No me acordaba mucho de la primera vez que vine, solo de un lugar donde había cenado a orillas del lago. Tanto Lazise como Bardolino son muy pintorescas al estilo de ciudad marinera, pero a la vez rodeada de muralla defensivas con un fuerte y Castillo.
Las angostas callecitas son encantadoras, llenas de negocios de moda, zapatos, carteras, que dan ganas de comprarse todo. Además de infinidad de heladerías, cafés, bares y restaurantes que hacen las delicias de viajero.
Lazise es de origen romano, como todo en Italia y alrededores. En latín el nombre significa “sitio lacustre”.
También hay un Castello Scaligero, las murallas y tres puertas de ingreso con puentes levadizos.
El puerto ya figuraba en las cartas marítimas del Siglo X. A un costado del mismo se encuentra la iglesita románica de San Nicoló, con un fresco del año 1300, y una virgen pintada en el año 1200.
Para hacer una pequeña visita el tiempo me alcanzo justo para tomar el barco que iba a Bardolino.
Seguía lloviendo, pero no me molesta.