Foligno es una ciudad preciosa, es una ciudad de llanura cosa poco frecuente en la región umbra. Fundada sobre las márgenes del rio Topino, lo que le da grandes ventajas estratégicas y económicas.
Fueron los umbros en fundarla hace miles de años, pero en el año 295 a C fue conquistada por los romanos que la llamaron Fulginia. Poco queda de la época romana ya que en varias oportunidades fue arrasada por los barbaros.
Entre los siglos XIV y XVI tuvo un enorme nivel cultural y económico. Aquí se imprimió en el año 1472 el primer libro de poética italiana, La Divina Comedia.
Foligno siempre fue una ciudad rica y aristocrática. Pertenecía a la rama de familias guibellinas (a la cual pertenece mi apellido), cuando la mayoría umbra es guelfa, Esto los llevó a tener continuos enfrentamientos con Perugia.
La ciudad está rodeada de murallas y en el año 1300 estuvo bajo el dominio de la familia guibelina Trinci, pero para ganarse los favores de Spoleto y Perugia se pasaron a los guelfos, aun así, estuvieron en guerra por más de 134 años, hasta la intervención papal.
Conserva la estructura medieval del centro histórico, si bien su originaria forma oval se ha desdibujado con las construcciones modernas. En las placitas y callejones se encuentran pequeñas joyas arquitectónicas.
La Piazza della Republica es muy grande, elegante y rodeada de bellos edificios, una verdadera sorpresa. Fue y sigue siendo el centro de la ciudad como lo fuera antaño, donde confluyen callecitas preciosas, con hermosos palacios, iglesias medievales y renacentistas.
El Duomo de San Feliciano patrono de la ciudad, del que quedan pocos vestigios de su origen románico, del siglo XII. Tiene dos frentes uno que es del año 1143 con un pórtico y el otro del año 1201 con un hermoso portal de refinados bajorrelieves y decorados, que representan a Federico Barbarroja, a los Evangelistas y los signos del zodíaco. En su interior hay una capilla de Antonio da Sangallo il Giovane del año 1527.
En uno de los lados de la plaza entre los años 1262 y 1265 se construyó el Palazzo Comunale con su maciza torre.
El Palazzo Trinci, ahora alberga una Pinacoteca. Fue restaurado entre los años 1389 a 1407 por la familia Trinci estando en sus mejores momentos. En la restructuración dejaron un patio interior. Es un verdadero palacio de cuento de hadas.
Completando la plaza el Palazzo Pretorio y el Palazzo Orfini del año 1515.
En la Piazza della República en el bar «Central», tomamos un aperitivo, como lo hacían todos los que salían de misa, era domingo y la gente se reunía en los diversos bares.
La pastelería y los helados son increíbles, se podrían resistir?
No había mucha gente, el pueblo tranquilo, muchos en bicicleta y gente paseando, todos los negocios cerrados. Después del breve descanso llenando no solo el estómago sino también la vista con la belleza de alrededor, decidimos seguir un poco más para luego ir a almorzar.
En la Vía Garibaldi esta la iglesia de la Madonna del Pianto y un poco más adelante la de Santa María del Suffragio del año 1545. En esta parte de la ciudad son numerosos los palacios ricamente decorados del año 1600, Palazzo Orfini, Palazzo Marchetti, Candiotti este último es uno de los ejemplos más refinado de la arquitectura del siglo XVIII.
En la Piazza San Doménico se encuentra la bella iglesia de Santa María Infraportas, del siglo XI y XII, construida en su momento fuera de la muralla. Es de las pocas iglesias que conserva la estructura original, el pórtico, el campanario y unos raros frescos con cierto aire bizantino.
Almorzamos en un restaurante que queda en un palacio, «Trattoria del Corso», en Corso Cavour 54, todo lo que servían era cocido en el horno de barro y la verdad la comida muy rica. Cuando reconocen el acento argentino se acercan a conversar y quieren saber. El dueño nos invitó con un Amaro de Calabria.
Durante la primera quincena de junio y luego en septiembre se celebra la justa La Giostra della Quintana es un torneo a caballo con trajes típicos que se viene realizando desde el siglo XVII. También engalanados con trajes de época 600 hombres y mujeres forman un fabuloso cortejo. Esta fiesta es famosa en toda Italia y en el extranjero.
Cuando llegamos a la ciudad no teníamos grandes expectativas, pero debo decir que nos resultó muy linda de recorrer, sin subidas, y quizá el saber de su corazón guibellino me hizo amarla y apreciarla.