A Florencia le queda bien su nombre. Para hablar de ella yo empezaría escuchando la canción Firenze sogna, que dice ”Firenze stanotte sei bella in un manto di stelle” (Firenze que bella eres bajo las estrellas). ¡Para inspirarme la estoy escuchando!
Florencia fue la cuna del Renacimiento y lugar de nacimiento de Dante Alighieri, padre de la Divina Comedia, de Boccaccio, del inolvidable Miguel Ángel Buonarroti y del genio de Leonardo Da Vinci. Es una ciudad muy elegante y algo misteriosa, sus calles han sido testigo de grandes acontecimientos desde el siglo XI.
Puede que Florencia compita con Roma por la gran cantidad de grandes pintores, escultores, arquitectos, ingenieros, filósofos, poetas y científicos que hicieron de ella una ciudad elegante llena de arte y belleza.
Si bien sigue siendo la misma desde la primera vez que vine allá en el año 1980, lo que ha cambiado es la cantidad de gente que ahora la visita.
Como les digo en casi todos los relatos, visitar un lugar depende del tiempo y de los intereses que tengan. No quieran recorrerla toda en un día ya que será frustrante, y les diría imposible. En ese caso se puede tomar un city tour que los orientará.
En esta oportunidad, octubre del año 2018, llegue desde Milano. Me alojé en el corazón de Firenze, en Le Fate Appartamenti, en Via dello Studio 8. El departamento, precioso, con una terracita que mirá a la bella cúpula de la catedral de Santa María del Fiore. Este alojamiento, como algunos otros lo elegí porque me gustó el nombre (Las hadas departamentos). Me encantó quedarme en el centro, porque después de las 19 la ciudad empieza a quedar vacía y se la puede disfrutar de todo su encanto. Hice una compra para poder cenar en la terraza del departamento con la maravillosa vista de la cúpula y con luna casi llena.
Algo de historia antes de empezar el tour. Florencia nació como colonia romana alrededor del año 59 a C, ya los etruscos estaban aquí hacía mucho tiempo. Luego pasó a manos de los lombardos, después fue independiente. En el siglo XII floreciente comercialmente bajo el dominio de la familia Medici quienes la gobernaron por tres siglos.
A la ciudad la cruza el río Arno. El casco histórico es compacto y se puede llegar a todos lados caminando. La zona entre la Piazza della Signoría hasta la Piazza del Duomo es donde se puede apreciar en sus calles estrechas lo que queda de medieval, mientras que el resto de la ciudad es más renacentista.
Lo clásico es empezar por la Piazza della Signoria, con la fuente del Neptuno y la famosa estatua del David, cuyo original se encuentra en el Museo de la Academia.
Ya saben que en mi opinión todo buen tour empieza con un buen café o lo que prefieran, en algunos de los bares que miran la fuente. En esta plaza hay que disfrutar la belleza de ella y sus palacios. De los muchos bares elegí el Perseo, bien turístico, pero aquí es inevitable.
La Piazza della Signoría era el antiguo centro político de la ciudad siendo el Palazzo Vecchio el municipio. Se completó su construcción en el año1322 cuando se le coloco la gran campana. Tiene salones bellísimos como el del Cinquecento con frescos de Vasari y la Victoria Alada de Miguel Ángel, un patio con una fuente y frisos.
En el centro de la plaza esta la fuente de Neptuno también llamada Il Biancone, este nombre se debe a que en la noche de su inauguración los que estaban presentes la notaron muy blanca, (bianca), obra de Bartolomeo Ammannati de los años 1563-1565.
Los Uffizi son una de las más importantes galerías de arte de Italia y de Europa. En ella se encuentran cuadros de belleza sublime como el nacimiento de Venus, la Alegoría de la Primavera de Botticelli, el Baco de Caravaggio, o también de Leonardo, Rafael, Tiziano, Fra Filippo Lippi y tantísimos más. Es enorme se necesitaría mucho más de un día para verla.
