Dejando atrás la ciudad de Anghiari me dirigía a Citta di Castello, y a pesar de poner la dirección del hotel en el el GPS di un millón de vueltas para llegar al Hotel que estaba algo fuera del borgo antiguo. La ciudad es bastante grande no así el casco antiguo.
Después de instalarme decidí ir al borgo antiguo. Menos mal que lo hice en auto porque eran más de 10 cuadras, pero de campo. El casco antiguo es muy lindo y chico, a pesar de eso no evitó que igual me perdiera en las callecitas que giran en círculo.
Tiene un campanile redondo que se encuentra en la parte posterior de la Catedral o Duomo de San Florido. Fue construido a fines del siglo XIII, mide 43 metros de alto y 7 metros de circunferencia. Dicen es uno de los pocos campanarios redondos existentes.
El Duomo en su forma originaria fue construido en el siglo VII, recién en el año 1529 fue terminado oficialmente, debido a eso tiene diversos estilos desde el gótico al renacentista, En el interior, el ábside está cubierto de bellos frescos.
En la ciudad hay varios museos, iglesias y la catedral. Cuenta con numerosos y hermosos palacios, entre ellos Palazzo dei Priori, Palazzo Podestá, Palazzo Vescovile, Palazzo Vitelli.
Yo tuve muy poco tiempo de manera que pude ver solo la Catedral y el Palazzo dei Priori, en la Piazza Gabriotti construido en el año 1323 y 1338.
Es muy hermoso el Palazzo del Podestá, en la plaza Matteotti.
Se hizo la hora de la cena y el restaurante que me habían recomendado estaba lleno. En un rinconcito de una calle escondida encontré otro Pappa e Ciccia, en Vía del Popolo 16, donde comí una carbonara buenísima, a la que no le ponían queso, una panna cotta y una copa de Sagrantino de Montefalco.
Es maravilloso caminar de noche sin temor, los pueblos son hermosos y la imaginación vuela en busca de los personajes que habitaron estas callecitas. Para variar no encontraba el lugar del parking, y esos personajes no me ayudaron, pero si unas personas que iban al estacionamiento. Ya ven que no me llevo bien con los mapas.
Dejando Citta di Castello me desvié un poco para visitar en la cima del cerro, el Santurio de la Madonna del Belvedere, una impresionante edificación, que se ve desde bastante lejos.
Fue construido para recibir la estatua de la Virgen que según los peregrinos hacía muchos milagros. En el año 1684 debido a las donaciones se pudo terminar la construcción.
El interior es enorme e invita al silencio y a la reflexión. Si están cerca dense una vuelta, el panorama desde arriba es muy hermoso y la construcción también.