Deje
Valsugana y tome la
autostrada dirección Trento que queda a unos 40 km. Todo bien, salvo que me equivoqué al poner la dirección en el GPS y me llevo al centro histórico. Espero no me hayan hecho una multa.
El hotel Grand Hotel Trento, típicos años 70, muy elegante, con grandes salones decorados llenos de arañas y sillones de terciopelo rojo.
Dejé el auto y fui al centro histórico que quedaba a pocas cuadras. La ciudad es muy fácil de recorrer, es más bien chica y muy linda.
En Italia no hay ciudad donde en la plaza, o en alguna fuente, monumento o que se yo, no haya un mercado (los italianos adornan los mercados) o hayan tapado el edificio porque lo están arreglando, o esté tapado de autos y motos estacionados, ah me olvidaba de gente, estudiantes, jubilados y japoneses. Además de celebrar bodas.
Algunas formales y otras no tanto.
La Vía Balenzani (dicen que es la más linda de la ciudad), por ella se llega al Duomo.
En ella se encuentra el Palazzo Geremia del Siglo XV-XVI, tiene reminiscencias venecianas y es uno de los primeros ejemplos de la arquitectura renacentista.
Casi frente al mismo se encuentra el Palazzo Thum, que desde el año 1454 durante cuatrocientos años perteneció a la familia noble Thum. Fue utilizado por algunas congregaciones durante la fase final del Concilio de Trento. Tiene un hermoso patio interior con columnas y una escultura.
Otro hermoso es el Palazzo Quetta Alberti-Colico. En la fachada totalmente recubierta de frescos, se superponen frescos del año 1400 y 1500, también acá se nota la influencia veneciana en los colores. Su frente está embellecido con un diminuto balcón y una ventana con tres arcos, llamadas “triforas”. Me encantan estos frentes.
En la plaza del Duomo con la hermosa fuente de Neptuno estaban armando unas estructuras enormes.
El Duomo está dedicado a San Vigilio, patrono de la ciudad. Construido entre el Siglo XII y XIII, de estilo romano gótico. Su interior es enorme y altísimo. Fue sede del Concilio de Trento desde el año 1545 hasta 1563. Fue construido sobre la tumba del santo. Tiene un campanario del siglo XVI.
También forma parte de la plaza el Palazzo Pretorio con sus características almenas.
Me encontré frente al Palazzo Galasso de estilo renacentista, también llamado del diablo, porque dice la leyenda que el diablo lo construyó en una noche.
Tanto caminar dan ganas de tomarse algo y que mejor lugar que frente al Duomo debajo de los pórticos del edificio Cazzuffi Rella con bellos frescos en su frente, en el Caffé Italia.
El Palazzo Fogazzaro es uno de los edificios barrocos de la ciudad, construido en la mitad del año 1700 como residencia de una familia noble. Con hermosas rejas de hierro, un portón con dos esculturas de atlantes sosteniendo el dintel.
El Castello del Buonconsiglio, rodeado de altos muros, es muy grande y hermoso, pero no tuve tiempo de visitarlo. Alberga varios museos. Fue residencia de príncipes y prelados
Dando vueltas encontré en la Plaza Lodron un bar-restaurante “Panificio Moderno” y la verdad le hacía honor al nombre. Comí una lasaña de verdura con parmigiano muy rica. Una tarta siciliana de ricota, naranjas y café.
La pareja que estaba sentada en la mesa del al lado me desearon “buon apetito” y a partir de allí nos pusimos a conversar, me dijeron eran de Trento y que la región era una de las que mejor estándar de vida tenia de Italia. Cuando se fueron me sorprendieron saludándome con un beso, cosa que acá en el norte no se acostumbra.
Las calles que rodean el Duomo están llenas de negocios de las marcas más famosas de ropa, anteojos, zapatos y de diseño para la casa.
La parte de los pórticos es muy linda y ya les digo todo queda cerca que uno querría ver todo al mismo tiempo.
Al día siguiente fui al MUSE, Museo de ciencias, es nuevo (2013) y si quisieran visitarlo para no hacer cola hay que sacar las entradas por Internet. Museos de esta categoría son una experiencia fantástica. El stand del genoma humano algo muy sofisticado e interactivo, este por nombrarles alguno, había para todas las edades. El edificio de última generación es precioso tiene una terraza con una buena vista. Además del museo se edificó un barrio llamado Le Albere, proyecto de Renzo Piano (yo no lo conocía, es un arquitecto muy famoso), y una hermosa la biblioteca universitaria, que cierra el complejo.
Aproveche para almorzar en un restaurante muy reconocido llamado “Dal Marcante», fundado en el año 1758, sirven productos típicos del Trento.
De manera que comí un plato de espárrago con huevos, y “Pasta e fagioli”.
Recorrí el barrio y me senté en un bar heladería a tomar un café con chocolate y crema, enorme.
En el rato que estuve se sentó una pareja que hablaban de política, me escucharon llamar a la moza y me preguntaron si era argentina porque ellos habían venido a Buenos Aires hacía unos años. Nos pusimos a charlar yo me tenía que ir porque había dejado en el guardarropa del museo mi abrigo. Cuando me despedía me dijeron que ellos tenían una casa enorme en el centro de
Venezia que si decidía ir con gusto me alojarían, me dieron su tarjeta y me pidieron que les cuente como seguía mi viaje por Italia.
Llegué al centro y en una de las esquinas había una orquesta de la localidad de Zambana que estaban tocando, mientras chicas con trajes típicos promocionaban la fiesta del espárrago que se hacía en una semana y que según me dijeron es el más rico de la zona.
Tocaban muy bien y muy lindo el repertorio.
Me encanto la ciudad, los dos día fueron poco tiempo. Tendré que volver.