preparaban los tortellini, que son ricos y famosos y que son una tradición protegida por la UNESCO.

Después de almorzar fuimos a buscar mi auto para ir a ver los cerezos en flor. No les cuento lo que fue llegar al estacionamiento. Nos dijeron que no se podía ir porque estaba el desfile de carrozas. Yo me veía esperando hasta la noche. Por suerte encontramos la vía para llegar. Nos despedimos con la promesa de volver a vernos pronto. Yo fui hasta Savignano sul Panaro al BB L’Alpenice, donde me quedare 3 días.

Esta región es muy hermosa además de ser donde mejor se come de toda Italia.