Viterbo también es conocida como la “Ciudad de los Papas” porque fue elegida como sede para la elección de un nuevo papa. Fue el cónclave más largo de la historia, duró dos años, nueve meses y dos días, desde el año 1268 a 1271. Es muy interesante lo que sucedió, como pasaban lo días y no se ponían de acuerdo a quien elegir, primero les redujeron drásticamente la comida a pan y agua, aun así, no resolvían quien sería el nuevo sucesor de Pedro, entonces sacaron el techo de la sala para que la lluvia y el frío los apresuraran y además los encerraron con llave, de allí viene el origen de cónclave, «cum clave» es decir con llave. Aun así, tardaron 2 años en elegir un sucesor. A través de los siglos debido a la hostilidad que había en Roma con el clero, los cardenales tuvieron que elegir diferentes sedes para sesionar, por ese motivo se tenían que refugiar en lugares secretos para evitar la ira de la gente.
El Palazzo Papale aún hoy sigue sin techo, dominando como una fortaleza la colina de San Lorenzo. El Duomo de San Lorenzo en la plaza del mismo nombre, de estilo románico donde fueron coronados siete papas fue construido sobre los restos del templo de Hércules. Se comenzó en el año 1192. El campanario en el año 1369 en estilo gótico toscano. Fue el cardenal Francesco De Gamarra que en el año 1570 ordenó la construcción de la fachada. Que durante la última guerra fue gravemente dañada.
Pasear por las calles de Viterbo es un verdadero placer y nos encontraremos con gratas sorpresas. Es una ciudad llena de leyendas, misteriosas algunas, trágicas otras y hasta graciosas, alguna les contaré. Cada una de la gran cantidad de placitas, fuentes, Iglesias y bellos palacios nobles y simples casas, escaleras, pórticos, casi todo ha quedado como hace siglos y cada una tiene una historia además nos adentra a la edad media de una ciudad italiana. Uno de los barrios más representativos es la Contrada San Pellegrino con la plaza del mismo nombre que lo toma de la iglesia de San Pellegrino. Dos costados de la plaza lo forman el hermoso palacio Alessandri que en el año 1251 estuvo a punto de ser destruido por la familia rival de Tignosi pero gracias a la intervención de Papa Inocencio IV no sucedió. La torre del siglo XIII completa el conjunto arquitectónico.
La plaza del Plesbicito, es el centro de la ciudad, está rodeada de los más importantes y bellos edificios. El Palazzo dei Priori se inició en el año 1460 y se terminó en el 1632, con un bello patio y una gran fuente. Este palacio es el que más cambios sufrió a través de los siglos. El Palazzo del Podesta es el que nunca cambió su denominación y su construcción se inició en el año 1264, como residencia del podestá que era el mediador entre la municipalidad y el papado, la Torre del Reloj de 44 metros se le agregó en el año 1489. La iglesia de Sant Angelo in Spatha es la construcción más antigua de la ciudad, y su consagración se remonta al año 1145, durante el papado de Eugenio III y el Palazzo de la Prefectura.
En la iglesia de Santa Maria Nuova, de estilo románico, una de las más antiguas de Viterbo, Santo Tomás de Aquino desde un púlpito en un ángulo exterior de la iglesia arengaba a la gente.
La Piazza della Crocetta es donde se produjo el milagro della brocheta (del cántaro) cuenta que una niña que fue a buscar agua se le cayó y rompió el cántaro. Lloraba desconsolada, cuando Santa Rosa juntó los trozos y el cántaro se volvió a armar. Sobre la fuente se colocó una pequeña estatua de la Santa en recuerdo del milagro.
En Viterbo se guarda la «Máquina de Santa Rosa», había oído hablar de ella, pero ni idea que era. Nos explicaron, que es un enorme candelabro iluminado, de 30 metros de altura, que pesa 52 toneladas, (52.000 kilogramos) y que es llevado en andas por más de 80 personas todas de la misma altura. La procesión se celebra todos los 3 de septiembre, de noche por las calles a oscuras de la ciudad, en honor a la Santa Patrona Santa Rosa de Viterbo. (La fotografía es de Internet)
En la Via Saffi una hermosa y típica casa medieval del año 1300, llamada Casa Poscia tiene una leyenda que cuenta que el bello balcón era el de la habitación de una hermosa joven llamada Galiana, donde ella se asomaba para recibir los agasajos de los caballeros y nobles del lugar, y que tenía la piel tan blanca que cuando tomaba vino se lo podía ver bajar por su garganta. !Cosas que se cuentan!
Hay una parte de Viterbo oculta bajo tierra, que forma toda una red de túneles de 2500 años de antigüedad desde época etrusca, están excavados en el tufo, roca blanda y fácil de tallar. Es muy discutida la utilización de los mismos. Todos los túneles llevaban a las salidas de la ciudad, asegurando el escape de los pobladores en caso de asedio. En la actualidad se pueden visitar unos cientos de metros a una profundidad entre 3 y 10 metros.
Es muy famosa una cerámica artesanal producida con un método antiguo, que se re descubrió hace relativamente poco tiempo. Decorada en azul muy oscuro, muy linda y muy cara.
La cocina local es muy variada y sabrosa y la oferta es muy amplia y para todos los presupuestos, tienen que probar el spaghetti all’Amatriciana o la auténtica carbonara, también son muy buenos los platos a base de pescado, y todos los fiambres y quesos locales.
Dando vueltas llegamos al Corso Italia 11, donde en un palacete medieval, en la contrada (barrio) de Santo Stefano se encuentra el Gran Caffe Schenardi fundado en el año 1818, de una bella y elegante arquitectura, renovado en el año 1885. Café y masas riquísimos así que nos dejamos tentar. Fue sede de reuniones políticas. Han pasado por este lugar personalidades de todo tipo, desde el Papa Gregorio XVI en el año 1841, Giuseppe Garibaldi, Benito Mussolini, Orson Welles, el rey Gustavo VI de Suecia con las princesas, Federico Fellini y tantos otros personajes ilustres y ahora yo.
Ya estábamos cansadas y teníamos 55 km hasta Anguillara en el Lago di Bracciano, que se demora casi una hora. Le dijimos adiós a Viterbo que me gustó mucho, seguro que volveré.