MATTINATA – Puglia

Año 2019. Llegue a Mattinata desde Trani que queda a 89 km, en 1,15 hora, obviamente tardé algo más porque pare a sacar fotos.

Esta zona de la Puglia se llama Gargano y tiene una infinidad de pequeños pueblos, grutas y un mar maravilloso.

Mattinata grutas 2

La ruta bordea el Golfo de Manfredonia. En la localidad de Margherita di Savoia, hay unas salinas enormes por 20 km de largo y 5 km de ancho, el agua era de color rosado, algo extraño. La ciudad es nueva y la atraviesa la calle principal que era la única empedrada, algo que me llamó la atención por el tipo de piedra.

Mattinata salinas

Dejando atrás el Golfo Manfredonia hacia Mattinata la ruta es muy linda, todo muy verde y el mar de color turquesa en un hermoso contraste.
Muchas veces elijo los hoteles o los lugares para visitar porque me gustó el nombre y este es el caso de Mattinata.

El lugar donde se encuentra el Hotel Residence Il Porto, en Vía del Mare 53, es espectacular. Ubicado sobre el borde de una colina frente a una pequeña bahía, y al diminuto puerto. De noche se ven a lo lejos las luces de la costa de Bari.

Mattinata vista

Las recepcionistas muy amables y serviciales me ayudaron con todo, no solo con el equipaje sino con indicaciones de que  ver y donde comer.

Mi cuarto da a una galería cubierta que hace las veces de balcón que mira a la bahía.

Mattinata hotel

El salón para desayunar muy playero y a la vez elegante, adornado con araña de cristales azules de Murano y toda la decoración acorde. El desayuno buenísimo, tentador, con mucho más para comer de lo que se  puede.

Mattinata

La ciudad está a 5 km del hotel sobre una colina en el Parque Nacional del Gargano, cubierto de olivos y una costa de las más hermosas de Italia, con playas algunas de arena dorada y otras de guijarros, y el mar turquesa y cristalino.

La costa está llena de grutas y de farallones entre los más famosos están los de Bahía delle Zagare, (Bahía de los azafranes) lugar de particular encanto y belleza, al que solo se puede acceder siendo huésped de los hoteles o con un permiso que se solicita en el municipio y que permite a solo 30 personas por día.

Una manera de gozar de estas costas y de las bellas grutas, es haciendo una excursión en lancha desde Mattinata hasta Vieste.

Mattinata Bahia Z

Mattinata Arquitiello

¿Con una ruta como esta quien no pararía a cada rato?

En época griega la ciudad se llamó Apeneste, después con la dominación romana en Matinum.

Tras las invasiones sarracenas y un terremoto que la destruyo fue abandonada, recién en el siglo XVI se empezó a poblar con los montañeses de las colinas vecinas.

En la entrada de la ciudad en la parte nueva había mercado, muchísima gente y poco lugar para estacionar. Me encantan los mercados y el entusiasmo e interés que le pone la gente al hacer sus compras.

Lo que se puede recorrer en Mattinata es parte del casco antiguo, donde hay ejemplos de la construcción de piedras a seco llamadas pajares (como se construían los trulli).

Caminando por la calle principal Corso Matino me encontré con una farmacia antigua Vecchia Sansone, fundada en el año 1939 por Matteo Sansone tiene una particularidad, alberga a la vez una colección privada de objetos arqueológicos y étnicos, como así también los que hacen a la farmacia. Extraña combinación de objetos, él se definía a si mismo diciendo “Me siento arqueólogo por pasión y farmacéutico por necesidad”.

Mattinata farmacia

Algo más adelante la Vía Matino llega a la Piazza Roma, donde hay varios restaurantes y las callecitas del casco antiguo que suben hacia el monte y otras bajan hasta el llano.

Mattinata escalera

Mattinata bar

La Iglesia de Santa Maria della Luce, patrona de la ciudad, se encuentra al final una calle arbolada en la zona baja y frente a una plaza blanca como la iglesia. El origen de la primera iglesia es del año 1158, el nombre actual le fue dado en el siglo XVII. Fue modificada y restaurada más de una vez.

Mattinata Iglesia

Mattinata int igl
También hay varios palacios como el Palacio Mantuano construido en el año 1840 ahora biblioteca municipal, el Palacio Barreta es el municipio.

Mattinata plaza

Tenía tiempo de manera que fui hasta la peluquería que me habían recomendado en el hotel, en la Vía L. Zuppetta 2, “Manuel”, pero se me paso la hora y cuando llegue estaba cerrando para ir a almorzar. Me dijo que me podía atender a las 14, tenía dos horas.

Que mejor cosa podía hacer yo también que almorzar. Me recomendó el restaurante justo al lado de la peluquería, La Locanda del Maniscalco (quiere decir herrero), por suerte el cocinero sabía de cocina. Me propuso de entrada un mixto de verduras fritas con una mayonesa de remolachas, después ñoquis de ricota con puntas de espárragos, hinojo silvestre y habas, delicioso sabor. De postre un semifreddo de pistachio. El vino tinto Primitivo, rico.

Mattinata verdura

Mattinata ñoquis

Mattinata helado

Justo a tiempo para la peluquería. El local chico pero precioso, todo muy moderno. Simpático Manuel, él y su ayudante se sacaron una foto conmigo.

