El motivo para ir a Reggio di Calabria fueron unas fotos que me cautivaron, de unos bronces que se habían hallado en el mar.
Reggio Calabria es una ciudad costera frente al estrecho de Messina que la separa de Sicilia. Perteneció a lo que se llama Magna Grecia y los restos griegos y romanos se pueden encontrar dispersos en ella.
A la ciudad no la recorrí mucho, solo la costanera Lungomare Falcomatá, llena de restaurantes y bares donde almorzamos muy bien.
Fui hasta la catedral dedicada a Santa María Assunta. Reconstruida después del terremoto de 1908, en estilo neo románico, quedándole reminiscencias del gótico original. Su fachada es realmente hermosa.
La ciudad vale lo que el Museo Nazionale della Magna Grecia, ubicado en Piazza Giuseppe da Nava 26. Lo más preciado de la colección del mismo son los dos bronces de los guerreros.
Su tamaño es superior a un hombre normal. Sus medidas son 1,98 metros y 1,97 metros, y su peso es 160 kilos. Se los llamó “Il giovane« (el joven) e “Il Vecchio» (el viejo) por la apariencia que tienen.
Son de una perfección y belleza sublime. Una de ellas se le atribuye al escultor ateniense Fidias, año 460 a C, mientras que la otra a Policleto, 430 a C y se cree pertenecieron al templo de Delfos, dedicados a la victoria de Maratón.
Fueron hallados en el mar en Riace Marina en el año 1972, a solo 230 metros de la costa y a 8 metros de profundidad, por un submarinista aficionado. Estaban en perfecto estado.
Son de un color marrón oscuro, los rizos de las barbas son perfectos al igual que sus rostros.
Uno se cree tenía un escudo que nunca se expuso, no se sabe que sucedió, si es que fue encontrado.
Su restauración duró cinco años, y en la limpiza de las mismas se descubrió que además del bronce habían sido utilizados diferentes materiales, como la plata para los dientes y las pestañas, marfil para los ojos y bronce para los labios y las aureolas de los pezones.
No les voy a detallar todas las teorías de cómo llegaron hasta el estrecho de Messina, desde donde, tampoco la seguridad de sus escultores. La historia es muy interesante y nos cuenta de cómo fueron restaurados más de una vez. Estuvieron ausentes del museo hasta el 2013 debido a que debieron construir una sala especial para protegerlos.
Solo permiten el acceso de a 20 personas por vez y solo 20 minutos. Son realmente hermosos y ya les dije de una perfección increible. Me felicite haber hecho ese viaje.
Reggio di Calabria está en el extremo de la bota entre el mar Tirreno y el Jónico, todo ese mar es de color turquesa, aguas transparentes y hermosas, donde todavía el turismo no es masivo.
Quiero decirles que las fotos de los bronces mas lindas no son mias, ya que es díficil sacar buenas en la sala y no están permitidas.