Dejé San Casciano Dei Bagni inmerso en las dulces colinas Toscanas para ir a Tarquinia. En realidad, la localidad es Farnesiana, en la campiña Maremmana (también en la región del Lazio). Esta zona se asoma al mar Tirreno. La distancia es de 89 km y tiempo de viaje 1,35 según el GPS. Imaginen la ruta.
El BB, Casale Poggio Nebbia, al que llegue después de perderme y terminar en el puerto de Civitavecchia, queda en la cima de una colina de un paraje precioso. Era ya la hora del almuerzo, dejé las cosas y fui a comer. ¡Otra aventura!, te explican como si fueras de la zona. Por fin llegué.
El restaurante, Brizio, en el km 83 de la Vía Aurelia-Tarquinia. Comí bien, un plato de spaghettoni alla almiraglia, con mejillones, chipirones, camarones y todos esos bichitos que me encantan.
Después volví y me dediqué a admirar el entorno, ya que el BB se encuentra en la cima de una colina y se puede ver el mar a lo lejos. El atardecer parecía una acuarela de las que pinta mi hija Carolina.
Cené en el restaurante del BB, que es muy bueno, los platos enormes. De entrada, comí «huevos al tegamino» huevos fritos en una sartencita, con tartufo, después papardelle al ragu, eran una montaña. La botella de vino, Morellino di Scansano, me sirvió para todas las noches que cene aquí, era muy bueno.
http://www.poggionebbia.it/
Al día siguiente la dueña me sugirió que fuera hasta unas ruinas de una antigua fortaleza con una muralla, Borgo della Farnesiana, que quedaban a 7 km, lo que no me dijo que la calle era de tierra y piedras y el paraje solitario. Saqué unas fotos, desde la calle, desde donde no se apreciaba el conjunto, pero estaba tan feo que pensé si empieza a llover no sé cómo vuelvo, además sin señal en el teléfono, así que me volví, y fui a Civitavecchia que queda a unos 20 km. ya había empezado a llover.
Frente al paseo costanero encontré un lugar para estacionar y cuando fuí a comprar el ticket una señora me regala el de ella que era por una hora. Y después era gratis así que me ahorré el estacionamiento, que no es barato.
Civitavecchia es una ciudad portuaria sobre el mar Tirreno en la región del Lazio. Sus orígenes son etruscos. En época romana tomó importancia por la cercanía de Roma. El puerto fue construido por el emperador Trajano en el siglo II, y la primera noticia de ello aparece en una carta de Plinio el Joven año 107. El primer nombre con que se la conoció es Centum Cellae, no se sabe bien el origen del nombre, se especula con las «cien salas» de la villa del emperador.
La ciudad tiene un hermoso Forte Michelangelo, obra pedida a Bramante por el papa Julio II para defender el puerto de los piratas. Fue terminado en el año 1535 por Antonio da San Gallo el Joven, mientras que la parte de la torre llamada “maschio” (varón, nombre que se le daba a la torre más alta en estas construcciones) fue Miguel Ángel quien la terminó, del cual recibió el nombre. El fuerte mide 100 metros por 82 metros, con cuatro torres de 21 metros de diámetro, las paredes son de una medida descomunal entre 6 y 7,6 metros de ancho. El fuerte fue construido sobre una antigua construcción romana. El conjunto es de verdad una belleza.
Siguiendo el Lungomare Calata della Rocca (costanera) se tiene a la vista el puerto lleno de grandes cruceros y embarcaciones de paseo, y algo más adelante se llega hasta la Rocca o Fortaleza, una antigua construcción de origen medieval del año 1400 realizada bajo el pontificado de Papa Callisto III, que sirvió como residencia papal. Formaba parte de la muralla de defensa de la ciudad. Lo que ahora se puede ver es solo la parte del basamento ya que durante la última guerra fue destruida totalmente por los bombardeos.
