Hoy les contare la historia de un dulce muy rico y común en toda Italia.
Son friables, doradas, rectangulares y crocantes, espolvoreadas con azúcar impalpable, tienen un aspecto y sabor inconfundible, son las llamadas “chiacchiere di Carnevale”.
La historia de las “chiacchere” (se pronuncia quiaquiere) es muy antigua, los orígenes son en la antigua Roma cuando celebraban las fiestas Saturnali, una fiesta parecida al carnaval de hoy día. Durante el periodo de las fiestas y banquetes populares para todos los estratos sociales, este era como un símbolo de los excesos. Se las llamaba frictilia, este dulce se freía en grasa y se distribuía a la multitud en las calles de la ciudad.
Una anécdota refiere a un hecho de la reina Margheita di Savoia, a raíz de una charla de la reina y sus huéspedes que pidió un dulce a su cocinero un tal Raffaele Esposito, y él le sirvió estos buñuelos fritos a los que llamó chiacchiere, que quiere decir “charlas”.
Como se podrán imaginar este dulce tiene distintos nombre según la región y hasta a veces de ciudad en ciudad, cosa de italianos, jjjjj. Se preparan para el carnaval, unos días antes y durante todo el tiempo de la fiesta más colorida de Italia.
La receta es la misma o varía muy poco, las hay con vino o licor y también rellenas, pueden ser finas o más gruesas pero indefectiblemente tienen que tener globitos.
Tienen muchos nombres, por ejemplo en Roma se llaman frappe (mi mamá las hacia) en Liguria bugie (mentiras) en Toscana cenci (se pronuncia chenchi), en Veneto galani, en Friuli cróstoli, en Piemonte gasse, también risole o gale, en Mantua lattughe, en Abruzzo cioffe, en Sardegna maraviglias, en Bologna strappole, en Emilia Romagna fiocchi o fiocchetti, en Calabria guanti, Val d ‘Aosta merveilles. Pero el nombre más usado es el de chiacchiere.
Receta (por si alguien quiere probar)
240 gr de harina, 20 gr de manteca, 20 gr de azúcar, 2 huevos, una cucharada de Brandy (opcional), una pizca de sal.
Mezclar todos los ingredientes hasta conseguir una masa lisa y firme. Dejar reposar la masa por algunos minutos. Con el palote extender la masa varias veces, conseguir una hoja fina y con una ruedita dentada o un cuchillo filoso, cortar rectángulos de 10 cm de largo por 5 cm. Freír en aceite bien cliente (para que se formen los globitos), dorar de ambos lados. Espolvorear con azúcar.
Éxitos y a degustarlas los valientes!