Asti es una ciudad de la región de Piemonte ubicada en la llanura del río Tanaro y es famosa por sus excelentes vinos. Queda a 31 km de Alba, a 56 km de Torino y a 130 km de Milano
Sus orígenes son de época romana y algunas partes de las murallas que la rodean aún siguen en pie.
La ciudad, como tantas otras, que conservan su estructura medieval y parte de sus murallas es chica, pero bien vale hacer una recorrida por el borgo medieval que se mezcla con hermosos edificios barrocos y renacentistas, como el palacio Ottolenghi cerca de la Piazza Alfieri corazón neurálgico de la ciudad, donde se hace el mercado semanal que tanto gusta a los italianos.
Recorriendo la vía del Corso Vittorio Alfieri y cerca de la Piazza Roma encontramos varias torres medievales: la Torre Comentini, la elegante Torre Troyana que es la mejor conservada y la Torre Ropa.
En la Piazza Alfieri, que lleva el nombre del gran dramaturgo del siglo XVIII, es desde donde se da comienzo al Palio, cuyo origen se remonta al siglo XIII.
En ocasión del mismo tanto la ciudad como sus habitantes se visten y engalanan como en el Renacimiento; esto sucede el tercer domingo de septiembre. Es algo que tendré que venir a ver.
Los caballos son montados a pelo y son 21, uno por cada «contrada» (barrio). Corren alrededor de la plaza triangular una carrera, que comienza con una bendición en una iglesia. Cada barrio lleva: su caballo, su jockey y su estandarte a la iglesia de su contrada, donde los bendicen: «Va e torna vincitore!» («Ve y vuelve vencedor»). Muchas veces, el jockey se cae, pero no es importante, ya que el caballo es el ganador aún sin su jinete. Cuando termina la carrera el barrio vencedor llevara a su caballo para el gran festejo que se hará por las calles de la ciudad, con banquetes que duraran más de un día. El palio de la ciudad de Siena tiene los mismos rituales y festejos.
Mientras recorremos la ciudad encontramos la Pasticceria Giordanino, en Vía Alfieri 254, lleva casi un siglo desde su inauguración. Les aseguro que no podrán dejar de entrar, ya que desde afuera nos llega el aroma de las delicias que producen y el del cafe. Nosotros probamos varios dulces el que recuerdo, Egiziani al Giandujotto, La Torta Nocciolina y algo muy tipico de esta ciudad el Pan d’la Douya. Por supuesto con un delicioso cafe a la crema. Así luego se puede seguir con la seguridad que encontraremos algo más para degustar además de las bellezas para los ojos.
Entre las construcciones arquitectónicas se destaca la Catedral Santa María Assunta. De estilo gótico, es uno de los mejores ejemplos del estilo románico lombardo, del norte de Italia. Su construcción es del siglo V, y sustituyó a edificios de eras anteriores. En el año 1070 se derrumbó por un incendio y en el año 1095 fue reconstruida y consagrada por el Papa Urbano II. Su torre o campanile de estilo gótico fue remodelada en el siglo XVIII. La decoración interior es bella y delicada.
La iglesia de San Secondo, es otro hermoso edificio de estilo gótico. Es la más antigua y fue construida fuera de los muros de la ciudad. Consta de una hermosa torre redonda de color rojo de estilo románico, cuya primera parte es del siglo I a C. En esta iglesia se guardan todos los drappi desde el año 900 (Se llaman así a las banderas de las distintas contradas).
En Vía Cavour y XX Settembre se encuentra la Piazza delle Erbe o Piazza Statuto, que en la antigüedad fue el centro comercial y donde se hallaba uno de los mercados. Se encontraban varios de los palacios de la familia Guttuari, noble familia ghibelina (ya les conté que mi apelliDo es ghibelino de San Giminiano). En esta plaza hubo muchos enfrenamientos entre ghibelinos y guelfos en casi un cuarto de siglo durante el año 1300. Lo que queda del palacio es la torre con almenas que podría ser del siglo XII – XIII.
Asti contaba con numerosas torres, de las que la Torre de Regibus, ubicada en la esquina de Corso Alfieri y Vía Roero, formaba parte de un complejo de edificios de la familia De Regibus, que tenía otras dos torres, esta de estructura octogonal es la única que sobrevivió. Construida en el siglo XII, de ladrillos rojos, con una altura de origen de 39 metros.
Ya saben que hay que alimentar el cuerpo y esta tierra tiene de todo y lo mejor. En Corso Alfieri 402, se encuentra el Ristorante Falcon Vecchio, es una antigua posada. Los platos son de la cocina tradicional, abunda la carne. Comimos bien.
Otra torre ubicada a un costado de la antigua puerta romana de entrada, tenía una torre a cada lado, solo queda la llamada Torre Rossa, redonda, construida en tres planos durante los siglos XI – XIII. Esta levemente inclinada.
Nos alojamos a 20 kilómetros de Asti, en Cioccaro di Pennango, en La Abbazia del Sant’Uffizio, que fue una antigua abadía, convertida en un Relais. Los cuartos remodelados eran las antiguas celdas, el restaurante La Locanda, está en lo que era la capilla. Obviamente la decoración y el clima reinante muy especial, ni que decirles del servicio y la carta. Nos quedamos tres noches para disfrutar del lugar y recorrer los alrededores.
La mejor manera de conocer estos pequeños pueblos es dejarse llevar por los aromas de los bares, las panaderías, pizzerías y restaurantes y les aseguro que se llevarán increíbles sorpresas.
Hay infinidad de lugares para disfrutar del buen café, chocolate, tartufo, fiambres y de todo. No teman, en todos lados se come bien. Prueben todo. Algo que no pueden dejar de probar es la bagna cauda, es una especie de fondeau con aceite, ajo, anchoas y a veces crema, y se come con cardo, u otras verduras.
Un mediodía fuimos a almorzar al restaurante que le habían recomendado a mi hija, y que es para recomendar. Genev Neuv, en Lungo Tanaro 4. Un precioso lugar, chef con alguna estrella Michelin. ¿Que se imaginan comimos?, pues las famosas fettuccine al tartufo di Alba. Muy interesante la manera en que las sirvieron, vino el camarero con una balancita y un tartufo, lo peso y luego procedió a rayarlo sobre la pasta, una vez que le dijimos basta, lo volvió a pesar. Luego cobrarían lo que habíamos consumido. ¡¡¡Sabíamos que el tartufo era caro!!! Jajaj pero el plato estaba muy bueno.
Se enorgullecen del queso «Toma», que debo decirles es muy rico y varía según el tiempo de estacionamiento, y también del «Castelmagno « muy utilizado en diversos platos, por ejemplo, en los agnelotti. Y si hablamos de vinos seguro a estos nombres los conocen, Moscato D’ Asti, Barbera, Dolcetto y otros.
Es una ciudad a medida humana, linda de recorrer y disfrutar y mucho para saborear.