Haciendo ángulo con la plaza y la Galleria delli Uffizi se encuentra la Loggia dei Lanzi, adornada con estatuas romanas algunas del escultor Giambologna como el rapto de las sabinas del año 1583.
Solo a pocos pasos se encuentra el Ponte Vecchio, otro símbolo de Florencia, es el más antiguo, construido en el año 1345. Fue diseño de un discípulo de Giotto, Taddeo Gaddi, en su origen en las tiendas había carniceros, curtidores y herreros, que usaban el rio como basurero. El duque Fernando I los hizo desalojar por el ruido y el olor qué producían, instalándose joyeros y orfebres. Vasari Giorgio diseñó El Corridoio, se trata de un pasaje cubierto sobre el puente para que los Medici pudieran pasar sin mezclarse con la gente. Este puente, por suerte, no fue dañado durante la última guerra.
Se acercaba la hora de almorzar y volviendo sobre mis pasos fui hasta la Cantinetta D’Averrazano, en Vía dei Tavolini 18, es un local muy antiguo con pocas mesas, pero todo lo que hacen es delicioso. Me encanta sentarme afuera en unas minúsculas mesitas con un entorno medieval muy sugestivo.
Aquí a la vuelta en la Vía dei Calzaiuoli encontramos a la iglesia y museo Orsanmichele (que quiere decir huerto de San Miguel), y que fuera construida en el año 1337 como mercado de cereales.
El exterior está adornado con nichos y estatuas de santos que representaban los distintos gremios, años 1339 – 1340.
En el último piso estaban los graneros y se puede ver en los pilares los agujeros por donde bajaba el grano para ser despachado.
La pieza más hermosa es el tabernáculo gótico de mármol, diseño de Andrea Orcagna del año 1359, es una joya arquitectónica de una delicadeza infinita.
También son dignos de admiración los vitreaux.
Desde aquí se llega muy fácilmente a la Piazza del Duomo, que puede ser el otro punto desde donde comenzar el recorrido.
El conjunto de iglesia, torre y baptisterio son de una belleza indescriptible. La iglesia Santa María del Fiore de fachada neo gótica de mármol, el piso de mármol del siglo XVI diseño de Sangallo. A pesar del tamaño es de una delicadeza increíble. La cúpula de ladrillos rojos de Brunelleschi fue terminada en el año 1463, luego de varias intervenciones, fue una obra única en su tiempo. Si tienen curiosidad es muy interesante leer como resolvió la construcción de la misma. Decorada con frescos del juicio universal. En el costado este se aprecian las capillas, coronadas por una copia de la cúpula. El campanile diseño de Giotto del año 1334, de 85 metros es 6 metros más bajo que la cúpula, está recubierto de mármol rosa, verde y blanco, su techo también de ladrillos rojos. Es una hermosura.
Mi primer desayuno (de este viaje) fue en el bar histórico Gilli en Piazza della Reppública, Vía Roma 1, fundado en el año 1733. Hermosas arañas de cristal sillas de estilo y mesitas de mármol. Riquísima la pastelería y el café.
Desde aquí hasta la Vía di Porta Rosa 13 donde se encuentra el Palazzo Davanzati, del siglo XIV, que es un museo de una casa florentina de la antigüedad.
Tiene un patio con un aljibe, algo muy poco frecuente en la época medieval, lo que indica el poder de la familia. Las salas tienen hermosos frescos como el comedor llamada Sala dei Pappagalli, decorada con aves exóticas.
En la Vía Santa María y cruce con Vacchereccia hay una loggia donde se encuentra el Mercato Nuovo, allí la curiosidad es el Porcellino, jabalí de bronce, al que por cábala hay que acariciarle la trompa para la buena suerte.
Siguiendo unas pocas cuadras por la Vía Santa María se llega al Ponte Vecchio lo cruce para ir al otro lado.
