Alba, queda a 31 km de Asti, a 62 km de Torino, y a 153 km de Milán. Es una ciudad de origen romano y los romanos eran grandes planificadores urbanísticos.
El ejército romano, cuando instalaba su campamento, siempre lo diseñaba sobre una planta rectangular llamada “Castrum”, donde el Cardus Maximus de orientación norte-sur, se cruzaba perpendicularmente con el Decumanus Maximus de orientación este-oeste, la otra calle principal.
En el centro de la ciudad romana donde se cruzaban el Cardus y el Decumano es donde hoy encontramos la Piazza Risorgimento, lo que demuestra la importancia de la plaza a través de los siglos, cumpliendo un rol concentrador en el que se desenvuelven las principales funciones políticas, religiosas y comerciales.
En la Piazza Rosetti se encuentra el Duomo o Catedral de San Lorenzo, de ladrillos rojos, de estilo románico, construido a fines del siglo V, pero lo que vemos actualmente es una reconstrucción del siglo XII. Luego en los siglos XII al siglo XV, tuvo remodelaciones en estilo gótico tardío.
Otros edificios importantes son el palacio Municipal, las torres Sineo, Peruzza y Artesiano.
Alba fue una ciudad con más de cuarenta torres-habitaciones de las cuales trece aún se encuentran visibles.
Después de la caída del Imperio la región estuvo bajo el dominio de los franceses (los longobardos). En el siglo X fue devastada por los sarracenos (otomanos). En el año 1613 estuvo bajo el dominio de los Duques de Savoia. En el año 1800 fue asolada por las tropas Napoleónicas donde el patrimonio histórico y artístico sufrió grandes pérdidas.
Para los que tengan más tiempo pueden hacer un tour por la Alba subterránea, que es muy interesante.
Aquí también se corre un Palio en este caso es el Palio degli Asini (de los asnos) una carrera divertida donde el jockey tiene que luchar con la tozudez de los asnos, que no saben de correr carreras.
Todo recrea la edad media, desde los ricos atuendos hasta la comida que se organiza después de la carrera.
Por supuesto que detrás de estos dos acontecimientos existe la antigua rivalidad de las dos ciudades que eran acérrimas enemigas: Asti versus Alba. A tal punto que en cierta oportunidad los de Asti le prohibieron la participación a los jockeys de Alba en el propio palio. ¡Cosa de italianos!
Alba es famosa por el «tartufo bianco», al que se lo llama “el diamante de Alba”. Todos los años en los meses de octubre y noviembre se hace una feria mundial que finaliza con un remate en el Salón delle Machere en el Castello Grinzane. En el año 2009 la ciudad de Hong Kong había comprado una trufa de 750 gramos por valor de 100.000.- Euros.
Estando en Asti, con mi hija y mi esposo, fuimos a almorzar al Ristorante Gener Neuv y pedimos las famosas fetuccine al tartufo, cuando trajeron los platos, vino el chef con una balancita, un rayador y una trufa, primero peso la trufa, luego la rayó sobre la pasta hasta que le dijera cada uno cuanto quería, y volvió a pesar la trufa y así nos costó, jaja. Pero una vez había que probarlas y la verdad entre el perfume y el sabor que les digo ¡deliciosas! Se los recomiendo, tienen un local nuevo muy lindo.
Otro famoso es el vino Dolcetto D’Alba. No es por lo único que vale la pena hacerle una visita. Pietro Ferrero en el año 1946, fundó la chocolatería que ya es muy famosa en el mundo.
Se dan que cuenta que en Italia tarde o temprano caemos en la cocina, ¡pero que placer inmenso!.
Los italianos no solo son buenos artistas, también hacen arte con sus platos.
Buon appetito