Llegué temprano a Bagnolo San Vito así que decidí ir hasta Mantova, que queda a media hora.
Hacía mucho calor y además había muchísima gente; después me enteré que era la noche blanca de los museos.
Mantova es una ciudad rodeada en tres de sus lados por lagos: Lago Superiore, Lago di Mezzo y Lago Inferiore.
Durante tres siglos entre los años 1328-1707 fue dominio de los duques de Gonzaga, que la convirtieron en una ciudad de gran esplendor.
Es ciudad de plazas elegantes y arquitectura aristocrática. En el año 2008 la UNESCO la declaró patrimonio de la humanidad debido a que representa un ejemplo emblemático del diseño urbanístico del Renacimiento. Mantova es una fiesta para todos los sentidos.
Son tres las plazas principales: Piazza Sordello, Piazza Virgiliana y Piazza delle Erbe en ella es donde se desarrollaba el comercio y aún hoy es el centro de la vida social.
El gran espacio rectangular está rodeado por magníficos edificios de distintas épocas. En esta plaza se encuentra la iglesia más antigua, la Rotonda di San Lorenzo, de ladrillos rojos, que fue construida en el año 1083. Es un ejemplo de arte románico. Es muy bella por dentro y por fuera. A su lado la Torre dell’ Orologio una maciza construcción con un hermoso, interesante y complejo reloj en el frente. El reloj fue un proyecto del matemático y astrólogo Bartolomeo Manfredi y fue instalado en el año 1493.
Me pareció algo maravilloso ver desde el interior de la torre el mecanismo, pensando en cuando fue diseñado. El complejo cuadrante con números romanos no solo marca las horas, también las fases lunares, los planetas y los signos zodiacales. El reloj todavía hoy funciona.
A su lado se encuentra el bellísimo Palazzo della Ragione, donde se administraba la justicia. Fue construido en el año 1250, es de estilo medieval, con las características almenas (me encanta la palabra italiana: merlature, que quiere decir puntillas o encajes) de los edificios públicos de la época, y las ventanas triforas (tres foros).
La Torre Salaro fue construida a fines del siglo XIII. Se la llama así porque era un depósito de sal.
Otro hermoso edificio es la Casa del Mercante, Giovanni Boniforte da Concorezzo, quien la mando construir en el año 1455, se destaca por el hermoso trabajo en su frente, que parece un bordado de encaje.
La plaza está llena de mesas y sombrillas y debajo de los pórticos hay bares, restaurantes y diversos negocios.
Para contemplar tanta belleza y armonía me senté en la vereda en el antiguo Bar Caravatti, fundado en el año 1865. El local es muy lindo. Tomé el trago de la casa: El Caravatti, que es una simple mezcla de Vermut. Valía la pena relajarse y disfrutar del entorno.
Se puede ir a través de los Pórticos Lattonai hasta la Piazza del Broletto y la Piazza Sordello, en la que se encuentra el Duomo. En él se superponen tres estilos: la fachada en un barroco tardío, el costado izquierdo gótico y el campanario románico, mientras que el estucado interior es de los años 1492-1546. No se las voy a describir, solo decirles que su interior es magnífico.
En todas las plazas hay abundancia de bares y pasticcerias, es una tentación continua, imposible resistirse a los aromas.
En Mantova nació el gran poeta romano Virgilio, nacido en el año 70 a C, autor de la La Enéida. En la obra de Dante Alighieri, La Divina Comedia, aparece como su guía a través del en el Infierno y Purgatorio.
Para los amantes de los autos aquí está el museo del gran corredor Tazzio Nuvolari.
Volviendo a buscar el auto pasé por la Loggia del Grano, Palazzo della Camera di Commercio, fue construido en el año 1911. Es bellisimo. Hoy día alberga una galería de arte.
Lo que pude ver y visitar es una pequeñísima parte de esta aristocrática ciudad. El Castello dei Gonzaga, el Palazzo Te, la Sinagoga, las pinturas de Mantegna (pintor favorito de los Gonzaga) y tantas otras cosas quedarán para otra vez.
En algunas guías dicen que Montova puede ser visitada en un día, no lo crean, esta ciudad tiene tantas bellezas artísticas, arquitectónicas y también gastronómicas, que es casi una afrenta hacerlo de esa manera.
A Mantova tendré que volver, se lo prometí.
Estamos en noviembre 2021, han pasado casi dos años pero aquí estoy de regreso como le prometí a esta bella ciudad, donde me quedare 3 días.
En esta oportunidad venía desde Vicenza que queda a 95 km. el tiempo de viaje es de una hora.
