Deje Fabriano para ir a Ascoli Piceno que queda a 185 km, Llegue rápido por la autostrada sin inconvenientes, pero llegar al hotel casi me llevó el mismo tiempo. Di un millón de vueltas porque esta todo en arreglo. Por fin estacione a unos 200 metros en una zona para los habitantes locales. Del hotel vinieron a ayudarme con la valija, y luego acompañarme al garaje que era cerca pero complicado de llegar por los cortes.
El hotel Palazzo Ciotti, en un edificio de época, en la Piazza Arringo. Muy moderno, el cuarto muy lindo, con un baño precioso y todos los adelantos tecnológicos. Aquí me quedaré tres días.
La plaza de forma rectangular, es la más grande y la más antigua, tiene dos fuentes gemelas, en uno de los extremos se encuentra el Duomo y en una de los laterales el Palacio Municipal, el hotel se halla en frente.
Deje la valija, baje a almorzar al restaurante del hotel “Agorà “. La especialidad de Ascoli son las “aceitunas ascolanas” rellenas de carne de cerdo, empanadas y fritas, las comí de entrada y después cavatelli verdes con pesto de espárragos y bottarga, y una copa de Prosecco, todo muy rico.
Hacía frío y llovía, el Duomo estaba cerrado y me hacía falta un café, sabía que aquí hay uno de los bares históricos, de manera que debía ir a conocerlo, estaba muy cerca en la Piazza del Popolo y se llama Caffe Meletti. Se encuentra en el elegante y bello Palacio Meletti, construido en el siglo IX. El interior del café es de estilo Art Deco, cuidadosamente conservado, demás decir que el café y lo que sirve todo rico. El producto más famoso es el aguardiente anisado “Anisetta”. Fue inaugurado el 18 de mayo de 1907. Y por el pasaron personajes famosos como Simone de Boveaur, Ernest Hemingway, Jean Paul Sartre, Pietro Mascagni y tantos otros y también Yo.
El día era ideal para gozar de la belleza de la plaza y del interior del café y de una rica tarta de frutas y almendras con un delicioso café.
Habia un grupo de jóvenes graduados con sus coronas de laureles, aquí una de las chicas. Cuando re reciben en Italia se dice que se «laurean» de allí la corona de laureles. Nada de harina, huevos y demás yerbas.
La plaza es hermosa a pesar de la lluvia, es el corazón de la ciudad y de la vida social, está rodeada de edificios con pórticos, y almenas que le dan un aspecto escenográfico. Entre ellos se encuentra el Palazzo dei Capitani, edificio construido entre los siglos XII y XIV, y ya en el año 1520 tomó la forma actual. La torre con las almenas es de origen medieval. Tiene una hermosa escalera y un pequeño patio interno.
La Iglesia de San Francisco, que conforma el lado más angosto de la plaza fue construida para conmemorar la vista del santo en el año 1215. El portal que da sobre Piazza del Popolo es de estilo gótico. Tiene dos claustros el Maggiore, también llamado Delle Erbe, donde por las mañanas se hace un mercado de frutas y verduras, y el Minore. Los italianos hacen casi a diario algunas compras. Es la iglesia de arquitectura franciscana más representativa de la zona.
En la ciudad hay 27 iglesias por lo que pude contar. No, no las visite todas! Me gustan mucho las de estilo románico, sobrias, grandes, altas, sin adornos, como eran en su época.
Seguía lloviendo, pero no por eso deje de recorrer la ciudad, cafecito de por medio.
Fui hasta Via delle Torri, a la plaza San Agostino, donde se encuentra la Iglesia de San Agostino, construida en estilo románico alrededor del año 1239. Su interior austero, adornado con muy pocos frescos y una pintura de la Virgen de la Paz, llamada así porque se cuenta que salvo a la ciudad de una invasión en el año 1350. Es una pintura poco común donde se la ve a la Virgen amamantando al Niño Jesus.
