Desde Moena fui a San Martino di Castrozza, que queda a 41 km y se tarda 1 hora.
Rezaba para que cambiara el tiempo. El paisaje hasta llegar al Passo Rolle a 1970 metros, precioso porque se veía, pero una vez arriba la niebla era tan espesa que no se veía nada. Desde el paso Rolle a San Martino hay unos 9 km todo en bajada, con más de 14 tornanti (zig zag). Por suerte se cruzaron solo dos autos.
Había ido para ver la formación montañosa llamada Le Pale di San Martino, un macizo impresionante por las fotos que vi, pero no vi nada porque estaba nublado y de a ratos llovía.
El pueblo precioso como todos los de la zona. Viento y frío y ni un restaurante abierto.
En Vía Passo Rolle 76, ¡encontré el Bar Centrale que no tenía nada para almorzar y los que estaban tomaban vino o cerveza! En el local tenían una máquina a vapor de hacer café que era una preciosura y una verdadera antigüedad.
Conseguí que me prepararan un cappuccino (no fue con esa máquina) que me vino muy bien, lo tome en una terracita que miraba al macizo, con la esperanza que saliera el sol, pero que no querían dejarse ver.
Al pueblo lo cruza un arroyo que estaba en parte congelado.
Saqué algunas fotos, fui hasta una iglesia, la vi solo por fuera.
Una vez terminada la temporada de ski cierran todo y recién abren en junio para el verano.
Es un lindo lugar y si están cerca o de paso no duden en visitarlo. Seguro volveré con mejor tiempo. Tiene una muy linda arquitectura de montaña con edificios antiguos.
Mapa con las pistas de ski y los picos que no pude ver.
Volví temprano a Moena para no llegar de noche.