De mi último viaje de dos meses y medio por Italia, les quiero contar sobre un lugar en la provincia de Parma que me sorprendió y maravillo. Son varias las razones de ello, construido en medio de la llanura padana, aislado de las poblaciones cercanas, (Fontanellato, la más cercana está a 7 Km), que sea el bambú de lo que está construido, que el propietario haya sido amigo de Borges al que los laberintos lo apasionaban (como a mi), el diseño y tamaño del mismo. Ya ven son varias las razones, se trata del Laberinto Della Masone.
Contribuyó que no hubiera nadie, yo sola en ese lugar misterioso y mágico a la vez, y que estuviera neblinoso y frío. Antes de aventurarme a lo desconocido decidí desayunar en el bar con un rico café doble macchiato, un croissant y un jugo de arándanos.
Me dieron algunas indicaciones y me dijeron que en una hora se podía recorrer y también un número de teléfono para pedir ayuda. Es muy divertido tratar de llegar. En una hora ya había pasado dos veces por el mismo lugar, por otro que decía que si había llegado allí era porque estaba perdida, así que me senté en un banco y llamé para que me rescataran.
En el año 1977 Franco María Ricci le hizo la promesa a Borges que construiría el laberinto más grande del mundo en su honor. Cumplió su palabra y el laberinto se inauguró en el año 2015. Esta construido por 200.000 plantas y diversas variedades de bambú, ocupa unas 7 hectáreas y 3 km de senderos, donde es lindo perderse entre esas plantas flexibles.
La parte central o “la corte” es un gran patio rodeado de pórticos. La pirámide es una capilla. Y todo tiene un sentido ya sea espiritual o esotérico. Antes de la salida hay dos salas una, Italo Calvino, donde muestran un video con la historia de Franco María Ricci propietario del lugar, donde habla de Borges y de los distintos laberintos y su pasión por la belleza. La otra sala se llama Jorge Luis Borges. Es emocionante y a la vez me llenó de orgullo el homenaje en mi tierra a este gran poeta argentino
Una vez fuera hay una torre con un mirador y se tiene una vista hermosa del conjunto.
Franco María Ricci era editor, en el museo se pueden ver y tocar todos los libros editados en encuadernación de lujo, son una verdadera belleza. Hay un anaquel con todos los libros que edito de Borges.
También un interesante video de la historia de los laberintos en el mundo.
Para los amantes del lujo, la belleza y el arte el laberinto La Masone tiene dos suites con decoración exquisita y obras de arte originales.
Se imaginarán que tanta cultura me dio hambre y que mejor que ir al restaurante «Al Bambú», dirigido por un chef famoso en Italia y el mundo. La elegancia de la sala, el menú y la presentación de los platos era el broche que se merecía el laberinto. Como tenía que manejar tome agua, (¡un sacrilegio!), para esperar me trajeron unos bocaditos del corazón de los brotes de bambú con una salsa, muy delicados y deliciosos. El pan riquísimo. Pedí un plato muy particular, ravioles cuya masa estaba hecha con chocolate rellenos de zapallo, pinolis y queso parmigiano. Tome un macchiato que vino acompañado de masitas.
Si están en la zona y les gustan los laberintos no dejen de venir y a solo 7 km se encuentra el hermoso castillo de Fontanellato.
Buen viaje a la imaginación