Los habitantes de Ascoli se sienten orgullosos de serlo y tienen un dicho “Cuando Ascoli era Ascoli a Roma erano pascoli” dice cuando Ascoli era Ascoli en Roma eran pastores.
Ciudad construida en el mármol travertino. En el restaurante Agorà los posa cubiertos son un trocito de travertino, eso es ser coherentes.
Si quieren comer, tomar, vestirse, peinarse, perfumarse como corresponde, vengan a Italia.
Seguía lloviendo, (no me detiene). De regreso al hotel pare a tomar mi macchiato en una heladería “Gioelia” (buen juego de palabras de joyas y helado) que parecía una joyería, toda blanca y muy moderna.
Volví al hotel sorprendida por lo que encontré es esta bella ciudad. Si pueden vengan que les encantará.
14-4-23 El desayuno del hotel muy rico, muy linda vajillas y la presentación.
El día estaba esplendido, empecé mi paseo yendo al Duomo, Basílica de Santa María y San Emidio, arquitectura románica y renacentista, fue construido sobre un templo romano en el siglo VIII y hasta el siglo XVI sufrió diferentes modificaciones. En el altar hay un políptico del pintor Crivelli recién restaurado, que es una belleza. Siguen asombrándome estas obras. Debajo de la catedral hay una cripta preciosa.
Al costado del Duomo se halla el baptisterio de San Giovanni, también de origen románico. Con una verdadera fuente bautismal donde se sumergía a los fieles como se hacía en el rio Jordán.
Recorriendo las callecitas cercanas al Duomo llegue a la Piazza del Popolo, fui a ver el claustro de la Iglesia di San Fracesco donde se hace el mercado de las frutas y verduras.
Llegue hasta el puente di Porta Solestá, sobre el rio Tronto, uno de los mejores conservados, fue construido por el emperador Augusto, largo 62 metros y ancho 6,50 metros, lo que permitía que dos carros podían cruzarse, Tiene un único arco de 22 metros, lo que demuestra la gran capacidad de ingeniería romana. Este puente fue utilizado en todas las épocas, desde la romana, la medieval, renacentista hasta el día de hoy.
Entendí porque todo está en restauración. La ciudad está postulada para el año 2024 como ciudad de la cultura. Quedará toda blanca como la piedra en que está construida. Ojalá pueda volver.
A pesar del café, al ratito tome un aperitivo y aún asi se imponía cenar. Me habían recomendado dos restaurantes, Il Vinattiere, en Vía Cesare Battiati 12/14 y La Locandiera, en Corso Trento e Trieste 33, solo en este había lugar. De entrada comí un plato de carpaccio, vieiras y unas brusquetas de verduras, luego un plato de “spaghetti allá ascolana” (buenísimos y originales) de postre tiramisú, vino Lambrusco.
El desayuno en el hotel increíble por lo variado y su presentación, es imposible negarse.
Hoy no llueve y daré una vuelta por la ciudad y sus negocios. La ciudad es fácil recorrerla, me perdí poco aun siendo una parte de callecitas intrincadas bien medieval.
Aquí también hay restos de un teatro romano
Almorcé en la Piazza del Popolo, en el restaurante Lorenz, pensé cambiar menú, tenían Sushi, el peor de mí vida. Luego me dijeron que era el peor restaurante de Ascoli. Lo elegí por el lugar. Si vienen o vayan!
Para consolarme fui a hacer un poco de shopping jiji. Por la tarde un buen aperitivo en Caffe Meletti. Y nada de cena.
15-4-23 Hoy es mi último día y voy a ir a un pueblo medieval que me recomendaron, que queda a 26 km, Offida. Su particularidad es que desde tiempos remotos las mujeres hacen puntillas muy valiosas usando algo llamado “tómbolo”.
Volví con tiempo para despedirme de la bella Piazza del Popolo, tomando un «appericena» en el Caffe Meletti.
Mañana voy a San Benedetto del Tronto