Por la Vía dei Giucciardini con negocios de antigüedades, arte y muebles por un lado y el Palazzo Giucciardini en el otro. Muy poco más adelante está la Piazza Pitti y el enorme Palazzo Pitti. Es una de las obras más grandes, quizá no de las mejores del renacimiento florentino. Su construcción se comenzó en el año 1457 por pedido del banquero Lucca Pitti que quiso una propiedad más grande que la de los Medici. La ironía fue que cuando no pudieron sostener el gasto de la construcción la compro la familia Medici y fue su residencia. El diseño es atribuido a Brunelleschi.
Ahora había que decir donde almorzar de los tantos lugares disponibles, nos gustó la Enoteca Gola, porque tiene una linda vista al palacio y así estar cerca para seguir nuestro recorrido con el combustible necesario.
La comida deliciosa, compartimos un antipasto Terrina di Fegatini y reducción de vin santo, y Pappardelle al sugo di coniglio y pinoli y de postre una selección de quesos, todo regado con un buen Brunello di Montalcino.
Traten de imaginar el gesto italiano para algo delicioso, la mano derecha como haciendo viento. Tomamos café. Descansamos y disfrutamos de la vista del olfato y del gusto.
Con mi hija el viaje lo amenizamos con buena gastronomía ya que a las dos nos gusta descubrir y recordar sabores, que también son arte.
El Palazzo Pitti al que vinimos a conocer alberga varios museos y galerías de arte y los antiguos aposentos reales. El de la porcelana es una real fiesta para los ojos y la imaginación.
Si deciden saltearse los museos, en la parte trasera del palacio tendrán ante sus ojos unos jardines maravillosos, los Giardini del Boboli. No voy a intentar describírselos ya que no le haría honor. Si vienen a Florencia espero tengan tiempo para verlos.
Vayan hasta el final del jardín y ubiquen la salida para llegar al Belvedere, donde se encuentra el Piazzale Michelangelo. Como van a llegar cansados les sugiero se tomen algo en el bar de la terraza y gocen de las espléndidas vistas sobre la ciudad con el fondo de las colinas toscanas. El atardecer es una hora perfecta. Desde aquí pueden volver en bus al centro.
Pero si les quedan fuerzas, no muy lejos se encuentra la iglesia de San Miniato al Monte, en Vía del Monte alle Croci. Está ubicada en la parte más alta de la ciudad, y se puede apreciar aún de noche por el juego de luces. Es una iglesia de estilo románico florentino de las más hermosas de Italia. La fachada es del año 1090 de mármol blanco y gris. Se empezó a construir en el año 1018 sobre un antiguo santuario. El interior es magnífico y muy particular ya que tiene unas escaleras a los costados del altar que llevan a una capilla superior cuyo techo está recubierto por cerámicas de Della Robbia. El ábside del año 1297 está decorado con un mosaico del Redentor, la Virgen y San Miniato. La cripta es preciosa y el techo muy alto de madera decorado con pinturas. Si vienen no dejen de verla, además del signo zodiacal diseñado en el piso del año 1207.
La cripta del siglo XI tiene 36 columnas con frescos de profetas y santos obra de Taddeo Gaddi.
Fuimos muy afortunadas porque en la cripta los monjes estaban cantando cantos gregorianos. Había escuchado esos cantos, pero no en un ambiente como este y por los monjes con sus sayos y capuchas blancas y cada uno como en un nicho, eran más de doce. Con muy poca iluminación lo que lo hacía muy sugestivo. Fue algo espléndido. Lo considere un regalo.
El ábside del año 1297 está decorado con un mosaico del Redentor, la Virgen y San Miniato.
El piso está cubierto por mosaicos con figuras de animales y un zodiaco de mármol. También hay una meridiana que es de las más antiguas de Europa, año 1207. El campanario es del año 1523.
Les aseguro que les encantará y valdrá la pena el cansancio, yo sé que hay millones de iglesias, pero esta es muy particular.
