Hoy voy a ir al lago Misurina. Queda a 15 km de Cortina D’Ampezzo, se tarda unos 22 minutos, por el paso Tre Croci que queda a 1805 metros de altura. El paso tiene un largo de 8 km, una pendiente 7% y como bien se imaginan todos tornanti (zig zag). Desde allí se tiene una hermosa vista del monte Cristallo y el Pomagagnon. Una vez que termina el descenso del paso, hay un trecho de unos dos o tres km en línea recta y llano, el panorama que se tiene delante es alucinante, primero ve ven imponentes las Tre Cime di Lavoredo, y el Grand Hotel Misurina que parece surgir del agua, al pie del macizo.
Recién un poco más adelante se ve el pequeño y famoso lago en el que termina más de una pista de ski. Está a 1754 metros de altura.
Las leyendas son parte de la cultura y del folklore de estos lugares de montaña donde las largas y frías noches se prestan para contar hermosas fábulas como la del lago Misurina.
Se las voy a contar, a mí me fascinan, Misurina era el nombre de la hija de Sorapiss rey de estas montañas. La pequeña de unos 8 años era tan bella cuan caprichosa. El rey la adoraba y le consentía todo debido a que era huérfana. Misurina se enteró que había un hada que tenía un espejo mágico, y le suplicó mucho a su padre que le consiguiera el espejo. Fueron a ver al hada, que se negó al pedido, pero viendo la tristeza del padre consintió, con una condición durísima, con la esperanza que la niña desistiera. El hada tenía un hermoso jardín sobre el monte Cristallo, pero el exceso de sol dañaba las bellas y raras flores. Entonces le dijo que le daría el espejo, pero el rey debería convertirse en una montaña para darle sombra a las flores. Misurina recibió el espejo, pero, no se inmutó ante el pedido del hada. Mientras Misurina se miraba en el espejo Sorapiss empezó a transformarse. Misurina se dio cuenta que se hallaba en la cima de la montaña que había sido su padre y al mirar hacia abajo tuvo un mareo y cayó al vacío. Sorapiss en sus últimos instantes de vida veía el trágico fin de su amada hija, sus lágrimas se convirtieron en ríos que bajan de la montaña formando el lago que tomo el nombre de Misurina. El espejo roto en mil pedazos fue arrastrado hasta el lago dándole reflejos de mil colores.
Estamos fuera de temporada, hacía frío, pero estaba soleado, muy pocas personas y un silencio infinito. Me gusta así.
Me senté a contemplar ese entorno, lleno de paz y silencio, pensando en Misurina y Sorapiss.
Me hubiera gustado llegar hasta las Tre Cime di Lavoredo, pero estaban filmando una película y el camino estaba cerrado.
La ruta a Dobbiaco pasa por el parque Tre Cime, es un camino bastante recto dentro de un bosque junto al pequeño lago Landro de colores preciosos.
En la entrada al sendero para llegar a los pies del Lavoredo hay un monumento muy moderno (no desentona con el entorno), me cuesta describirlo, es muy sutil, de cemento gris hielo, con forma de marco, en cuyo fondo se ven las tres cimas como en un portarretrato.
Qué más puedo decirles de estos lugares, las rutas discurren por hermosos paisajes, no me canso de admirar y a la vez sorprenderme nuevamente cada vez.
En menos de 15 minutos llegue a Dobiacco. Lo primero que se encuentra es el lago de color verde, verde, un perfecto espejo, en una orilla un restaurante y bar.
Esta naturaleza fantástica me tiene embelesada y ya ven que no me importa si hace frio, llueva o nieve.