Varenna, es una ciudad que queda a 43 km de Bellagio, sobre el Lago di Como.
Nació siendo un pueblo de pescadores. Desde entonces conserva ese encanto, sus casas colorida y cuidadas hacen de ella una postal. Las calles son empinadas, con interminables escaleras que suben hacia la montaña, villas con jardines aterrazados, casas de pescadores y pequeñísimas playas de guijarros.
Visitamos la Villa Monastero, sobre la orilla del lago. Los jardines son preciosos, hay fuentes, glorietas, grupos escultóricos, lugares para sentarse, miradores y un pequeño bar en el jardín.
Inicialmente fue un monasterio femenino cisterciense fundado en el siglo XII. En el año 1600 la familia Mornico lo transformó y reestructuró en estilo ecléctico. Luego fue donada para museo y posteriormente la provincia de Lecco la adquirió y forma parte del patrimonio cultural.
Ya era hora de sentarnos a tomar algo, así que fuimos al pueblo, que esta recostado sobre la ladera y el lago parece besarle los pies. Queda recerca y fuimos caminando. Da una idea del nivel de vida de la gente de la zona los negocios elegantes, joyerías y marcas de moda, en sus estrechas callecitas y vericuetos con escaleras, que bajan a la costa.
Los bares, sobre la orilla del lago, cubiertos de perfumadas enredaderas, son atractivos e invitantes.
No nos hicimos rogar: pedimos vino tinto Bonarda de la Valtellina, que acompañan con pizzas, quesos, fiambres, papas y aceitunas.
Como son muy creativos a eso lo llaman «Apericena».
El pueblo es chico y es un placer pasear por él si vienen cuando no hay tanta gente, porque no tendrán que hacer colas. En esta zona todos los lugares alrededor del lago son de ensueño.