Desde Anguillara Sabazia fuimos hasta Sermonetta que queda a 60 km desde Roma. Es una ciudad medieval, que junto a Citadella en el norte de Italia en la región del Veneto, son los dos mejores ejemplos de arquitectura medieval, además de haber sido preservadas perfectamente.
El pueblo volsco que habito una gran zona del Lazio la llamó Sulmo. Las continuas invasiones de los sarracenos hicieron que, lo que es hoy Sermonetta fuera construida en la cima de un monte, dominando la llanura Pontina. En el borgo viven 29 familias.
Sermonetta tenía una ubicación privilegiada en la ruta que unía el Norte con el Sur, y en el año 1297 la familia Caetani la convirtió en centro de su poder. Para poder dominar todo el Lazio destruyeron a su vecina Ninfa.
Hicimos una visita guiada al Castello Caetani, construido al comienzo del año 1200 por la familia Annibaldi, más como fortaleza que como residencia noble. Las paredes externas miden más de tres metros, además de las murallas defensivas construidas sobre la roca.
Lo que queda de esa construcción es el torreón, llamado «maschio» que quiere decir varón, es el torreón más grande y el «maschietto» varoncito, que es una segunda torre defensiva adosada a la primera más baja. Estas dominan la plaza de armas, donde hay un gran aljibe.
En el año 1297 las tierras de Sermonetta, Bassano y San Donato fueron cedidas al nieto del papa Bonifacio VIII, Pietro Caetani.
La familia Caetani no reparo en gastos para convertir a la Rocca en una verdadera fortaleza militar, con nada menos que cinco murallas, que gracias a los puentes levadizos la hicieron inexpugnable. Estas obras de fortificación fueron diseño del famoso arquitecto Antonio da Sangallo.
El castillo tiene unas caballerizas, obra realmente impresionante debido a la importancia que tenían los caballos en esa época. Nos explicaron algo sumamente ingenioso y útil a la hora de montar. Debido al peso de las armaduras, subían a los caballeros colgados de un gancho en el techo con una roldana. ¡Pobres caballos! ellos también iban a esas guerras terribles.
También tenía habitaciones para huéspedes y en el torreón las habitaciones del Cardenal Valentino Borgia terminadas hacia el año 1400.
Se pueden visitar las habitaciones en el edificio llamado Casa delle Camere Pinte, cuartos para nobles cubiertos totalmente de frescos, como así también la gran cocina en la planta baja, donde comía la servidumbre y los soldados.
Tenía 36 cañones para su defensa y un sistema de aprovisionamiento muy efectivo, que se completaba con los puentes levadizos y sus enormes rejas tipo guillotina.
El castillo hospedó a nobles como Federico II, en el año 1536, a Carlos V y por un largo período a Lucrezia Borgia.
La Loggia dei Mercanti, en Piazza del Comune 6-7, fue construida en el año 1446 por orden de Onorato Caetani, como sede del municipio para llevar a cabo reuniones populares. Es todavía hoy centro de la vida social con la Piazza del Comune a su frente, rodeada de barcitos y panaderías cuyo aroma es como un imán al que uno no puede resistirse.
La Catedral de Santa Maria Assunta, cuyos orígenes se remontan a la mitad del Siglo XII, construida sobre las ruinas de un templo de la diosa Cibele. De arquitectura románica, el portal es muy bello y el gran campanario de estilo gótico. Su interior con cielo raso con arcos góticos de frescos de hermosos colores, al igual que el bello crucifijo del altar cubierto por un hermoso baldaquino con columnas que recuerdan las del Bernini de la Basílica de San Pedro.
También la iglesia de San Miguel Arcángel, del siglo XI, la iglesia de San Giuseppe del año 1520 pero terminada en el año 1733.
El ghetto, barrio judío tiene la impronta medieval y se encuentra detrás del Palazzo Comunale, de callecitas tortuosas y empinadas hasta el arco de la Porta di Annibaldi. La Sinagoga judía data del siglo XII, demuestra la importancia que tuvo la comunidad en la ciudad. De arquitectura italianizante más que oriental. Solo se puede ver la fachada ya que es propiedad privada.
La ciudad es muy linda es un placer recorrerla. Producen unas masitas muy ricas con pistacho y en cada negocio te ofrecen para probar distintos tipos.
Sabíamos que había varios buenos restaurantes de cocina local, elegimos uno que queda cerca del Duomo. Da Marcello, en Via Sta. Maria 3. Que fue muy gracioso, el mozo o dueño, nos trajo el menú y después dijo que no nos preocupáramos porque el decidía. Eligió bien la comida estuvo muy rica. Más gracioso aún a la hora de pagar, se le hizo una mezcla con otra mesa y se olvidaba de cobrarnos el vino.
Después del almuerzo fuimos hasta la muralla exterior donde habíamos dejado estacionado el auto, para ir a visitar los Jardines de Ninfa que están a unos 14 km.
Sermonetta es una ciudad amable y tranquila, donde se respira la atmósfera de otros tiempos, con muy buenos paisajes y rica comida.
A los a amantes que van a la búsqueda de lugares poco frecuentados este es uno de ellos, se los recomiendo.