Mattinata Manuel

Todavía estaba todo cerrado hasta las 17 así que volví al hotel y fui al muelle que hay debajo. El tiempo amenazaba tormenta, el mar oscuro estaba calmo y el cielo negro. Pero como era mi último día, me quede en la playa paseando por el espigón a pesar del tiempo. Era fantástico el color del cielo y los relámpagos.

Mattinata tormenta

Mattinata playa

Mattinata escollera

Volví al hotel y me dediqué a no hacer nada, salvo gozar del entorno.
Mañana voy a Ravello. Aquí me quede tres noches, pero la realidad es que me hubiera quedado un mes.

Estamos en octubre del año 2024, y estoy volviendo a Mattinata, en esta oportunidad desde Matera que queda a 222 km por autostrada. Llegue sin perderme, toda una hazaña.
María Coccia, una de las recepcionistas me reconoció, me recibió con besos y abrazos, me dijo que me seguía en las redes. No voy a contarles de Mattinata porque ya lo hice, les contaré cómo transcurrieron estos 4 días en este paraíso. Tal vez decirles que Mattinata quiere decir “durante la mañana”.
El hotel está sobre la ladera, estacionamiento ( fundamental) piscina, restaurante, glorietas y todo para disfrutar del dolce far niente.


Llegue para almorzar, iba a comer una ensalada y terminé comiendo una entrada de Pulpo crocante sobre puré de papas, Tortellini de caciocavallo, parmigiano crocante y salsa de zapallo. Vino rosado. Las botellas de rosado son hermosas, casi todas tienen detalles en relieve y con distintas formas. Es un sacrilegio resistirse a tal propuesta. Estaba cansada así que hice lo que nunca, “siesta”.

Luego recorrí el hotel y me recosté en una repostera mirando ese mar que es una hermosura.
Para no perder la costumbre muy arraigada aquí fui a cenar.
La cocina del hotel es muy buena y creativa, no sólo para el paladar sino también para los ojos.
No se si contarles. No quiero mortificarlos🤣. De entrada un plato que nunca había probado Aqcuacalda de bacalao fresco, una obra de arte. Luego Mezze maniche con frutti di mare, que hasta el gato le hizo honor. El postre otra escultura. Decididamente todo rico. Una corta caminata  y a dormir.


13-10 Desayune tarde en el jardín con vista a la bahía.
La mañana soleada, baje hasta el muelle para admirar la belleza de ese mar turquesa, trasparente y sin una ola, era un espejo.

Quise quedarme a comer allí. En el restaurante La Terraza, con vista al mar, único lugar con sombra. Conseguí comer mal. El Campari aguado, y una simple brusqueta, el aceite de oliva era muy malo, cosa imposible de creer en un país que produce una de las mayores cantidades. No se los recomiendo.

Fui hasta el pueblo, domingo todo cerrado, gente paseando, la mayoría gente mayor.

Los días vuelan (14-10), después de desayunar fui a Vieste, donde ya había estado en 2019. La ruta es preciosa, algo sinuosa, al borde del mar sobre los acantilados, no es para el que sufre vértigo. Por supuesto que paré muchas veces. Para ver los farallones de le Zagare, luego para ver un criadero de algún bicho seguramente rico, después cerca de Vieste en el Architiello di San Felipe.


Regrese al atardecer y me quedé a cenar en el hotel esperando ser sorprendida con algún plato.

La entrada Carpaccio di manzo (carne delicada), moras, avellanas, huevos de pescado, crocantes de queso, hojitas de rúcola salvaje, daba pena comerlo por lo lindo y colorido, después un fritto di pesce, el rosado aún me duraba. No comí postre.

15-10 Desayunar con esta vista es casi hipnótico. Hoy es mi ultimo día y voy a ir a  una hacienda agrícola local que produce aceite de oliva. Nunca había visto como se elaboraba desde la recolección, muy interesante. Compre para llevar de regalo a Roma.
Después fui hasta el pueblo para almorzar a la Trattoria La Locanda del Maniscalco, la cocina sigue siendo buena. De entrada Carpaccio di Manzo, con emulsión y granos de granada, crudité de verdura y escallas de parmigiano, luego Ziti al ragu mattinatese y quesos locales, muy rico, la salsa nada ácida, increíble. El postre un helado tipo magnum con chocolate y crocantes. Gracioso el mensaje en la mesa!

No me quedaba que caminar un rato hasta el auto para digerir todo lo comido, porque la ultima noche quería comer en el hotel. Regrese para el atardecer esperando ser sorprendida con algún plato del menú.
Mi viaje no seria completo sin la parte gastronómica, se los aseguro. Se conoce la historia y las costumbres de los pueblos a través de sus comidas. No quiero mortificarlos contándoles la cena, pero igual lo haré. De entrada Tortelloni de ricotta con langostinos, tomates confit, luego un plato que dude por la combinación, Cordero arrollado con relleno de camarones, papines, verduras, sobre una salsa de la reducción del cordero, no lo van a creer, no lo pude terminar y por ende nada de postre, si termine el vino.

No quiero despedirme, desayuno, besos, abrazos y «torna presto» de parte las gente de recepción. Tratare de no decepcionarlos. Arrivederci.

De aquí a Bari a devolver el auto y tren a Roma.