Los dueños del BB, me sugirieron ir a Minori. Saliendo de la casa hay una bajada que llega al pueblo, son solo unos 1.100 escalones, ¡los conté! El paseo fue muy lindo tenía a mi derecha el mar y a la izquierda la montaña llena de pueblitos, iglesias, monasterios, olivos y vides por todos lados. Si mal no recuerdo se llama el Sentiero dei Limoni.
En la larga escalinata se asoman puertas y ventas de las casas y cada tanto hay alguien sentado, en la calle, verada, puerta, vaya uno a saber cómo lo consideran.
Hacía calor y ni bien llegue, busque una mesa en la plaza que mira al mar, me acomode en un bar y tome una crema de café.
En la zona la Pasticceria Sal di Riso, es famosa porque en esta pastelería se inventó la Torta Ricotta e Pere, (ricota y peras).
Se dan cuenta cuando digo que es inagotable las sorpresas que se encuentran en los lugares más impensados.
Minori es una pequeña población de unos 2200 habitantes, de tradición marinera y de pescadores.
Mientras me reponía empezaron a sonar las campanas de la iglesia y a la vez disparos de cañón. Había un casamiento, pero nadie sabía a qué se debían los disparos.
Linda oportunidad para ver un casamiento, porque aqui son muy divertidos y alegres. La iglesia de Santa Trofimena (que nombre) súper adornada, llena de flores y pétalos por todos lados, las arañas a full y la gente re empilchada. Las mujeres no sé cómo no se matan en esas calles con esos zapatos. Cuando salieron tiraron arroz y también un montón de confeti. Junte unos cuantos, eran riquísimos.
Era pasado el mediodía, no me invitaron al casamineto y no iba a subir todos los escalones y opte por el pulman hasta Amalfi, allí podría almorzar.