Decidimos ir con Federica (la Sra. que conocí en Pitigliano y con la que había cenado), a las Termas de Saturnia. Quedan a 27 km. desde Pitigliano.
El camino muy lindo, todo muy verde y algún que otro campo amarillo, ondulado típicamente toscano, aunque esta zona es llamada Maremma, es algo más llana y llega hasta el mar.
Aquí también hay una leyenda que cuenta que el nombre deriva del dios Saturno que enojado con los hombres lanzo rayos contra el monte Amiata haciendo surgir el volcán y con él agua sulfurosa caliente. Estas termas eran ya conocidas por los etruscos y a partir del año 280 a C por los romanos que conocían sus beneficios.
En la edad media creían que el demonio salía de entre los vapores con olor a azufre.
No había visto ninguna foto y la verdad me lleve una verdadera sorpresa. Se ven desde la ruta inmersas en un mar de vegetación verde que contrasta con el blanco de las piscinas naturales.
Las termas se originan en el riachuelo Gorello de un km de largo que nace en el monte Amiata, un volcán extinguido. La temperatura del agua es de 37 grados constantes.
La cascada llamada el Molino no es muy alta, pero si tiene mucho caudal y fuerza, lo que formó un espectacular abanico de piletas de color blanco con el piso de bolitas pequeñas de color gris.
El entorno es una campiña sembrada y ondulada, con árboles y arbustos que acompañan una de las laderas del río.
Es muy relajante no solo por el agua sino todo lo que las rodea.
Yo me quedé unas 4 horas y la verdad que no me daban ganas de irme.
Volví al auto y me cambie como en campamento, jajá. Porque estas termas son públicas, y no hay infraestructura. Pero si quieren algo súper hay hoteles maravillosos con termas en la ciudad de Saturnia que está a solo 3 km.
De regreso pase por Sovana que dista 25 km, tiempo 35 minutos. Si andan por la zona no dejen de venir y los asombrarán.