Spilimbergo se encuentra en la región del Veneto, Friuli-Venezia Giulia y a solo 34 km de Pordenone, a 118 km de Venezia y a 225 km desde Verona. Creo que conocen el nombre ya que nuestro país tiene a uno de los pintores contemporáneos más famosos con su nombre, y ese fue el mayor incentivo para llegarme hasta allí.
Ciudad de arte muy linda y bien cuidada. Es famosa por la escuela de Mosaicos del Friuli, que ha formado generaciones de artesanos y exportado a todo el mundo ese arte desde el año 1922. Paseando por sus calles muchos edificios y plazas los adornan hermosos mosaicos.
Es una ciudad de antiguos orígenes, tuvo su época de esplendor durante el medioevo y el renacimiento. Las primeras documentaciones del castrum de Spengenbergson son del año 1120, pero es aún más antigua, como lo indica una inscripción en la fortificación de Gradisca (siglo IX a C) construida para defender el camino a Alemania y al rio Tagliamento.
Spilimbergo fue un centro de tránsito y de comercio muy importante, tanto que se construyeron tres murallas periféricas para su defensa. La tercera fue destruida.
En el año 1420 toda la región de Friuli paso a depender de la Serenísima, luego en 1787 fue cedida a Austria y por fin en 1866 se incluye en el reino de Italia
El centro del borgo conserva el trazado original medieval, siendo constante la tarea de restauración y puesta en valor de las obras de los artistas de los siglos precedentes, como Vitale da Bologna, El Pordenone, Umberto Martina y otros.
Ni bien dejamos el auto fuimos a tomar un café a la Piazza Garibaldi que es el centro de la ciudad, alli nos indicaron donde había una oficina de informes. Siempre traten de ubicarlas porque son muy útiles y suelen tener mucha literatura.
Siguiendo por Corso Roma con sus negocios, bares y arcadas pasamos por la Palazzo Monaco, es un palacio del siglo XVI con frescos de escenas mitológicas.
El Corso Roma atraviesa el centro histórico de este a oeste, desde un extremo con la Torre Occidentale, del siglo XIV, que tiene un fresco de un león, que es el emblema de los Spilimbergo, era la entrada al Borgo Nuovo y estaba incluida en la tercera muralla.
Corso Roma llega hasta la Torre Orientale, del año 1304 que formaba parte de la primera muralla, y tiene un reloj. A la derecha de la torre está la Casa Dipinta, un edificio cubierto de frescos del siglo XVI.
Corso Roma termina en la escenografíca Piazza Duomo, rodeada de un hermoso césped verde. Por supuesto entre las cosas para ver estaba el Duomo di Santa Maria Maggiore, construido sobre una antigua muralla en el año 1284. De estilo románico, con un bello portal de piedra. El ábside está cubierto de frescos, que estaban restaurando por tal motivo no sé podían ver. Había un señor al que le pregunte algo de las pinturas, me dijo que el domingo se podrían ver, le explique que no estaría ese domingo, entonces dijo “venga, ya que está se los voy a mostrar”, además nos explicó cada uno de los frescos, nos mostró la cripta y nos contó la historia de la familia Spilimbergo y del castillo. No es la primera vez que me pasa una cosa como esta, me considero bastante afortunada. Sobre la entrada principal el Duomo tiene 7 rosetones, que en el Friuli es el único ejemplo.
Desde la plaza fuimos al Palacio Spilimbergo, que hasta 1920 fue propiedad de los Condes de Spilimbergo. Ahora parte es privado y parte municipal. Estaba cerrado sólo vimos la fachada que es muy bellas con los frescos que la cubren.
Muchas de las calles están pavimentadas con pequeñas piedras redondas, como antaño.
Volvimos disfrutando de tan linda ciudad, de sus palacios y obras de arte diseminadas por ella.
Son muchas las sorpresas que nos depara Italia, solo hay que salir de la ruta clásica y no se sentirán defraudados.