Conozco muchos pueblos medievales, pero este me pareció bellísimo. La primera imagen que uno tiene desde lejos son sus murallas del año 1200, la de una torre redonda y un campanario con grandes ventanas de donde pende una bandera amarilla y roja, símbolo de la ciudad. Me recordó la imagen de un libro de cuentos de hadas y dragones.
Sus calles son empinadísimas, placitas y rinconcitos deliciosos llenos de flores, restaurantes de diseño, iglesias por doquier, una galería que emula las galerías del año 1800 en versión provinciana.
La une a su vecina Sansepolcro una recta de 8 km, enorme obra de ingeniería construida allá en el año 1300.
Anghiari se hizo famosa por la batalla habida en el llamado llano de la Piana della Battaglia, en el año 1440, ente Florentinos y Milaneses.
Una de las entradas a la ciudad es a través de la Gallería Magi que desemboca en Piazza Baldaccio donde hay un monumento a Garibaldi.
Estacioné el auto un poco más abajo y volví a la plaza y para empezar el recorrido con entusiasmo me senté a tomar un cafecito en el Bar Garibaldi, ¿de qu;e otra forma se podía llamar?
Desde la Piazza Baldaccio, siempre subiendo por la Vía Trieste hacia el fondo se encuentra la iglesia de Santa Maria delle Grazie en cuyo interior hay algunas pinturas del año 1500.
Si llegamos a la plaza Mameli nos encontramos con el Palazzo Tagleschi y el Palazzo Marzocco.
Más adelante esta la Badía del siglo XII y enfrente la capilla de la Miseriordia.
Si hasta ahora era todo en subida, la que veo delante de mí es una escalinata aún más empinada, pero vale la pena, porque llega a la Piazza del Popolo donde se yergue el Palacio Pretorio y es la parte más elevada del borgo, donde se halla junto con el antiguo Cassero (Castillo) el campanario al que llaman el Campano, fue construido en los años 1234-1323, y en el año 1502 se le coloco el reloj. Su silueta sobresale en el paisaje de la ciudad.
Ya en la cima nos encontramos con un restaurante que tiene una terraza con una espléndida vista sobre la Piana della Battaglia y a la calle recta de 8 km hasta Sansepolcro que se divisa a lo lejos. Restaurante Giardini del Vicario, Piazza del Popolo 7. Si hacen lo que hice yo, se quedarán y podrán deleitarse con lo que les ofrece la carta.
Traten de salir del recorrido donde van todos, métanse en cuanta callejuela o rincón poco concurrido vean, pregunten a algún vecino que esté en la puerta de su casa, o en el mercado o bar y les contarán historias, algunas muy graciosas, de la rivalidad entre Anghiari y Sansepolcro que se remontan al año 1300.
El pueblo es tan encantador que aunque se les pase por alto algún edificio o iglesia podrán gozar de una atmosfera detenida en la edad media.
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