Llegue a Trani desde Lecce, que queda a 199 km demorando 2,10 horas. La ruta muy linda parte bordeando el mar de color turquesa contrastando con el verde de los campos.
El BB Dimora di Poesía, en Vía Fusco 47, muy lindo, el cuarto muy grande muy bien decorado, con cuadros con poesías o frases de grandes escritores, un espacio de comedor con todo para te, café etc. El baño enorme con toallas en abundancia.
Muchas veces elijo donde hospedarme porque me inspira el nombre del lugar como en este caso o el de Lecce, en general me ha ido muy bien.
Deje el equipaje, y a pesar que el tiempo estaba feo, decidí ir hasta Castel del Monte, a 36 km, motivo por el que había venido Trani.
Con pena deje la belleza de Castel del Monte y volví a Trani. Ahora era el turno del alimento para el cuerpo y en esta tierra no falta.
¿Estacione el auto en el puerto con una fuerte lluvia, y saben lo qué pasó? Apareció una persona que me pidió plata, si-iii, el par-king era libre, pero me dijo podía darle a voluntad. Ok le dije, cuando vuelvo le pago, «no tiene que ser ahora”, le di 0,60 centavos, los miro y me dijo «¿esto?”.
Camine un poco sobre el Lungomare Statuti Marittimi, y en el restaurante Pelle D’oca, me dieron de comer como un favor, eran más de las 15. De entrada pedí un carpaccio de camarones y luego spaghetti con pulpo y una copa de vino rosado Calafuria, de color y sabor preciosos.
Los dos platos riquísimos.
Me quede un buen rato porque la vista a pesar del mal tiempo, del puerto, el faro y la iglesia es estupenda.
Trani se supone fue fundada por Tirreno, hijo de Diomede héroe de la mitología griega.
Es magnífico como la fantasía y la realidad se mezclan en la historia de estos pueblos de la que se sienten orgullosos.
Es una ciudad de pescadores situada en el taco de la bota del mapa de Italia, sobre el mar Adriático, a 40 km al norte de Bari. Fue un puerto muy importante en la edad media.
La parte roja es la región de la Puglia.
Por aquí estuvieron, los romanos, los longobardos y los bizantinos, todos dejaron su huella y la ciudad tiene una gran riqueza arquitectónica.
Fue un puerto muy importante en el siglo XI, desde allí zarpaban los barcos de los Templarios para las Cruzadas, y para el comercio.
En el año mil en Trani se promulgaron las primeras normas de navegación, siendo considerado el más antiguo código marítimo. Aquí tenían sus representantes la repúblicas marineras de Venecia, Genova, Pisa y Amalfi.
Esta ciudad es famosa por su bella catedral, una construcción románica de las más hermosas de la zona, ubicada a orillas del mar que le acaricia sus pies. Construida en el año 1097, en honor a San Nicola sobre una antigua iglesia de Santa María della Scala, se terminó de construir en el siglo XIII.
Las puertas de bronce del año 1175-1180 son del escultor Barisano (también lo son las del duomo de Ravello y las de la catedral de Monreale). El campanile, magnífico, mide 60 metros de alto.
Debajo hay dos criptas la de Santa María y la de San Pellegrino. Es una gran muestra de la arquitectura románica en Puglia. El frente de piedra blanca-rosada típica de Trani, tiene un hermoso rosetón.
Frente a la iglesia, Federico II en el año 1233 mando construir un castillo como un desafío al poder de la iglesia, ya que lo habían excomulgado. El castillo de forma cuadrada y bella arquitectura era para defensa de las incursiones de los sarracenos.
Son innumerables los elegantes los palacios, Pentagna-Vischi, San Candido, Broquier, Vescovile, Lambert por nombrar algunos. También cuenta con muchos museos.
Quise volver a ver la catedral aun con la lluvia. El viento era terrible llegue hecha sopa. Volví al hotel y me di una ducha como para resucitar muertos.
El desayuno lo servían en un muy lindo bar, Guendalina, Corso Vittorio Emanuele 216, a la vuelta del B&B. El tiempo mejoró algo, y salí a conocer la ciudad.
El casco antiguo de origen medieval, no es muy grande y se formó en torno a la bahía, una ensenada pequeña que forma un puerto natural y protegido.
Camino a la Catedral recorrí las callecitas del casco histórico pasando por la Porta Aurea o Porta Antica del Siglo IX, (caminar por estos lugares donde hace más de 2000 años vivía, sufría y amaba tanta gente me parece surrealista).
Llegue hasta una placita donde está la sinagoga de Santa María de Scolanova del año 1244. Durante el reinado de Federico II hubo cuatro sinagogas, la comunidad judía era muy numerosa y contribuyo al crecimiento y enriquecimiento de la ciudad.
En la Catedral había un casamiento, no llovía, pero el viento era terrible.
Antes que las cocinas cerraran fui a buscar un restaurante que había visto viniendo y me había gustado el nombre, Osteria Cacciainferno (Espanta infierno) Vía San Nicola 9, en una calle que termina detrás de la catedral. El local muy lindo y muy gracioso el nombre del baño “Pensatoio”, lugar para pensar.
Para variar comí mucho, de entrada, unos tortellacci con pecorino y miel con una crema de alcauciles. Como plato principal pedí carne que me sugirió el mozo, lo bueno era un chorizo tipo salame, muy rico, y una salchicha tipo parrillera que las hacen con distintas hierbas y condimentos, el cordero un corte que no conocía, no lo comí, y el cerdo, las verduras grilladas eran ricas. La copa de vino Sangiovese, Troia di Trani.
La catedral es tan hermosa que volví para verla con algo de sol y es increíble el color rosado que toma. Es una imagen salida de un cuento de princesas y caballeros. Fascinante.
Y piano piano llegue hasta el extremo del faro rojo. De regreso entre al parque Villa Comunale, con hermosas estatuas, una glorieta y un mirador sobre la costa.
Saliendo del parque entre a la iglesia de la virgen del Carmen, muy lindo el altar, no recuerdo haber visto otro igual.
Ya estaba necesitando un café. Allí cerca está la Plaza del Plesbicito, que mira al mar. Es enorme, toda de piedra blanca lo que la hace parecer aún más grande. Poca gente y los bares casi todos cerrados. En la esquina de la plaza y con vista al puerto en el único bar abierto tome mi cafecito.
La ciudad es limpia y elegante tanto el casco antiguo como la ciudad nueva.
De vuelta al hotel que estaba algo alejado, en el camino hacia el centro nuevo por la Vía Ogni Santi y la intersección de Piazza della Liberta, hay varias iglesias de algunas de los siglos XI y XII.
La zona nueva es linda con calles anchas y negocios modernos, la Piazza della República es muy grande y arbolada, lo que no faltan son bares y restaurantes por doquier.
Esa noche cené en el hotel, quesos, jamón de Parma, tomates pachino que son diferentes a los cherry, un pan riquísimo y un crodino, bebida sin alcohol.
Mañana voy a Mattinata. ¿Nos le parece romántico el nombre Mattinata ?.