En mi último día en Cividale del Friuli fui a Palmanuova, que queda a 26 km. Ciudad fortaleza construida con forma de estrella de 9 puntas y tres murallas defensivas. Fundada en el año 1593 para defensa de Venecia. Era una verdadera máquina de guerra, la mas perfecta y bella del mundo que fue copiada en diversas partes. Había visto su foto y me había fascinado la perfección del diseño y me prometí conocerla en algún momento y ese momento llego el 5-11-2021.
Fácil de recorrer ya que es simétrica y no me perdí, jajaja. No tuve dificultades para estacionar y para llegar a la Piazza Grande, que es de verdad grande, y de donde salen en forma de rayos las seis calles principales que delimitan las seis “contradas” (barrios). Las calles inusualmente anchas para la época.
Bordean la plaza varios edificios entre ellos el Duomo que tiene una fachada barroca, construido entre los años 1615-1636. Una Loggia de la Gran Guardia, con un hermoso pórtico, la Loggia dei Mercanti, el Palazzo de la Proveeduría hoy es el palacio municipal construido en 1598, el Palacio de las armas también una construcción veneciana del año 1613 y varios otros palacios además de once estatuas que rodean la enorme plaza.
Me senté en el cafe «Bar y Bistrot Eccetera, para poder gozar de semejante vista y deleitarme con un croissant y un buen café.
Tiene tres puertas de acceso, la de Aquilea fue la primera construida en el año 1598, la Cividale del año 1604-1605 y la Udine que era parte de un acueducto, aún conserva el mecanismo para levantar el puente levadizo, es un hermoso edificio. Las puertas llevan el nombre de la orientación.
Hice un recorrido sobre una de las defensas desde donde se aprecian las tres murallas y sus fosos.
Por supuesto cuenta con un Museo Cívico de historia, en la Puerta Cividale hay un museo de la gran guerra. Hay más de una iglesia y un teatro.
Ya era hora de reponer fuerzas, elegí para almorzar el restaurante Caffeteria Torinese, un local instalado en el año 1936
Tenía una carta sorprendente de refinada y original, no me hubiera imaginado encontrar un restaurante de esa calidad en este pequeño pueblo. Creo haberles dicho que los italianos hacen kilómetros para ir a comer bien
“Il primo” ñoquis de papas con cavolo nero (es una verdura, no sé el nombre en español), “cotechino” una especie de embutido, kren raíz picante rayada, anchoas en polvo y aceite de oliva, todo un desafío de sabores. Como segundo, pulpo asado, radiquio, cebolla roja y papas violetas, un sabor espectacular, este plato lo trajo el chef para explicarme como estaba preparado. De postre dos minis kakes, uno de frutos secos y el otro un bigne de crema de avellanas y café. El vino, una copa de Betulle, Cabernet Franc, de la zona, muy bueno. Es sorprendente como en una localidad tan pequeña se encuentran lugares con esta excelencia.
Después de semejante festín di unas vueltas más y fui a buscar el auto.
Es una pena no se pueda ver desde lo alto porque el diseño de esa enorme estrella es precioso, como dijo su creador el arquitecto Vicenzo Scamorzi debía ser majestuosa y así se debe ver desde el aire. Permitansé descubrir no solo las grandes y famosas ciudades sino estas maravillas casi irreales y desconocidas. En el año 2017 la UNESCO la declaro patrimonio de la Humanidad.
Decidí no ir a cenar y comí en el BB, ya que mañana quiero salir temprano para ir a Sauris di Sopra, y sé que el camino es sinuoso y largo