Ahora es el mes de septiembre del año 2018, mi amiga Cristina que vive Reggio (cerca de Parma) vino a visitarme y con ella vinimos hasta la iglesia de San Miniato. A pesar de haber venido varias veces siempre me maravillo de su belleza.
Desde allí bajamos caminando hasta el Piazzale Michelangelo desde donde se ve toda Florencia. Y por supuesto paramos a tomar nuestro macchiato.
Fue en esta ciudad que supe que es el Síndrome de Stendhal o de Florencia, al comentar que viendo tantas cosas bellas parecía que el corazón no cabía en mi pecho.
Desde allí, bien descansadas tomamos la calle que baja para ir a almorzar a la Enoteca Gola en Piazza Pitti. Donde había almorzado con mi hija hacía unos años. Sigue igual en todo. De entrada, compartimos un plato de “Fiori di zucca ripieni con ricotta” (flores de zuchini rellenos de ricota) y luego “maccheroncetti al ragu di agnello, fave e pecorino” (macarrones con ragú de cordero, habas y queso pecorino) vino Barbaresco Malbec, cepa poco común en Italia. Deliciosa la comida el lugar muy simpático, no me acuerdo el postre.
Los púlpitos en bronce de Donatello y el techo cassetonado, completa la sobriedad y magnificencia de esa obra.
A la mañana iba a desayunar, y a 50 metros del departamento en Vía dello Studio, escucho un coro cantando el kirie, la puerta entreabierta y una escalera, subí y en el primer piso había un grupo de chicos entre 6 y 12 años y una profesora ensayaban el kirie. En la puerta había un afiche del Coro di Voci Bianche. Me quede a escuchar porque eran muy buenos, cantaban a cappella. Hermoso regalo para empezar el día.
También se encuentran las sepulturas de personajes como, Michelangelo, Galileo Galilei, Macchiavello, Alfieri, Rossini, entre los muchos.
Tiene dos bellos claustros y en el menor se encuentra la Cappella dei Pazzi, familia enemiga de los Medici, diseño de Filippo Brunelleschi.
Frente a la iglesia del otro lado de la plaza empieza la zona medieval de callecitas con negocios de todo tipo, zona de universidades, muchas trattorias concurridas por italianos. Me gusto una, Trattoria Il Pallotino, fundada en el año 1911, en Vía Isola delle Stinche 1, cocina típica romana. Entrada Ribollita alla Toscana, es un minestrone con verduras, legumbres y pan, vino tinto y de postre cantuccini con vin santo.
Mi desayuno de hoy es en el Café Scudieri, fundado en el año 1939, frente al baptisterio.
Fui hasta la iglesia de Santa María Novella, cuya construcción se inició entre los años 1279 al 1357. La parte inferior de la fachada es románica. Su interior es gótico y está decorada con preciosos frescos como la Trinidad de Masaccio, De Paolo Ucello, la capilla de los españoles usada por Leonor de Toledo. La capilla de Filippo Strozzi con frescos de Filippino Lippi. Y los frescos de Ghirlandaio del año 1485 con la vida de San Juan Bautista. Son de verdad hermosos, las escenas con los trajes de época de los florentinos. Tiene un pequeño claustro llamado Claustro Verde. Es digno de destacar el rosetón del frente. Pero fue León Battista Alberti en el año 1456 quien le dio la forma definitiva con que hoy le conocemos.
Saliendo de la iglesia y tomando Vía dei Banchi podemos llegar hasta la Iglesia de San Lorenzo, y al Mercato Centrale, que es el más grande mercado abierto de Florencia, allí encontrarán de todo.
El mervcado es un edificio de hierro fundido y cristal del año 1874. Es muy divertido ver como los dueños de los puestos de alimentos proclaman en alta voz sus productos. Se puede comer la porchetta, cerdo asado y arrollado y otra cantidad de cosas ricas, en el primer piso se encuentran los puestos de verdura, fruta y flores.
Por supuesto compré un rico panino con la porchetta y como un italiano más me lo comí caminando.
