Estábamos muy cerca, en Asti a 58 km. y yo sentí la obligación de rendirle honor, al gran escritor Umberto Eco conociendo su ciudad natal. Seguro lo recordarán por el libro o la película «El Nombre de la Rosa».
El Monferrato es una zona rica de historia, de tesoros artísticos, de castillos románicos, iglesias, vinos y de buenos sabores, que hacen de cada lugar algo inolvidable. Yo suelo recordar los lugares por lo que comí y por sus aromas (bueno por otras cosas también, pero la comida es lo que más me une a mi tierra).
Dos son sus capitales una Asti y la otra Casale Monferrato. La ciudad está ubicada entre las colinas y el río Po.
Si bien tiene monumentos de la edad romana, y sobre todo góticos, su aspecto es de una ciudad del año 1700. Muy agradable de recorrer, tranquila y ordenada, sus habitantes sumamente amables.
Fue una plaza militar durante el período de los Gonzaga, que hicieron de ella uno de los mejores sitios fortificados.
El origen del nombre Casale es debido a la reunión de casas que se fueron construyendo alrededor de la iglesia, así nació la ciudad medieval. Su importancia se debía a que era el paso obligado para llegar a Francia, Génova y a la Pianura Padana, tanto para la actividad militar como la comercial.
Estuvo bajo el dominio de los marqueses de Monferrato, los duques de Mantova que la cedieron a los franceses y luego bajo el dominio de los duques de Savoia.
Algo interesante de ver es el Castello dei Paleologi (dinastía de origen oriental) construido en el año 1351, que domina la plaza que toma su nombre. La Torre Cívica del siglo XI, de 60 metros de alto es el símbolo característico de la ciudad y también la iglesia de Santa Caterina, de arquitectura barroca y con esplendidos frescos.
Varios son los palacios que merecen ser visitados, los barrocos Grisella y el Sacchi este último enriquecido con un bello enrejado de hierro.
También el palacio del año 1400 residencia de la marquesa Anna D ‘Alenzón, esposa del marqués de Monferrato, con un bello patio renacentista con columnas y pórticos.
La Vía Saffi une los dos centros: uno dominado por el Castello dei Paleologi y el otro por el Duomo di Sant ‘Evasio (uno de los más grandes ejemplos de arquitectura románico-gótica de la región de Piemonte y el edificio más antiguo de la ciudad). Su interior tiene reminiscencias árabes. Sus orígenes se remontan al siglo VIII. Es una pena que al estar rodeado de edificios no se aprecie su total belleza.
Una vez superada la entrada nos encontramos en el sugestivo atrio, rarísimo y a la vez grandioso. La bóveda tiene nueve arcos (un desafío a la estática). Este tipo de atrio es único en Italia y tiene influencia islámica y armenia. El interior conserva el diseño del siglo XII formado por cinco estrechas naves. Difícil sacar una foto en que se aprecie el conjunto.
Suspendido sobre el altar mayor se encuentra un raro ejemplo de Cristo triunfante, con los ojos abiertos y coronado de oro. El Crucifijo es románico, de madera, revestido con láminas de plata para la figura y de cobre para la cruz. Es algo muy particular y de gran belleza.
La comunidad hebrea sefardí en el año 1595 construyó la Gran Sinagoga. Su exterior es anodino, para preservarla de la intolerancia religiosa. Es considerada una de las más bellas de Europa. Su interior es barroco y con muchos dorados. Es uno de los monumentos más visitados de la ciudad.
En estas latitudes los pórticos o arcadas son muy comunes, ayudan a proteger del los duros inviernos. La Vía Roma tiene pórticos de la edad medieval. Me encanta deambular por ellos, es como estar en los tiempos que fueron.
El territorio Casalese está constituido por una llanura donde se cultiva arroz. Tiene dulces colinas productoras de vinos famosos: Barbera, Barolo, Barbaresco, Moscato y Dolcetto.
La bagna cauda, una fondeu que se come con verduras, los embutidos, carnes, quesos, los dulces como los «krumiri» que rememoran los bigotes de los Savoia, son los sabores más característicos de su cocina, que de ser posible tienen que degustar.
Por estos lugares dicen que «El buen vino es cultura y la comida es poesía» se los puedo asegurar!