Esta zona de la llanura padana es baja y los campos están inmersos en un espeso manto de niebla que le da un misterioso encanto y a pesar que no es agradable manejar en esas condiciones me gusta mucho y me inspira.
El B&B, 6 Porte, queda a 7 km fuera de la ciudad, pero con estacionamiento ya saben muy importante en esta tierra. Deje mi equipaje y fui hasta el centro histórico, al estacionamiento Campo Canova, donde se deja el auto y hay un bus gratis que lleva al centro.
El tiempo estaba feo y la ciudad a pesar de eso llena de gente. Lo que me costó encontrar un lugar para almorzar de los recomendados. Pero en este país siempre hay donde comer, así que almorcé en la Piazza delle Erbe en el restaurante Cento Rampini, “tortellini di zucca”, ravioles rellenos de zapallo queso parmigiano, manteca con salvia, que es un plato típico y verduras asadas con un queso llamado tomino apenas tibio, tome agua.
Después de almorzar recorrí los lugares cercanos a la Piazza Broletto, donde bajo sus pórticos además de bares y restaurantes hay negocios de lo que mas famoso es aquí, la pasta. Pero si alguien local les recomienda que prueben los panes o dulces locales de un negocio, deben hacerlo, es por eso a pesar de lo que había almorzado (me quedaba de camino, no había excusa) decidí comprobarlo y entre a la panadería Panificio Pavesi en la Vía Broletto 19, fue difícil la elección, Oscurece temprano de manera que fui a la parada del bus para no volver de noche y perderme. Cene en el B&B, 6 Porte.
Amaneció lloviendo y con niebla. Deje el auto en el estacionamiento y tome el bus. A la ciudad se llega a través de puentes, ya que Mantova está rodeada por tres lagos el Superiore, el lago Di Mezzo y el lago Inferore.
No había conocido el Palazzo Te, de los Gonzaga, familia poderosa que embelleció la ciudad, trayendo a la misma grandes artistas de todos los rubros. Este palacio construido por iniciativa de Federico II entre los años 1525/35 fue llamado “il palazzo del piacere” (el palacio del placer) donde el príncipe encontraba esparcimiento intelectual y diversión. Es fascinante la historia que rodea a este magnífico palacio. Describirlo es casi imposible, por la magnitud de sus salas, pinturas, y los elementos decorativos. Los frescos del dormitorio llamado “La camera di amore e psique” son inenarrables. Las salas son catorce, solo por nombrarles algunas, la de los caballos, la de los gigantes, el jardín secreto, la de los emperadores, la de los estucos, más galerías y tres logias. Si vienen a Italia absolutamente deben venir a visitar Mantua, donde encontrarán, buena comida, arte en museos, música, deportes, bellezas naturales y su gente amable.
Se imaginarán que después de tanta belleza para el espíritu, también el cuerpo necesita su alimento, y para estar a la altura de lo que había visto fui al restaurante Scaravelli, en la Piazza delle Erbe.
Lindo restaurante, de entrada pedí una variedad de quesos y dulces, luego ñoquis de remolacha, una copa de vino Bardolino y un café. Todo delicioso. Algo caro, pero valió la pena.
Llovía a cantaros de manera que hice una larga sobremesa.
Tenía entrada para un concierto en el teatro Scentifico di Bibbiena, tocaba el cuarteto “I Fiati di Milano”, los artistas y el programa con arias de ópera muy bueno, pero la sorpresa fue el teatro. Es una caja de bombones, precioso, desde sus butacas de pana rosa, el tamaño del mismo, todos los palcos y su arquitectura una verdadera joya, es un teatro mágico de fabula. Construido en el año 1767-69. El 3 de diciembre de 1769 fue oficialmente inaugurado por el muy joven Wolfang Amadeus Mozart.
El regreso fue algo accidentado porqué llovía y el bus no podía ir al estacionamiento por un accidente que había habido sobre el puente. De manera que caminé dos km con la vereda inundada y lloviendo. Llegue hecha sopa al auto rogando no equivocarme de regreso, ya que aún con GPS soy especialista en perderme y más de noche.
Al día siguiente, 15-11-2021, después del accidente sobre el puente, fui a Grazie, un pueblo que queda a 9 km de Mantova, donde se encuentra el Santuario della Madonna delle Grazie, a la cual se le atribuyen muchos milagros.
Pero la realidad es que hay un restaurante que una amiga de Reggio Emilia me recomendó, ya les conté que los italianos y yo (jajaj) hacen kilómetros para ir a comer.
Volví a Mantova, fui al hotel quería acostarme temprano, mañana dejo esta hermosa ciudad, rumbo a Parma.