ISCHIA – Campania

 

Estoy en Ischia. Llegué en aliscafo desde Napoli.
A Ischia la llaman la «isla verde» por la cantidad de jardines y bosques que tiene.
Lo que vemos al llegar es la imagen de un cuadro de un pueblo de pescadores. Ischia es una isla bellísima y no muy conocida por los turistas, opacada quiza por la fama de Capri. Su naturaleza volcánica hace de ella uno de los mayores centros termales de Europa. Manantiales, fumarolas y fangos se encuentran en casi toda la isla..

 Esta isla fue codiciada por los etruscos, griegos, romanos, normandos, españoles y seguro me olvido de alguien, y con justa razón. Tiene un mar estupendo, un clima suave, habitantes alegres, sabores únicos.

Podría ser la versión italiana del paraíso terrenal.

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Ischia, también fue desde el año 1600 un centro importante de salud y bienestar por sus fuentes termales minerales, que se encuentran en el Lacco Ameno y Las Termas de Casamicciola. En Lacco Ameno las excavaciones arqueológicas demuestran que en el siglo VIII a C. desembarcaron los griegos y fundaron una ciudad que la llamaron Pithekoussai.

El hotel donde voy a lojarme está en un lugar soñado. En la zona de Ischia Ponte o Cartaromana.
Desde mi cama veo el Castello Aragonese, separado de la tierra por un puente de 200 metros, que fue construido en el año 1438.

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Puente y Castello Aragonese

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Vista desde mi cuarto

Cuando visité el Castello me enamoré del lugar.
Creo que fue porque en el bar de la terraza comí la ensalada más deliciosa de mis últimos tiempos. Eso, sumado a que el jardín donde estaba ubicado el restaurante miraba la isla desde un ángulo privilegiado.
¡Qué hermoso sol y que paz infinita!

La historia de este castello-fortezza es muy interesante.
Actualmente es un museo. En ese castillo hubo un convento de monjas clarisas. Estas monjas llamadas de clausura, solían ser hijas de familias nobles que para no casarlas con personjes inadecuados las hacían tomar los habitos. En el museo se puede ver algo impresionante, las llamadas  «sillas de piedra» era donde depositaban los cuerpos de las religiosas después de su muerte. Allí quedaban hasta su descomposición a la vista de la congregación. Las monjas que estaban vivas hacían una visita diaria al lugar para tener presente que la vida tenía fin.
La iglesia de la Inmaculada conserva la estructura de los años 1700, ahora es un centro de exposiciones.
También, en el año 1500 fue habitado por Vittoria Collonna, poetisa, amor platónico de Leonardo Da Vinci, quien tenía su residencia en la orilla opuesta, justo debajo del hotel donde estoy, Hotel Park Hotel Cartaromana.

Se imponía hacer el «giro d ‘elisola in barca» , la vuelta a la isla en lancha. De esa manera se ven todos los pueblos arracimados en la montaña.
Me quedé tres noches en la isla, aprovechando del hotel (que es bueno) y ni que decir de la comida.

Una de esas noches fui hasta la plaza de Ischia Porto, donde había un espectáculo de música en vivo, tomé mi consabido Campari y canté como todos los allí reunidos. Como gozan de los placeres de la vida.
Al día siguiente en el pueblo de Ischia Ponte en la iglesia dedicada a Santa María Assunta hubo una procesión. El pueblo está justo debajo del hotel y se accede a él a través de una pequeña sendita que cruza entre las casas. La procesión fue muy emotiva y con muchísima gente (¡para mí estaba todo el pueblo ahí!).
Me quedé a cenar en Coco Gelo, restaurante que me habían recomendado, frente al mar mirando el Castello Aragonese todo iluminado. Comí un plato de spaghetti alle vongole y unos langostinos a la plancha; de postre panna cotta. Por supuesto, no faltó el prosecco. La noche hermosa y la comida delicioca.

Ischia Porto

Un paseo obligado fue ir en barca (lancha) hasta Punta Sant’Angelo. La red de buses es muy buena y se puede ir a todos los pueblos por ese medio. Esta península es una joyita, callecitas llenas de hermosos negocios, bares y restaurantes. Su plaza tiene una semejanza a la de Capri. Es un lugar cautivante y muy característico.

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Bahia Sant’ Angelo

La siguiente parada fue Forio, es magnífica la vista desde el mar con sus murallas defensivas y unas once fortificaciones.

Algunas de las hermosas villas recuerdan a los personajes y artistas que eligieron Forio para su residencia, como «La Colombaia» residencia veraniega del cineasta Luchino Visconti, hoy museo. Otro ejemplo «La Mortella» residencia del músico inglés William Walton, convertida en uno de los jardines más hermosos de Europa. Susana Walton durante 50 años con amor y espíritu artístico creo este encantador jardín, poblado de plantas exóticas y especies raras.
También se encuentra el museo Pithekoussai.
Desde aquí las puestas de sol son estupendas, sobre todo en verano.

La fe religiosa es algo muy arraigado en estos pueblos, lo demuestran la gran cantidad de iglesias, la más importante es la Iglesia del Socorro, que está construida a en el acantilado sobre el mar. ¡Digna de admirar!

De regreso en el hotel me esperaba una sorpresa. Aperitivos en la terraza con bocaditos deliciosos, imposible resistirse.
Me da mucha pena irme.
Me voy a Roma. Me espera mi familia.
Adíos copia del paráiso terrenal, hasta pronto.