VALSUGANA ARTE SELLA – Trentino Alto Adige

Deje Vicenza en dirección Valsugana, que queda a 95 km. En las  afueras de Vicenza sobre la ruta se encuentra una de las más famosas Villas Palladianas, llamada La Rotonda. Debe su nombre a que tiene cuatro caras y de donde se la mire siempre son iguales.

El paisaje es muy lindo, los campos después de la nieve están todos verdes y todo cultivado, árboles de fruta florecidos blanco y rosa. Magnolias enormes también de color rosa oscuro. La ruta es en el llano y a lo lejos se ven las montañas que aparecen de repente como si fueran una pared. La imagen que me surge es como de un papel que doblamos formando un prisma.

Los pueblos en el llano se topan con la ladera y empiezan a treparse a la montaña que parece la fuéramos a chocar. En el desvío a Trento ya el camino se hace serpenteante, mi destino era Strigno o Spera.

Los de Booking a último momento me dijeron que el hotel que había reservado estaba sobrevenido y me mandaron a uno en Spera, que es el pueblo siguiente, pero para arriba. Creo que me tienen de punto. El auto se paró dos veces.

No hablemos del estacionamiento, cuando vi donde estaba deje el auto y que se arreglen. ¡El cuarto tiene una vista espectacular!

Había venido hasta aquí porque quería ir a un lugar que se llama Arte Sella, en Val di Sella y Malga Costa.
Yo suelo hacer este tipo de cosas, veo en algún lado algo que parece interesante lo anoto y programo de ser posible ir, como en este caso.
En el hotel pregunte cuán lejos quedaba, me dijeron que unos 40 minutos. Como se pueden imaginar me volví a equivocar para llegar a la autostrada y luego (juro) el GPS me mando por una calle de campo que después de un rato pare y pregunte, me dijeron que estaba cerrada y que a muchos les pasaba lo mismo. Volví a la ruta y le pregunté a una señora que parecía mochilera. Era de Milano pero venía a hacer trekking, no le molesto acompañarme como 3 km. ¡Me dijo que igual la había acercado, suerte para mí!

De allí en más camino bueno, angosto, pero en subida, precioso el paisaje.

Llegue hasta donde se inicia el recorrido del parque. Me sacaron carpiendo porque no había visto dos prohibiciones de paso, así que volví un km dejé el auto y volví a pie.

Antes de iniciar el recorrido almorcé en un lugar idílico, era como una galería angosta hecha de enredaderas, en este momento sin hojas, que, en un extremo, en la lejanía se veían las montañas nevadas. No había nadie, silencio, perfume a campo y buena comida.

Este parque esta formado por esculturas vegetales o con elementos de la naturaleza.
El parque se inició en el año 1986 entre tres amigos que habían viajado a Samarcanda, decidieron crear algo de lo que habían vivido. El recorrido por el bosque en busca de las esculturas vegetales es emocionante e interesante. Obviamente muchos de los trabajos ya no están y otros están modificados por la madre natura.

La imaginación o la inspiración de la naturaleza lleva a los artistas a realizar cosas hermosas en muchos casos y en otras raras, hay para todos los gustos.

Esta obra es de un autor japonés.

Hubo algunas que me gustaron mucho, en general todas tenían su parte de encanto y sugestividad, como la llamada “El tercer Paraíso o la trinchera de la Paz”, era un gran signo de infinito, hecho en un prado que se podía admirar desde lo alto.

Otra llamada “Estado de ánimo “, muy singular. “El refugio”, muy graciosa. «Trabucco de montaña” me resultó divertida, “La Catedral Vegetal” que llevará años completarse, del autor Mauri Giuliano.

Estado de ánimo.

El refugio, como verán quise probarlo, uno nunca sabe y no estaba nada mal su interior.

Otra obra preciosa que parece un sol, pero no sé bien que quiso decir el autor, un japonés, que no le puso nombre, solo la fecha. Y no los canso, si les interesa pueden buscarlo en internet.