PESARIIS – Veneto

Estando en Tolmezzo fui a la oficina de turismo y me dijeron que fuera a un pueblo llamado Pesariis. Para ir, otra vez tenía que pasar por los túneles y el bosque. Salvo esos nueve kilómetros la ruta muy linda, parte a lo largo del Río Tagliamento, en la Val Pesarina también llamada la Valle del Tiempo. El día hermoso. El pueblo queda de Sauris di Sopra a 28 kilómetros, pero miren cómo será la ruta que se tarda 40 minutos (yo algo más).
El nombre del pueblo se origina en que aqui estaba la aduana donde se pesaba y controlaba el tráfico comercial entre las regiones, Carnia y Cadore.

La curiosidad de este pequeño y encantador pueblo suspendido en el tiempo, que de verdad parece de cuento de enanitos y de hadas, es la cantidad de diferentes tipos de relojes que se encuentran en él los hay de agua, de péndulo, de cremallera, de paletas gigantes, de torre, meridianas etc., hay 15 registrados en este mini pueblo, de 178 habitantes.

Como verán en el plano es muy fácil encontrarlos, esta todo en un espacio reducido y con muy buenas explicaciones en cada uno.

El reloj del estacionamiento donde se inicia el recorrido, es un reloj de paletas gigantes. Fue el primero que se ralizó de este tipo donde las horas y los minutos se leen como las páginas de un libro. Esa es la hora cuando llegue y el auto gris el mío.

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El nombre de la empresa Fratelli Solari di Prato Cárnico, se encuentra en muchos de los relojes que adornan plazas, estaciones de tren, torres, frentes de edificios en todo el mundo. Desde el siglo XVII Pesariis era un centro artesanal muy importante en la fabricación de relojes. El museo de Pesariis es uno de los pocos de su tipo y tiene una colección completa de la producción partiendo desde el año 1400 hasta la actualidad.

La casa de la familia Bruseschi una de las más antiguas e importantes del pueblo, es el museo etnográfico y nos da una idea de cómo vivía una familia burguesa.

La iglesia de los Santos Apóstoles Filippo e Giacomo, se encuentra en un extremo más alto de la ciudad, tiene un campanario con la típica forma de cebolla como los países vecinos. Frente a ella en una plaza se encuentra un hermoso reloj de carrillón que suena distintas melodías.

Detrás de la iglesia y subiendo un poco hay otro reloj de planisferio nocturno muy sofisticado y aún más arriba el cementerio.

Durante la última guerra en el año 1944, con la invasión de las tropas alemanas, Hitler asignó todas las tierras de esta región llamada Carnia a los contingentes cosacos que habían colaborado en sus campañas. Con la llegada de estos soldados y sus familias se produjeron saqueos y destruyeron parroquias y municipios de la zona, perdiéndose la mayor parte de la documentación relativa a la fabricación de relojes.

Esta es la hora que volví al inicio del recorrido, para seguir a la búsqueda de algo que alimentara el cuerpo.

No había nada abierto, ni un kiosco. En el camino de regreso hay pequeños pueblos y en, Prato, en el borde de la ruta hay una torre bastante inclinada. Pare a sacar fotos y por suerte había abierto un único bar y pude comer un sándwich muy rico y enorme y de paso usar el baño. Ya de regreso el túnel no me pareció tan siniestro.

Si aman a Italia y también descubrir pequeñas joyas como este pueblo lejano y escondido, pues si están cerca vayan a conocerlo
Igualmente, mañana que iría a Vicenza, debería volver a hacer ese camino porque el paso seguía cerrado, y aprovecharía a ir hasta Cortina D’Ampezzo y allí saludar a las verdaderas señoras Dolomites.