MERANO – TRENTINO ALTO ADIGE

20-9-24 Desde Limone sul Garda nos dirigimos a Merano. La ruta preciosa, ya entrando a zona montañosa, todo muy verde y los ríos bastante caudalosos. Por supuesto como corresponde nos equivocamos en varios cruces de rutas, forma parte del viaje. Teníamos la ubicación del parking ubicado en el borde del casco antiguo de la ciudad. Nos costó encontrar el departamento, que era muy lindo y en pleno centro. El auto no podía entrar al centro histórico en consecuencia las valijas había que llevarlas por la calle unas dos cuadras. Por fin lo conseguimos.

Después de dejar el equipaje fuimos a comer algo en un bar, el centro es casi todo peatonal. Pizza and Food, en Via Plankenstein esquina Cavour, comimos unas pizzas individuales, para esperar nos trajeron unos panes fritos, muy ricos. Descansadas y alimentadas dimos una vuelta por la ciudad, que es un placer visitarla por su arquitectura, con castillos, edificios medievales, y de estilo Art Nouveau.


 Los pórticos construidos en el siglo XIII por los condes del Tirol, tienen unos 400 metros de longitud, van desde la Plaza del Duomo hasta la Plaza del Grano, y es la zona comercial por excelencia, esta calle peatonal se llama Via dei Portici.
Cuando se visitan estos lugares hay que mirar para arriba, veremos techos rojos, pequeños balconcitos, alguna cúpula, negocios unos a continuación de otros, bares, restaurantes de cocina típica que es muy particular y sabrosa.

Nos habían recomendado un restaurante para cenar, pero estaba lleno. Reservamos para el día siguiente. En la Via dei Portici 104 está el restaurante Signorvino, yo lo conocía de haber comido en Milán. Cenamos bastante bien, mi amiga un plato de spaghetti con salsa de tomates y stracciatella y yo una Cotoletta Rustica, costilla de cerdo empanada con grisines acompañada con papas al horno y una mayonesa particular (mucho…), tomamos vino tinto Pinot Grigio. El departamento estaba cerca por suerte.

A la mañana siguiente desayunamos cerca en una linda cafetería con cosas riquísimas. Después fuimos hasta Curon Venosta, a 74 km, motivo por el que había decidido venir a Merano. Un lugar muy particular, el pueblo fue inundado debido a una represa, y lo curioso es que en el medio del lago artificial, Resia, sobresale el campanario de la iglesia.

Volvimos a la tarde con tiempo de cambiarnos e ir a cenar al Trattoria Flora que teníamos una reserva. Queda en Via dei Portici 75, en un edificio histórico del 1400.
El menú algo particular, de entrada, una sopa crema de calabaza con crocantes de panceta y yo carpaccio de langostinos frescos, de sabor delicioso muy delicado. Luego una hamburguesa especial y yo pulpo asado con salsa de mango. El vino tinto local. Paseando volvimos al departamento, la ciudad es muy segura y tranquila.

Al día siguiente después de desayunar en el bar Liszt Café y Bistro, en Corso della Liberta 49,fuimos al mercado ya que ese día había, a los italianos les encantan, son enormes y hay de todo, ropa, cosméticos, productos locales y comida.

Luego volviendo por Corso della Liberta, pasamos frente al teatro Civico Puccini, es una construcción relativamente nuevo del 1900 inspirado en el estilo Jugendstil, es un estilo arquitectónico que se desarrolló en Alemania y Austria a partir de 1895 y hasta 1910. Es una de una variante del Art Nouveau. Esta es una ciudad elegante, tranquila donde “dolce far niente” es lo que más se estila.

Desde allí hasta la Piazza della Rena, amplia, elegante y con algunos bares. Haciendo ángulo con La Via Leonardo Da Vinci, se encuentra una de las antiguas puerta de acceso al casco medieval. Por ella se llega a la Piazza del Duomo, dondese encuentra la iglesia de San Nicoló, es un ejemplo de los más antiguos de arquitectura gótica tirolesa, su origen data de 1170 y las primeras noticias escritas son de 1266. En su interior es muy bello, hay varios frescos, un altar tríptico y un bello rosetón en el frente. Tiene un hermoso campanario de 83 metros.

Detrás del ábside se encuentra capilla de Santa Bárbara. Este edificio, fue destinado como capilla funeraria del cementerio que rodeaba la iglesia hasta 1848. Las primeras menciones del cementerio se remontan a 1335, alberga tres hermosos altares: el primero, de la Inmaculada y el Niño Jesús, el segundo, un altar gótico con puertas del siglo XV, y el tercero, dedicado a Santa Bárbara. Merece ser visitada ya que es casi un cofre.

Todo queda muy cerca y la mañana era ideal para pasear, de manera que fui hasta el puente, que cruza el río Passirio, de una construcción preciosa, donde en una columna de alumbrado tiene un escudo de un águila roja de Merano. Atravesé el puente para ir a ver la estatua de Sisi, emperatriz de Austria, que se encuentra en un paseo junto al rio desde donde se tiene un magnifica vista de la ciudad. Ella fue muy amada por los italianos y en toda la región del Sudtirol

Aproveche para entrar a la glesia del Santo Spirito, Merano esconde rincones ricos en historia y arte, y esta iglesia es uno de ellos. Fundada en 1271 por Mainardo II, además de un hospital. Es un ejemplo del gótico alemán. Tiene un bello portal de entrada con una representación de la Trinidad de 1440 y un rosetón de brillantes colores de 1495. También hay un fresco de la crucifixión de 1450, y un crucifijo del 1300, es una preciosa iglesia. Queda en Via Roma 1, apenas cruzando el puente.

Volviendo al lado opuesto decidí quedarme y hacer lo que todos, sentarme y tomar un aperitivo, algo que los italianos y los que no aman. El bar Icerberg, en Passegiata Inverno 19 a orillas del rio, llenísimo. Tome un Prosecco con algo para picar.

Ahora venia la difícil elección de donde almorzar, y se imaginan que en Italia no se puede obviar.  Desandando Corso della Liberta nos gustó un restaurante bien típico alemán, Forsterbrau Meran, en Corso della Liberta 90. Comimos en el patio interno muy lindo y tradicional, la comida italiana, unos spaghetti con salsa de pomodoro y burrata, y ravioles de zapallo con manteca y salvia. Compartimos un strudel todo muy rico. Tomamos agua.

Era nuestro ultimo día, así que paseamos a lo largo del rio en la Passeggiata di Inverno, para tomar un café, la tarde esplendida.

Luego volvimos al casco antiguo para visitar el Duomo y la capilla de Santa Barbara, y las callecitas circundantes.
Fue muy gracioso porque quise tomar un café al costado de la catedral, eran las 17,30, el mozo me dice que a esa hora ya habían apagado la máquina, claro esto esta casi en la frontera son Austria y a esa hora ya cenan o toman cerveza.

Por la tarde noche volvimos para tomar algo o cenar y nos sorprendió el edificio Kurhaus que es una de las obras maestras del Art Nouveau más famosas de los Alpes y un símbolo de Tirol del Sur, totalmente iluminado. Es un lugar fascinante en el centro de Merano con vistas al rio Passirio. La cúpula, la gran terraza, y las Tres Gracias del tejado le dan un aspecto elegante y refinado a su exterior. Es un centro de convenciones y eventos

Mañana iremos a Padola en el corazón de las Dolomites.

Esta es una hermosa ciudad que merece ser vivida con tiempo y tranquilidad, si van al norte de Italia se las recomiendo.