En el puerto, en la Dársena Romana, detrás de la muralla de la antigua Roca, hay expuesta una reproducción de una antigua nave de guerra de la flota romana, de doble fila de remos llamada Liburna. No me puedo imaginar como cordinaban a los remeros.
Volviendo hacia la ciudad atravesando la Porta Livorno siguiendo siempre el Lungomare nos encontramos con la Fontana Vanvitelli, realizada en el año 1743 por el arquitecto Luigi Vanvitelli, es uno de los monumentos mejor conservados de la ciudad.
Aquí detrás se encuentra la muralla defensiva mandada construir por el papa Urbano VIII, para proteger y separar la ciudad del puerto y de los desembarcos nocturnos. Es una maravilla de construcción, elegante y a la vez poderosa de un hermoso color naranja pálido. Es un marco inigualable a la ciudad moderna.
Frente al puerto encontré un restaurante y sin mirar mucho entre y me senté, La Giacciaia, sobre el Lungomare Gramsci 93, comí unas verduras salteadas con papas. No fue una de mis mejores elecciones. Los camareros ¿Preguntan siempre lo mismo, “esto solo va a comer, no quiere un primo?» Si, un primo rico no me vendría mal.
Después del frugal almuerzo fui hasta la calle principal Corso Centocelle, una gran avenida con muy lindos edificios, donde se encuentra el Teatro Comunale Traiano. El teatro se inauguró en el año 1844, con una ópera de Donizetti. Durante la última guerra en el año 1943 la ciudad fue bombardeada por las fuerzas americanas y el teatro quedó destruido casi totalmente. En el año 1948 reabrió sus puertas.
Enfrente se halla un hermoso palacio, sede del Palacio de Finanzas.
Siguiendo unos pocos metros hasta una rotonda desde donde sale la Vía Leonardo, tomándola, subiendo unas escaleras, se llega a la Piazza Regina Margherita, en el corazón del casco antiguo. Es aquí, alrededor de la plaza donde se hace el Mercado Di San Lorenzo,
Si les gustan los mercados donde se vende de todo, deben venir de mañana, es todo un espectáculo, los vendedores gritando la mercancía y haciendo contrapunto de ofertas.
Quería ver la Catedral de San Francisco de Assisi, que es la iglesia principal en el centro histórico, en la Piazza Vittorio Emanuele II.
Estuvo construida sobre una pequeña iglesia franciscana del año 1610, luego reconstruida y terminada en el año 1782. Tiene un frente barroco y columnas de estilo jónico. No pude ver su interior porque estaba cerrada.
Volví temprano, (es una manera de decir después de andar 6 horas) el lugar donde se encuentra el BB es precioso, de manera que no me importaba quedarme a no hacer nada y que los ojos gozaran.
Cené en el BB, un plato de antipasto que tenía verduras, aceitunas, fiambres, quesos y un paté de hígado servido con pan tostado, que a mi pesar, no lo pude terminar porque era delicioso. La noche estaba preciosa, pasee un rato por el parque.
Hoy amaneció un día espléndido, después de desayunar iría a Tarquina esta ciudad me encantó, de regreso me quedé a cenar en el restaurante del BB.
Esa noche la Sra. Ana, dueña del BB, me había reservado parte de lo que habían preparado para ellos, ya que yo le había comentado que me encantaban los porotos. Hicieron guiso hecho con algo que acá no se conoce se llama «codica di maiale” es el cuero del cerdo curado, porotos borlotti, cebolla y tomates. Como plato principal cerdo envuelto en lardo, cocido con vino tinto y aceto balsámico, y cebollas. Estaba absolutamente delicioso todo.
Mañana dejo este hermoso lugar, cuyo nombre no podría estar mejor puesto, ya que quiere decir Colina de Niebla, donde el placer es el del entorno y de la comida deliciosa. Iré a Velletri que queda desde aquí a 129 km y se demora 2 horas.