PORTO SANTO STEFANO – Toscana

Porto Santo Stefano está ubicado al pie del Monte Argentario, es el pueblo mayor de este promontorio. Conozco muy bien este puerto porque de aquí sale el ferry para ir a la isla del Giglio, donde nacieron mis padres.
Puerto frecuentado por los antiguos navegantes del Mediterráneo. Los romanos dejaron sus huellas, en los baños de Domiciano.
Estuvo bajo la dominación de Siena en el siglo XV. Para prevenir las incursiones de los piratas sarracenos se construyó la Torre Argentaria en el año 1442 y otras torres costeras.
En el año 1550 paso a estar bajo el dominio español, fue cuando se construyó la Fortaleza Española para observación del mar.
Luego bajo el dominio de los franceses en el año 1646. También en el año 1707 bajo los austriacos.
Bueno y así pasando de mano en mano hasta el año 1860 que con toda la Toscana paso a formar parte del Reino de Italia.

La ruta desde Orbetello a porto Santo Stefano es muy linda, atraviesa un espejo de agua divido por terraplenes artificiales, que forman la Laguna de Ponente y Laguna de Levante. Una vez que se llega a tierra firme la ruta discurre sobre el mar con hermosas villas y hoteles.

Orbetello

En esta oportunidad venía desde Pitigliano que queda a 65 km y me quede 2  noches a reponerme de dos meses de andar por media Italia. El hotel Filippo II, está ubicado sobre un promontorio en el extremo de una pequeña cala. No es el hotel de Sorrento pero también tiene una vista espléndida.

Porto Santo Stefano

La entrada de acceso al hotel está algo escondida desde la ruta, cuando lo vi me había pasado unos 30 metros y me di cuenta que el acceso debía ser atrás. ¿Qué creen que hice? La calle angosta doble mano y en curva, pues retome con toda tranquilidad, mientras que mis compatriotas me decían lindeces por la maniobra, olvidándose de las que hacen ellos.

Llegue tipo 14 horas, justo para almorzar en la terraza del restaurante del hotel, mirando ese hermosísimo, mar que el creador habrá usado como espejo para ver reflejada la belleza de su creación.

Estoy mal acostumbrada, la cocina de este lugar no es lo buena que prometía, poca gracia y poco sabor y nada de creatividad.

Volví al cuarto me senté en el balcón y no hice NADA. Estaba cansada de tanto que había subido y bajado en estos días. Acá también me persiguen los escalones, hay más de 100 para ir hasta el agua. No hay playa, tienen plataformas flotantes ya sea para tomar sol o bajar al agua, que es de un color maravilloso. Había un montón de erizos en las rocas de la orilla. Son algo muy preciado en la cocina italiana, los probé en Taormina, no les voy a decir que me muero por ellos como con los langostinos. ¡Tienen un sabor muy fuerte a mar!
El tiempo estaba raro, sol, nubes, viento y de repente un chaparrón.

Pensé que estaría bueno ir hasta el puerto a tomar algo o a cenar, pero de solo pensar en el estacionamiento y si me equivocaba la entrada del hotel como cuando vine decidí quedarme y tomar mi Campari en la terraza.

A esa hora la cala esta toda iluminada. No estuvo tan mal, pedí unas papas al horno y unas verduras grilladas, trajeron bocaditos para acompañar y esa fue mi cena.

Porto Santo Stefano (1)

Desde el balcón se tiene una hermosa vista de toda la cala y parte del monte Argentario.

Porto Santo Stefano (2)

Amaneció lloviznando, y el desayuno se sirvió en el salón.

Había cosas muy ricas, fiambres, quesos, panes, tortas, yogur, frutas, y facturas. No podía comer más y me daba lastima, me tomé dos capuccinos.

Porto Santo Stefano es muy lindo con dos pequeñas bahías, el mar es azul intenso y una vida tranquila aun en temporada.

Desde este puerto se va a las islas del archipiélago Toscano, por ejemplo, Elba, Montecristo y Giglio. Es un puerto deportivo muy importante con muy buen servicio.

Menos mal que no vine anoche porque hoy no encontré un lugar para estacionar, di la vuelta al puerto, y subí hasta la Fortaleza Española, desde donde se tiene una vista espectacular a las dos bahías.

Porto Santo Stefano fortaleza

Casi se me pasa la hora del almuerzo y recordé que Othmar un amigo de Milano me había recomendado un restaurante.

«Dai Frati», Vía Panorámica 15. Queda cerca del puerto así que fui hasta allí y estaba cerrado. Comeré algo de paso en el puerto.
Mañana vuelo a Buenos Aires, de manera que me despido y la próxima espero este abierto. Aquí solo estuve dos noches, siempre es poco.

Ya pasó más de un año desde que vine por última vez, ya estamos en el 2019, y vamos a la isla del Giglio con mi hermana Ivana. Para esperar la salida del ferry que mejor cosa se puede hacer que ir a almorzar a la Trattoria «Dai Frati», Vía Panorámica 15. Que esta vez está abierta.

Porto Santo Stefano (11)

Porto Santo Stefano (10)

Porto Santo Stefano (7)

Comida tradicional local, lugar agradable, muy lindo, pocas mesas, muy bien puestas. De entrada, pedimos una tabla de fiambres y quesos, después pastas, vino tinto local. Muy buena la comida y precio razonable.

Este viaje que duro casi tres meses, además de haber sido magnífico aprendí muchas cosas y conocí otras tantas.

El mundo espera que vayamos y lo re descubramos nos tiene reservadas sorpresas inconmensurables. Yo no quisiera hacerlo esperar.