Deje Ravenna y mi destino era Cividale del Fiuli, ¿pero que creen que me paso? Pues le erre a la subida a la autostrada. Debo tener una negación ya que todas las veces me equivoco. Ahora el GPS no me habla, parece un complot para estresarme. Al final siempre llego, por suerte. Cividale queda a 270 km., casi todo el trecho es autotrada. Desde el año 2011 es patrimonio de la UNESCO, resultó una verdadera sorpresa. Con el encanto de una ciudad aprisionada por un rio encajonado de color esmeralda y de una hermosa arboleda. Ciudad medieval, donde sentirán la emoción de viajar al tiempo pasado, a los misterios de los celtas, a los tesoros de los romanos. Al casco antiguo se accede por las puertas de Porta Brossana, Porta Patriarcale y una de ellas a través del Puente del Diablo, sobre el rio Natisone, desde donde se tiene una vista impresionante, y bajando hasta el río no es menos bello el panorama. Construido en el año 1442, tiene dos grandes arcos y una altura de 22,50 metros. Este puente como todos los del Diablo tiene su leyenda. Cuando se construía para que no hubiera inconvenientes el diablo prometió que nada sucedería, pero a la terminación del mismo él se quedaría con el alma del primer ser humano que por allí pasara. La astucia humana hizo pasar primero a un perro y asi no hubo ninguna alma perdida jjjaja.
Me aloje el BB Casa Galante, muy lindo y bien ubicado, fueron muy gentiles y me dejaron su estacionamiento, cosa que es todo un tema en Italia. Aquí me quedare tres días.
Cuando llegue estaba lloviendo y así siguió, pero no me impidió salir a reconocer la ciudad, pasar por el Puente del Diablo y sentarme en un bar a tomar café, en un gazebo transparente bajo la lluvia bastante fuerte, daban ganas de abrir el paraguas porque parecía que llovería dentro.
La ciudad tiene una larga e intensa historia, fue romana en sus inicios, Julio Cesar en el año 50 a C dejó instituido el «forum» , luego fue longobarda, patriarcal y veneciana desde el año 1420 hasta el año 1797, de manera que en tan reducido espacio se pueden ver miles de años de historia.
Me llegué hasta la plaza y el Duomo, hice un pequeño recorrido por las calles de la ciudad, son angostas con muchos negocios de ropa y también de productos alimenticios locales. Estos pequeños centros suelen ser perfumados según la hora del día. Yo suele dejarme guiar por algún aroma y en general no me defrauda.
Decidí ir a cenar a la Taverna Longobarda. Tome un menú degustación. Primero un budín de queso montasio (queso de la zona semi blando) con crema de hierbas aromáticas, muy delicado, segundo, ñoquis caseros con ragú de aves de corral y luego “frico” (es una especie de omelette con papas, cebolla y queso) y polenta dorada, algo imposible de terminar (créanme deje parte). De postre una tarta de ciruelas, nueces y salsa de frutos rojos. Tome un vino tinto friulano cabernet Sauvignon todo re delicioso. Me hizo bien caminar hasta el BB y pasar de noche sobre el Puente del Diablo es muy sugestivo
Amaneció lloviendo de manera que decidí ir al museo arqueológico. Pero antes desayune en el bar Ai Patriarchi, debajo de los pórticos mirando al palacio del museo.
Pensé verlo muy rápido, pero fue tan interesante, ya que me enteré de cosas que no ten;ia idea, de manera que me llevó mucho más tiempo del que imaginé. Sorprendente fue ver los ajuares de las tumbas ya sea de niños, mujeres de diversas edades y rangos sociales, así como la de los guerreros. Eran verdaderos orfebres y artistas trabajando metales y piedras.
En el complejo del convento de Santa María della Valle se halla el Templo longobardo una preciosa construcción que se remonta al siglo v.
También entre al Duomo o Basílica di Santa María Assunta, para conocerlo y para agradecer por todo. Tiene una fachada blanca preciosa, es de estilo gótico veneciano, se empezó a construir en el siglo XV y se terminó en el siglo XVIII.
En el centro histórico se hallan restos de la cultura de época romana, longobarda, medieval y veneciana, es una ciudad pequeña pero grande en historia y tradiciones.
En la plaza Paolo Diacono, rodeada de edificios de estilos diversos, almorcé en el restaurante Café Longobardo, algo muy particular una ensalada de un arroz (nano) que nosotros no tenemos con atún y verduras cortadas muy chiquitas, una copa de Prosecco (es de esta región) de postre una “pignolata” eran bombitas de crema y chocolate y frutas secas, que venían en un porta torta con tapa como las carameleras, preciosa presentación.
El placer de comer cosas ricas con un entorno bellísimo, con una historia para cada cosa, es algo que atesoro en mi memoria.
La ciudad está llena de sorpresas, la casa más antigua, el gueto judío, el museo de las marionetas, arcadas que nos llevan a lugares escondidos y poco frecuentados.
Al día siguiente fui a Palmanuova, una ciudad fortaleza construida con forma de estrella de 9 puntas y tres murallas defensivas. Motivo por lo que elegí venir a Cividale del Friuli. Dicen que era una verdadera máquina de guerra para defensa de Venecia.
Cene en el BB, cosas ricas (demasiadas) que había comprado. Mañana quiero salir temprano para ir a Sauris di Sopra, y se que el camino es sinuoso y largo.
Les recomiendo conocer esta ciudad, se que les va a gustar, ya que es fantástica en todo sentido.
Besos y hasta el próximo viaje