Desde Malcesine fuimos a Módena, donde nos quedamos 3 días. Queda a 155 km desde Malcesine (Lago di Garda), a 191 km de Venezia, desde Bologna a 47 km. Queda en la región de Emilia Romagna. Módena es la capital de la provincia que lleva su nombre.
Esta es la región italiana donde mejor se come, son famosas sus delicias culinarias, como el aceto balsámico, los tortellini, la salsa bolognesa , el parmigiano y como si esto fuera poco por los Ferrari y Lamborghini y la música, Módena es la cuna de Luciano Pavarotti.
Nos alojamos en el agroturismo Country Resort, en las afuera de Módena. Tiene estacionamineto que Italia es complicado, restaurante, los cuartos cómodos y un buen baño.
Llegamos temprano de manera que fuimos al centro y de paso a comer. Nos conformamos con un sándwich porque acá todas las cocinas cierran a las 14.
No conocía la ciudad, es de origen medieval, con muchos años de historia, en el año 891 se convirtió en una ciudad fortificada y muy rica y recién en el año 1099 se comenzó la construcción de la catedral.
Dejamos el auto fuera del casco antiguo, que es muy chico y fácil de recorrer. Yendo por Corso Victorio Emanuele II, llegamos a una plaza enorme de forma rectangular, Piazza Roma donde se encuentra el impresionante Palacio Ducal, residencia de los duques de Módena. Edificado en el siglo XVII. Hoy es sede de la academia militar.
Paseando bajo los pórticos de Vía della Torre, llegamos a la Piazza del Duomo, la ciudad tiene como todas las ciudades medievales una Piazza Grande que por supuesto es de piedras, salvo los parques que están fuera del casco antiguo todas las plazas son de piedras. La plaza es el corazón del centro histórico rodeada de edificios como el elegante Palazzo Comunale.
Nos llamó la atención una piedra enorme con forma de mesa, ubicada en un ángulo de la plaza, se llama “Pedra Ringadora” allí se subían los que querían ser oídos.
El Duomo reina en la plaza, no solo por lo grande, que les aseguro lo es y magnifico su interior, sino por su belleza. De estilo románico con un campanario y rosetón del siglo XV. Siempre hay algo más para asombrarse, cuando pienso que ya no veré una iglesia más hermosa, pero no es así. En este caso el altar es muy particular, nunca había visto otro rodeado de columnas de mármol como si fuera un claustro. Bueno una foto lo explicaría mejor. Junto al Duomo se destaca la torre Cívica llamada “Ghirlandina” muy elegante y bella, de 89 metros de altura, es el símbolo de la ciudad. Construida en el año 1170 en etilo románico, pero como todos los edificios ha sufrido modificaciones con el tiempo. Su nombre se debe a dos guirnaldas en su frente.
Casi toda la ciudad tiene pórticos y debajo de ellos hay infinidad de bares, restaurantes y tiendas. Es fácil de recorrer y sus habitantes son muy amables y serviciales.
En la Piazza Giuseppe Mazzini se encuentra la Sinagoga, de estilo neoclásico construida en el año 1873.
Antes de volver al hotel tomamos un aperitivo, en Corso Duomo , con linda vista la Catedral, , y para no perder la costumbre me perdí al regresar.
Cenamos en el hotel que se come muy bien. Nos sorprendieron con algo que nunca había visto ni probado, Era de masa de pizza pero muy liviana, miren la foto, se llama «stria» y para acompañarla, pues que otra cosa que una buena mortadela bolognesa Esta es la región donde son famosos en toda Italia, los tortellini, así que yo los comí en caldo, una de las formas. De postre un helado con frutos rojos al aceto balsámico, pareció raro pero fue muy rico. Se hacen a mano, imaginen el trabajo ya que son chicos.
Se imaginarán que después de probarlo, fue nuestra entrada todos los día, como no engordar,jaja,
Otro día de trabajar como turista, que es bastante fatigoso Jijiji, iremos a conocer mejor la ciudad.
Primer trabajo conseguir estacionamiento, segundo trabajo donde comer y que visitar.
Después de dar miles de vueltas estacionamos fuera del casco antiguo cerca de una facultad.
Pero el esfuerzo se merecía un premio. Llegamos a la peatonal Corso Duomo y nos sentamos en el Caffe y Pasticceria Cattedrali, ricas masas y rico café.
Averiguamos donde quedaba el Mercato Storico Albinelli, porque nos habían dicho que se podía comer comida tradicional. Está en la Via Luigi Albinelli 13, cerca de la Piazza Grande. Lo hubiéramos encontrado igual dando vuelta y perdiéndonos lo que hace del paseo algo interesante, y no importa recordar el nombre de las calles, porque siempre como dicen acá “tutte le strade te portano a Roma”es decir siempre vas a llegar.
Pintoresco como todos los mercados. Pedimos una botella de Lambrusco Rose, un mixto frito de pescado, una tabla de quesos y chutney que acá se llama “mostarda”.
Después de almorzar hicimos algo de shopping, peluquería y más café, y ya era hora de volver, a sacrificarnos cenando rico.
En el desayuno nos dijeron que fuéramos a Spilamberto. Luego a Vignola donde nos recomendaron almorzar pero estaba cerrado, preguntamos y nos mandaron a “La Cantina dei Contrari”, en Vía Claudia 3961, en Savignano sul Panaro Seguro quieren saber que comimos! De entrada varias verduras preparadas en distintas formas, quesos y fiambres, luego yo tagliatelle al ragu y Eleonora un risotto rosa con remolacha y vino tinto.
Después de almorzar volvimos a Vignola para agradecer por la recomendación y de paso subir hasta una iglesia.
Preguntamos a unas personas que hacían, un señor pregunto de donde éramos, dijo “ya que vienen de tan lejos yo tengo la llave de la iglesia se las voy a mostrar“, también nos contó algo de la historia del lugar.
Nos recomendó ir a Castelvetro, pero lo dejamos para otro día.
Volvimos al hotel tarde y cansadísimas, cenamos tortelloni di zucca, luego unas costillitas con verduras asadas. Nos invitó la dueña del hotel Sra. Roberta con dos masitas hechas con harina de castañas y de allí a dormir.
Mañana será otro día para visitar los lugares recomendados, que no podía faltar Maranello y el Museo Ferrari.
Módena es un punto ideal para recorrer la zona. Si no la conocen se las recomiendo, tiene todo lo que busquen, museos, iglesias, parques, teatros, música y mucho para beber y comer jajaj. Tal vez fui excesiva con las fotos de la comida. De aquí iremos a Gubbio, pero seguro volveré me quedo mucho por conocer.