EL PANTHEON – Lazio – Roma

El Pantheon – Roma

El Pantheon, ubicado en el centro histórico de Roma, es una de las visitas imperdibles de la Ciudad Eterna. Ya saben mi ciudad.

El Pantheon, construido en el siglo I, es el edificio mejor conservado de Roma. Monumento de una belleza única y de una arquitectura increíble, en su origen fue dedicado a todos los dioses. La particularidad que no tiene cúpula y el techo es abierto. ¡Piensen en la época que fue construido!

La leyenda popular dice que en el Pantheon nunca llueve, en realidad llueve como en todos los lugres que no tienen techo y la prueba esta el pavimento de la rotonda es ligeramente convexo, con la parte central 30 cm más alta que el perímetro, para que la lluvia que entre por el óculo fluya hacia el canal situado en todo el perímetro.

Era el «templo de todos los dioses» (pan, todos; theon, divinidad) en la Roma pagana. Debe su origen al emperador Adriano, quien entre los años 118 y 125 erigió un santuario en sustitución del templo construido por Marco Agripa el 27 a.C., que había quedado totalmente destruido en el año 80 a causa de un incendio.

El Pantheon es el edificio más imitado en el mundo y lo que llama la atención es la inscripción en bronce en el frontispicio, que dice “Marco Agrippa, figlio di Lucio, console per la terza volta, edificò” (Marco Agrippa, hijo de Lucio, cónsul por la tercera vez lo edificó)

La fachada del Pantheón reina en la Piazza de la Rotonda con su aire imperial, su nombre deriva de que se lo llamaba la rotonda.  A primera vista, llama la atención la pronaos –el pórtico de columnas– que precede a la estructura circular. Ocho espectaculares columnas corintias, de 13 metros de alto, más dos filas laterales de 4 columnas cada una, lo que hace 16 en total que sustentan el frontispicio donde se aprecia la inscripción dedicada a Agripa.

Roma Pantheon 2015

Un atrio conecta la pronaos con la estructura circular. En su interior hay siete nichos bellamente decorados con mármoles de diversos colores, traídos de todas las canteras del imperio, que posiblemente servían para albergar las siete principales divinidades romanas. En ellos se pueden admirar obras de arte y los sepulcros de Fafael, el Rey Umberto y Margherita di Savoia.

Pero lo que realmente nos deja sin aliento es la espectacular cúpula que se levanta por encima de nuestras cabezas, de 43,44 metros de diámetro, decorada en su interior con 5 filas de casetones que en su época estaban revestidos de láminas de cobre. Las paredes miden 6,25 metros de espesor.
Es una maravilla arquitectónica de todos los tiempos, una verdadera joya de la tecnología que soporto 2000 años de terremotos. Un auténtico logro arquitectónico que de manera visual parece indicar el camino hacia el cielo. Dominando la cúpula, un enorme óculo de 9 metros de diámetro, siendo la única luz natural que se proyecta al interior y permite apreciar el ingenioso juego de fuerzas que soportan el peso de la cúpula sin necesidad ningún elemento de sujeción.

Por las medidas internas que se repiten, hace suponer que podía tener un simbolismo cósmico, ya que en la fecha del 21 de junio a las 12 horas que es el solsticio de verano, el sol que entra por el óculo cae exactamente en el centro del portal de ingreso. Que también fuera un templo solar y que el gran óculo sirviera como observatorio nocturno.

Durante casi 2.000 años con apenas trabajos de restauración, este sistema ha fascinado a los arquitectos de todos los tiempos. El secreto de la técnica reside en los cinco círculos concéntricos de casetones que descargan el peso, el cual es más ligero de lo que parece debido a los materiales usados: mampostería de piedra volcánica, caracterizada por su porosidad y ligereza.

La cubierta exterior de la cúpula estaba ricamente cubierta con láminas de bronce dorado, fue desmantelada en el año 633 por Constante II. Nosotros solo podemos imaginarla bella y brillante en la cálida noche romana.

El papa Bonifacio IV en el año 609, lo consagró como iglesia de Sancta Maria ad Martyres. Gracias a ello sobrevivió a los saqueos medievales, aunque no a los de Urbano VIII, que en año 1632 retiró el bronce del pórtico y construyó dos torres campanario, que fueron derruidas a finales del siglo XIX. Fue el primer caso donde un templo pagano paso a ser del culto cristiano.

Recuerdo una vez que vine con Pedro, mi esposo, queriendo disfrutar de esa belleza iluminada, nos quedamos a cenar justo enfrente, en la Hostaria Pantheon, espacio delimitado por macetas por el tráfico. Todavía no habíamos terminado y los mozos empezaron a llevarse las mesas vacías, luego las macetas más lejos y por fin las que teníamos al lado, resultado las motos pasaban rozándonos.  Cosas que suceden en Italia.

Igual valió la pena.