Estuvimos tres días en casa de mi sobrina Paula en Ravenna, y visitamos los alrededores.
El borgo medieval de Gradara, fue por el año 1200 primero propiedad de la familia Malatesta, luego de los Sforza y después de los Borgia.
Almorzamos a la sombra de su torres almenadas en el restaurante Mastin Vecchio, en el corazón del borgo antiguo. No les puedo contar los sabores maravillosos de unos ñoquis con un “pecorino di fossa e maggiorana» y una degustación de quesos locales, miel y dulce de peras, para no darles envidia y tengan ganas de venir nos les cuento más, solo decirles que la región de Le Marche y Emilia Romagna es donde mejor se come en Italia.
Seguimos viaje a Cattólica ciudad de hermosas playas que queda a 82 km. Tiene un acuario muy grande llamado «Le Navi».
Llegamos a la hora del aperitivo y café por supuesto frente al mar.
De regreso cenamos en Cesenatico. Que también es una ciudad balnearia con un puerto-canal construido en el año 1500 sobre un diseño de Leonardo da Vinci. El Museo de la Marinería, que parte es el puerto-canal donde se encuentran amarradas 10 embarcaciones originales de pesca de los años 1800/1900. Son una hermosa y fascinante imagen con sus velas pintadas, que están desplegadas según la época del año.
A los dos lados del canal hay restaurantes y bares donde se come pescado muy bueno.
A la mañana siguiente nos despedimos de la familia con un sentimiento de nostalgia por la incertidumbre de cuando los volveríamos a ver.