De Firenze me dirigía a Colle Val d ‘Elsa que queda a 56 km
Salir de Firenze fue una odisea, por suerte el GPS me ayudo bastante.
Este pequeño borgo medieval se divide en Colle Bassa que está a los pies de la colina y es la parte más moderna, mientras que en la cima se encuentra Colle Alta. La primera vez que vine con mi hija Carolina nos quedamos a dormir en Colle Bassa. Vine otras dos veces, una sola y otra con mi marido.
La plaza Arnolfo di Cambio fue re estructurada recientemente, combinando muy bien lo antiguo con lo moderno. La adorna una bella fuente central. En esta plaza todos los viernes se hace el mercado, que tanto aman los italianos. Son muy pintorescos y encontrarán de todo. Para apreciarla tomen algo o almuercen en alguno de los bares que la rodean. Yo lo hice bajo los arcos de la Antica Trattoria di Paradisi.
Muy interesantes es el museo del cristal. Nos hace viajar a través de la historia del vidrio, donde podemos admirar hermosas obras.
Digno de ver es el ascensor, llamado Baluardo al cual se accede por un corredor subterráneo decorado con obras de artistas, para subir a Colle Alta.
En esta oportunidad me quede a dormir, en la parte alta o borgo antico, en el Hotel Palazzo Renieri, Vía Campana 6. Muy lindo todo el hotel, la vista y el cuarto. Aquí me quede dos noches.
Se puede llegar en auto y dejarlo fuera de la Porta Nuova y se ingresa a través de ella. El borgo es muy fácil de recorrer, tiene dos o tres calles en lo más ancho, y la calle central que va desde la puerta hasta el final del pueblo, donde en una explanada fuera de la muralla llega el ascensor desde la parte baja de la ciudad. Desde allí hay muy lindas vistas de la ciudad baja.
Siguiendo la Vía Gracco del Secco hasta la placita Baios, por un constado podemos llegar a la cisterna que en la antigüedad estaba dentro de las murallas. Desde allí sale un imponente acueducto que llegaba al convento de San Francisco. Volviendo a la placita en la Vía del Amore hay buenos ejemplos de casas medievales.
Pero antes de seguir fui hasta el bar Portanova, en Vía Gracco del Secco 127. Un lugar magnífico, por su ubicación en las torres de la Porta Nuova, y en toda la decoración. Me decidí por un plato de fiambre y brusquetas, y un vino rosado de la zona. Luego café y a disfrutar un buen rato de la vista.
Siguiendo la calle se llega a la Piazza Santa Caterina, con la iglesia. Luego por Vía del Capanna, con hermosos palacios se llega al Palazzo Capanna construido en el año 1539, por Francesco Capanna.
A través del portón entramos a la vía principal del borgo antico, Vía del Castello. Por ella llegamos a la Piazza del Duomo, rodeada de edificios públicos y privados, Palazzo del Popolo, Palazzo Episcopale, Palazzo Pretorio y Palazzo Giusti.
La visita al Duomo es obligada. Por fuera es de estilo neo clásico y por dentro barroco. Aquí se halla uno de los 30 clavos que se usaron para crucificar a Jesús. La leyenda dice que lo trajeron a la Toscana después de las cruzadas y un cura local lo conservo. La torre campanario, inconclusa tiene un enorme reloj.
Colle es conocida por la producción de objetos de vidrio, hay infinidad de boutiques y negocios muy lindos y en lugares muy pintorescos.
En la Colle Alta nació el arquitecto Arnolfo di Cambio que construyó el Palazzo Vecchio de Firenze.
Ya estaba cansada y despacio fui hasta el hotel a reponerme antes de la cena. Fuimos al Ristorante Dietro le Quinte, en Vía Canónica 2, teníamos descuento por el hotel. Doble ventaja porque además estaba cerca y resulto muy buena la comida.
Colle se puede recorrer en un día, pero si quieren disfrutar del clima que hay en estos pueblos les aconsejo quedarse al menos una noche. Es un buen lugar para recorrer los alrededores por ejemplo Siena, San Giminiano, Certaldo, y tantos otros.