Pero me faltaba algo de líquido y un café de manera que pare en Il Desco Bistrot, en Vía C. Cavour 27, muy simpático y muy rica la comida, tome una copa de vin santo con cantuccini y un café.
Decidí ir a visitar el Hospital de los inocentes. Desde la Piazza del Duomo, por Vía Cavour y luego por Vía dei Servi 80, encontré una antigua farmacia, SS. Annunziata que conservaba los muebles y el equipamiento antiguo del año 1561, una belleza.
Siempre en Vía Cavour, se encuentra otro hermoso palacio renacentista Palazzo Medici Ricardi, donde paso su adolescencia Miguel Ángel.
Seguí hasta la Piazza San Marco con la iglesia de San Marco y junto a ella el Convento de San Marco, ahora museo, con las obras del monje dominico Fra Angélico.
Todo el convento y las celdas contienen hermosos frescos, tal vez el más conocido y bellísimo es la Anunciación del año 1445.
Volviendo unos metros a la Vía Cesare Battisti encontramos la Gallería dell’ Accademia. Esta academia de Bellas Artes fue fundada en 1563 y fue la primera en Europa. El David de Miguel Ángel está aquí, fue esculpida cuando tenía 29 años.
Muy cerca de la Galería de la Academia, en la Piazza della Santissima Annunziata, (ese día había una feria y no se puede apreciar el entorno), con un atrio y hermosos pórticos se encuentra L’Ospedale degli innocenti, (Hospital de los inocentes). Proyecto del gran Brunelleschi del año 1419, adornado con bellas cerámicas de Della Robbia. Está considerada como una de las primeras obras del renacimiento.
En un extremo del pórtico hay una puerta donde las madres luego de dejar a sus hijos, avisaban tocando una campana.
Consta de dos hermosos claustros uno “Delle Donne” decorado con querubines y el otro “Degli Uomini” decorado con gallos. Además de una pinacoteca con bellas obras de Boticelli, Ghirlandaio y Della Robbia.
Todo el conjunto es muy hermoso y se respira un aire de paz.
En la terraza el Caffé del Verone, con una linda vista. Almorcé algo típico toscano, polenta frita con pate de higaditos y un café. Luego a seguir caminando por esta ciudad llena de belleza.
Desde allí por la Vía dei Servi se llega derecho a Piazza del Duomo, y ya estaba deseando un café o un aperitivo. Y que mejor que en el bar View on Art, con una hermosa vista a la catedral, casi la misma que tengo desde el departamento. El aperitivo llamado apericena está muy bien servido, trae varias focaccias.
Después de la hermosa la vista, aquí nomás, tomé un café en el bar de Amorino, que hacen además unos helados deliciosos además de hermosos.
Fui hasta el Ponte della S.Trinita, y en el camino encontré la iglesia de la Trinidad con una hermosa y muy antigua cripta. El Palazzo Antinori, en la Piazza Antinori y la iglesia de los Santos Michele e Gaetano, a la que nunca había entrado. He visto muchas iglesias, pero nunca una decorada con enormes drapeados de hermosas telas bordados, me pareció muy bella.
Otra zona interesante de recorrer es el Borgo San Jacopo. Ya les dije, Florencia tiene mucho para ver, tomen la visita con calma y ya tendrán otra oportunidad para lo que no vieron.
Yo también siento que hubiera querido entrar a más museos, más bares, más restaurantes, más concierto, más negocios… además también haberles contado más y transmitirles mi entusiasmo por lo que vivo y disfruto.
Fui hasta el Ponte Vecchio, que su imagen es casi un cuadro, para despedirme. Volví despacio por Lungarno admirando y gozando de la romántica Firenze.
Mañana despues de cuatro noches (siempre es poco el tiempo) dejare con algo de pena esta hermosa, romántica, misteriosa ciudad, pero me llevaré en la retina y en el corazón toda ella. Mi destino es Massa Maríttima, desde aquí iré en auto.