Vine a Panzano por más de un motivo, me quedaba cerca de Castellina in Chianti, solo 16 km y sabía que hay un muy buen restaurante famoso en todo el mundo. El dueño Dario Cecchini, un carnicero, showman, ha hecho desde el año 2008 de una carnicería un negocio floreciente y muy rentable, el restaurante con el menú «Soloccicia» y «Soloccicino» y otro más «Officina della bistecca« donde hace bifes de chianina (una vaca típica de la región de la toscana) a la parrilla, pero para eso hay que encargársela dos días antes, ¿qué me cuentan?
En la carnicería (que parece una boutique) tienen una mesa llena de productos para degustación, todo cortado a lo grande, salames, jamón crudo, unas pastas de aceitunas y de lardo, tomates en aceite, aceitunas, aceite de oliva, pan. Ni bien hay unas pocas personas arrancan con el Chianti, de lo más divertido y rico. Además, si se quiere saborear lo que con grandilocuencia llaman a un buen bife «Su Majestad la Bistecca alla Fiorentina», tienen que hacer una reserva a la «Officina della Bistecca« (Oficina del Bife. ¿Qué me dicen, piola no?).
Los dos restaurantes están uno frente al otro.
Debo reconocer que el menú de 6 pasos, por 30 E, no pude con todo. En el incluye carne, verduras, porotos «al olio«, panes y facaccia, vino, torta, café, vin santo y grapa. El plato de la foto es un tartar de carne de ternera, el nombre muy gracioso es por la forma: «Ramerino in culo».
El ambiente familiar y relajado en mesas comunitarias. A mi lado una pareja de japoneses, en el otro extremo cuatro italianos de Pisa, los cuales nos invitaron a su casa.
En el menú hay una cita que dice » perderte ogni speranza voy que entrate, siete nelle mani del macellaio« haciendo una asociación con la cita de Dante del canto V del Infierno, que dice «Pierdan todas las esperanzas ustedes que entran en el infierno» pero en esta dice que pierdan todas las esperanzas porque están en las manos del carnicero.
El pueblo es pequeño, cruzando una placita, sale la Vía Santa María, algo en diagonal en subida y larguísima que llega hasta la iglesia de Santa María Assunta construida hacia el año 1890 sobre una antigua iglesia medieval y dentro de los muros del castillo de Panzano.
Justo al pie de los escalones de la iglesia entre al bar «Il Vinaio di Panzano» en Vía Santa María 22, con una lindísima terraza y unas vistas magníficas de la campiña. Tome una limonada. Cuando me iba me preguntan «como está la argentina», de manera que nos pusimos a charlar, estuvo muy interesante, uno de ellos estaba bastante informado. Tenía amigos en Buenos Aires.
La iglesia de ladrillos rojos tiene en el frente una virgen de mármol blanco rodeada de angelitos, preciosa. La construcción es del año 1890, y se hizo sobre una antigua iglesia medieval.
La recomendación es, si vienen a la Toscana y están cerca hagan lugar para este paseo, ¡saldrán realmente satisfechos! En todos los sentidos.